Palencia agradece a Manuel Herrero su labor pastoral e implicación social

La ciudad de Palencia, a través de su alcaldesa, la socilaista Miriam Andrés, y los portavoces de todos los grupos políticos, han despedido este martes en el salón de plenos de la Casa Consistorial al religioso agustino Manuel Herrero como obispo de la Diócesis en un sencillo acto que ha servido para agradecer su labor pastoral durante los últimos siete años antes de que tome posesión de la Diócesis el sacerdote navarro Mikel Garciandia, de 59 años, que será ordenado nuevo obispo el próximo sábado en la Catedral de Palencia.

Andrés ponía en valor el buen carácter y cordialidad de don Manuel Herrero "que ha propiciado que la relación entre lo civil y lo religioso haya ido más allá de lo meramente institucional", decía. Asimismo, destacaba su vinculación con la ciudad que ya venía de antes cuando estudió en el seminario agustino.

Como recuerdo, la primera edil palentina le entregaba una figura del emblemático Cristo del Otero "símbolo protector de la ciudad de Palencia"., que el administrador diocesano agradecía con entusiasmo e incluso besaba.

Y aunque de los palentinos ya se despidió el pasado domingo con la celebración de una eucaristía en la catedral de Palencia, Herrero se dirigía este martes una vez más a los fieles, con unas emotivas palabras en las que, en primer lugar, agradecía a los palentinos la buena acogida que le han dado y reivindicaba la labor de la Iglesia en la humanización de la sociedad, la labor educativa, la promoción de las familias y las obras sociales "que hacen presente a la Iglesia en la sociedad". Además, llamaba a todos a "ser buenos ciudadanos y buenos cristianos" y se comprometía regresar a tierras palentinas en el futuro.

El agustino, titular de la diócesis palentina desde 2016, presentó en 2022 la obligada renuncia canónica al cumplir los 75 años,