Curiosidades

El misterio del agua del castillo de Soria que desconcierta a los científicos

En los últimos años, gracias a las obras de rehabilitación y las catas arqueológicas realizadas en la muralla, se están consiguiendo nuevos e interesantes hallazgos

La muralla de Soria mostrará por primera vez el origen de la ciudad en el cerro del Castillo a partir de Semana Santa
La muralla de Soria muestra el origen de la ciudad en el cerro del CastilloAyto. SoriaLa Razón

Soria es una ciudad con una gran historia a sus espaldas, además de un territorio con un rico y variado patrimonio en el que se siguen hallando interesantes descubrimientos en torno a sus orígenes que están permitiendo conocer más a fondo la intrahistoria de esta ciudad en la época medieval sobre todo. Se sabe que Soria se fortificó a principios del siglo XIII con una muralla para protegerse, y que Sancho IV de Castilla, a finales de esa centuria, decidió construir el recinto amurallado exterior. Además, también se conoce que durante la Guerra de la Independencia el general José Joaquín Durán ordenó su derribo, de ahí que solo hayan llegado hasta nuestros días algunos tramos de esa fortaleza.

La muralla, que tenía una longitud de más de cuatro kilómetros a lo largo de unas cien hectáreas y estaba construida de mampostería excepto refuerzos en esquinas, en los que usaron sillares, se extendió siguiendo la línea de cumbres de los cerros fronteros, el Mirón y el Castillo.

Contaba con al menos ocho puertas que permitían el acceso al interior de la capital soriana: la del Puente en el río; la de Nájera al norte; la del Rosario frente a la iglesia de Santo Domingo; la del Postigo en el Collado; la de Rabanera en la calle; la de Valobos cerca del cementerio; y la Puerta Nueva junto al convento de santa Clara además de la del Postiguillo junto al Sotoplaya.

En los últimos años, gracias a las obras de rehabilitación y las catas arqueológicas realizadas, se están consiguiendo nuevos hallazgos, sobre muchas monedas y cerámica que avalan la hipótesis de que la primera población que se asentó en lo que hoy es la capital soriana fue con Alfonso I de Aragón, conocido como El Batallador, en el siglo XII, y con mudéjares aragoneses. Se cree que la fundación se remonta a esa época con la llegada de sus primeros pobladores, posiblemente mudéjares llegados desde Aragón.

También se han descubierto en estos trabajos unas torres e incluso un portillo desconocido, además de tres anillos de muralla alrededor del cerro. Pero el hallazgo más sorprendente, al menos para los expertos y arqueólogos que trabajan en el proyecto, ha sido el barrio industrial que se ha encontrado, con una zona al aire libre y otra techada, que permite comprender distintas etapas de ocupación y ha servido para localizar el resto inicial de fundación de la ciudad.

Además, se ha descubierto que en este barrio había unos canales de agua que tienen salida por la muralla hacia afuera. De hecho, el volumen de evacuación del agua lleva a pensar que su utilización no era para la vida doméstica, tampoco el hecho de que se sacara de la ciudad en lugar de guardarla para el uso cotidiano. No obstante, de momento no se conocen las actuaciones industriales que se abordaban.

Pero el descubrimiento de este barrio y estos canales han puesto sobre la mesa un misterio, aún por desentrañar. Y es que en la parte superior del castro, en la cota más elevada, había tal cantidad de agua que, obviamente, no toda ella provenía de las lluvias y se investiga de donde podía provenir esa ingente cantidad de agua. Si bien, se cree que lo más razonable es pensar que había una fuente de agua en la zona, que podría haberse secado o bien de momento no se ha encontrado.

Otra de las cuestiones que se están estudiando y están encima de la mesa con los trabajos que se están haciendo, es que podría ser, y todo hace indicar que así fue, que en el cerro hubo presencia humana en la prehistoria, ya que se ha encontrado un primer amurallamiento primitivo, de escasa calidad.

Se cree por ello que los primeros sorianos se ubicaron en el cerro para después ir creando nuevos espacios con iglesias en pequeñas collaciones en el entorno del castro con lo que se construyó una segunda muralla que incluye estos puntos.

También se sabe que no hubo ninguna iglesia en lo que es el recinto del castro y que casi todos los repobladores castellanos cristianos se colocaron fuera de las murallas. Igualmente, se ha encontrado un edificio público, en la zona de las escaleras, si bien la función de dicho inmueble todavía es desconocida ya que no se ha podido identificar.

En algunas zonas, la muralla que puede verse, podría ser aproximadamente la mitad de lo que en su día llegó a alzarse, y se sabe igualmente que hay barrios en los anillos de la fortaleza que han desaparecido del todo y no queda rastro de ellos.

Así que el agua y el complejo sistema de evacuación es la gran incógnita de este peculiar barrio industrial que sigue desconcertando a los científicos, que aún tienen trabajo por delante para poder despejarla.

Disfrutar de la muralla medieval de Soria y conocer sus entresijos e historia es posible mediante una ruta circular de unos cinco kilómetros de recorrido que se puede hacer en poco más de dos horas y es muy recomendable en cualquier época del año. El castillo es quizás el punto más destacado del trayecto, ya que cuenta con un mirador privilegiado con las mejores vistas el casco histórico de la capital soriana

Una muralla que esconde muchas singularidades, como por ejemplo, que sus dimensiones originales eran las mismas que las del muro de la antigua ciudad de Jerusalén.