Política
Nueva demanda contra Vox de una exconcejala de Palencia expulsada de la formación
Sonia Lalanda denuncia prácticas "antidemocráticas y sectarias" del partido", al que compara con un "negocio que utiliza a la gente
La hasta hoy concejala de Vox en el Ayuntamiento de Palencia, Sonia Lalanda, anunció en una comparecencia su paso a no adscrita, tras las "prácticas sectarias y antidemocráticas" que, según ella, motivaron su expulsión del partido. La concejala, que hoy está acompañada en el pleno por Macarena Olona, exdiputada de Vox, a quien elogió como símbolo de "valores humanos y defensa de la justicia", reveló que su abogado prepara una demanda contra las "formas prácticas y no democráticas" de su salida.
Lalanda criticó la “falta de democracia interna, la opacidad financiera y la deriva populista” de Vox, que compara con un "negocio que utiliza a la gente", mientras se comprometió a seguir en la Junta de Gobierno Local por decisión de la alcaldesa, en un gesto inédito para una no adscrita. Lalanda, que en 1991 abandonó el PP por denunciar corrupción, asegura que el tiempo “le dará la razón nuevamente".
Con una trayectoria política que comenzó en 1987 y un paso por el PP hasta 1991, Lalanda relató cómo su ingreso en Vox, tras años apartada de la política, estuvo motivado por la esperanza de que el partido representara una alternativa renovadora. Sin embargo, su experiencia -dijo- fue decepcionante. "Me engañaron y me utilizaron para engañar a los palentinos", afirmó, lamentando que Vox se haya convertido en "una máquina movida por una mano invisible" con intereses alejados del bien general. En su intervención, señaló un "éxodo masivo" de figuras clave del partido, como Iván Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio o Rubén Manso.
"No queda nadie de los activos valiosos del partido. Todos los referentes se han ido", insistió, mencionando que cientos de concejales y procuradores han pasado a no adscritos o han abandonado Vox en los últimos años. "Empezamos con más de 500 concejales y acabamos con menos de 300", recordó, citando casos recientes, informa Ical.
La presencia de Macarena Olona, quien viajó exclusivamente a Palencia para este pleno, fue un punto central de la comparecencia. Lalanda la describió como una figura de "honor" por haber sido "la primera en poner de manifiesto lo que ocurría en Vox" tras su salida en 2022. "Le agradezco que esté aquí, por lo que supone en valores humanos, intelectuales y de defensa de la justicia, aunque eso le haya traído consecuencias. Eso la honra más", declaró.
Lalanda cargó contra la deriva de Vox, acusándolo de fomentar la crispación y el "guerracivilismo" en lugar de un proyecto ilusionante para España. "Vox alienta manifestaciones con banderas de España con el escudo constitucional recortado y no defiende ni la Constitución ni la monarquía parlamentaria, que nos dieron décadas de paz y prosperidad", denunció. Asimismo, criticó decisiones como la ruptura de gobiernos autonómicos con el PP, calificándolas de "electoralistas", diseñadas para ganar respaldo callejero de manera "populista y peligrosa". A nivel autonómico, cuestionó la estrategia de Vox de “pactar con el PSOE para hundir a la Junta”.
En el ámbito local, Lalanda agradeció a la alcaldesa su decisión de mantenerla en la Junta de Gobierno Local, un hecho sin precedentes para una concejala no adscrita. "Mi experiencia, mi forma de entender la política y mi bagaje avalan que siga. Aunque tenemos diferencias ideológicas, compartimos la gestión por el bien de Palencia", explicó. Además, prometió trabajar por una ciudad que "necesita más mantenimiento que grandes proyectos" en una legislatura marcada por la confrontación partidista. "Queda la mitad del mandato para dejar una impronta", afirmó, y se comprometió a apoyar presupuestos municipales si responden a las necesidades de los palentinos. "Sin el lastre de siglas, seré libre, independiente, apoyando lo bueno y proponiendo lo necesario", añadió.
La concejala defendió una visión de la política basada en pactos y acuerdos, lamentando que las instituciones hayan perdido su "sentido institucional". "Tras las elecciones, las banderas partidistas deben guardarse para remar por el interés general. La oposición enreda y el gobierno no avanza. Esto pasa en Palencia y en muchas instituciones", señalando. Asimismo, citó ejemplos de democracias con mayor trayectoria donde los cargos electos asumen un rol institucional tras las elecciones, algo que en España considera perdido. En este sentido, ha criticado a Vox por "poner palos en las ruedas" de gobiernos como el de Castilla y León, priorizando réditos electorales sobre la gestión.
Lalanda agradeció el apoyo de vecinos que, tras su expulsión, le pidieron en agosto que permaneciera en el Ayuntamiento. "Mi marcha sería un triunfo para los líderes de Vox en Palencia, mamporreros de la mediocridad que aspiran a cargos", declaró, sin ahorrar críticas a la dirección local, a la que acusa de intentar "acabar con ella desde hace tiempo". Además, destacó el respaldo de compañeros como Emilio Polo y Sandra González, secretaria del grupo municipal, por su "lealtad y cariño", pero fue tajante. "No tengo nada que agradecer a quienes lideran Vox Palencia, que dicen que la marca les saca. Si creen que una marca basta para representar a los palentinos, allá ellos y quienes les voten".
En respuesta a preguntas de la prensa, Lalanda confirmó su disposición a apoyar presupuestos municipales si benefician a Palencia, subrayando que la polarización actual dificulta la gobernanza. Sobre su futuro político, descartó integrarse en otro partido. "Estamos yendo de cabeza al precipicio. Hay que templar y mandar, como en los ambientes taurinos", concluyó.