Luto en el Vaticano

«El Papa Francisco ha querido abrir de manera contundente la Iglesia al mundo»

Lydia Jiménez, presidenta del Consejo Directivo de la UCAV, recalca la apuesta del Pontífice por que las mujeres ocupen cargos relevantes en la curia romana

El Papa Francisco y Lydia Jimenez
El Papa Francisco y Lydia JimenezLa Razón

«Como amiga, siento una añoranza difícil de explicar». Así se manifestaba la presidenta del Consejo Directivo de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) y directora general del Instituto Secular Cruzadas de Santa María, Lydia Jiménez, al conocer el fallecimiento el pasado lunes del Papa Francisco. Una estrecha relación que mantenía con el Pontífice desde hace ya casi 20 años, y en la que destaca su cercanía y gran sentido del humor, pero sobre todo su actitud con los más necesitados. En una entrevista concedida para LA RAZÓN, Lydia Jiménez analiza la figura del Pontífice, lo qué le ha ofrecido y dado a la Iglesia durante su Magisterio, y cómo su legado puede prosperar con iniciativas que marcarán, sin duda, un antes y un después para el cristianismo en todo el mundo.

¿Cuáles han sido sus sensaciones, primero con la enfermedad, y después con el fallecimiento del Papa Francisco?

Durante el tiempo que el Santo Padre estuvo internado en el Policlínico Gemelli tuve la impresión de que era muy difícil que superara una situación tan crítica. Después, cuando vi que se recuperaba, tuve una gran esperanza en su curación. Y, claro, lo que me sorprendió profundamente fue el momento en que anunciaron que había fallecido. Sentí orfandad. Estuve con él el 12 de diciembre pasado y le encontré con fuerza y mucho humor.

Mantenía usted una estrecha relación con el Sumo Pontífice. ¿Cómo le conoció?

Conocí al Cardenal Bergoglio en el año 2006, cuando estuvo en España para dar Ejercicios Espirituales a los obispos de la Conferencia Epìscopal Española. Durante tres días se alojó en una casa de nuestro Instituto, Cruzadas de Santa María. He coincidido con él muchos años en reuniones del entonces Pontificio Consejo de la Familia pues ambos éramos consultores de dicho Consejo. Después me ha recibido en audiencia en septiembre del año 2021 y en diciembre pasado, y he coincidido con él en varias audiencias colectivas. Sí, puedo decir que mi relación con él era muy cercana.

Como persona ¿cómo calificaría su figura?

Observé un cambio notable en su actitud antes de ser Papa. Cuando le conocí era más bien adusto, parco en palabras… y cuando fue el Papa Francisco era espontáneo, comunicativo, muy cercano y con gran sentido del humor. Muy entrañable, atento a los detalles y con una memoria prodigiosa. Siempre con una actitud de misericordia hacia los más necesitados.

¿Y cuál sería su valoración sobre su Pontificado durante todos estos años y qué ha significado para la Iglesia y para los cristianos?

Creo que el Papa Francisco ha querido abrir de manera contundente la Iglesia al mundo, y en algunas medidas que ha tomado ha podido parecer desconcertante, rompedor, pero no cabe duda de que ha sido firme a pesar de algunos que querían ejercer presión sobre él, por ejemplo, aprobar el celibato opcional o el sacerdocio de la mujer. Sin embargo, él no ha cedido a esas presiones y ha sabido defender la verdad de la doctrina y de la tradición cristiana. Nos ha regalado documentos magisteriales, de una gran trascendencia. Siempre con un trasfondo de esperanza y alegría. Y la última encíclica «Dilexit nos» es un programa de una gran hondura espiritual.

El Papa concede a Lydia Jiménez la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice
El Papa concede a Lydia Jiménez la Cruz Pro Ecclesia et PontificeUCAVUCAV

¿Percibe que su legado va a prosperar y que el camino que emprenda el nuevo Papa debe ir por esos mismos derroteros?

Creo que el Papa Francisco ha puesto énfasis en algunos puntos que ya el Papa Benedicto había puesto sobre el tapete: pederastia, encubrimiento. En estos temas ha sido valiente y se ha empleado a fondo. Algunos caminos que ha abierto el Papa Francisco no cabe duda de que requieren continuidad, pero el nuevo Papa seguirá otros derroteros que ahora no podemos aventurar.

La Iglesia «en salida» que soñaba Francisco ¿tiene visos de ser realidad ante la situación mundial tan desconcertante que estamos viviendo?

El sueño de Francisco creo que lo compartimos todos los cristianos ¡Ojalá nos alcance valentía y visión de futuro para seguir humanizando con la luz del Evangelio las realidades desconcertantes que a veces vivimos!

Se destaca que no ha sido un Pontificado de grandes dogmas, pero sí de poner en el centro la dignidad de la persona.

Desde luego, el Papa Francisco ha priorizado la atención a la dignidad de las personas, en particular de los más desvalidos e indefensos de la sociedad, y ya estampó en su escudo papal la primacía de la misericordia.

¿Qué ha supuesto su figura para el Instituto Secular Cruzadas de Santa María, que usted dirige?

El Papa Francisco era jesuita; también lo era nuestro fundador, el Venerable Tomás Morales, y muchas veces reconocíamos en sus escritos y alocuciones precisamente su condición jesuítica. Siempre ha tenido una gran deferencia hacia nosotras, interesándose por el desarrollo de nuestro Instituto, la formación que impartimos, aquellos lugares donde estamos presentes. En todo momento nos ha mostrado una cercanía paternal.

Vinculada a la educación, desde la Universidad Católica de Ávila (UCAV), el Papa Francisco ha dado una especial atención a este ámbito.

El Papa Francisco ha prestado atención a la educación, sobre todo procurando que llegase a los más desfavorecidos, apoyando y creando instituciones para ello, y promoviendo el Pacto Global Educativo. Muy recientemente ha puesto en marcha lo que él ha bautizado como «Universidad del sentido» que, desde luego, no es una universidad al uso, sino una programación educativa, que quiere llegar a zonas muy subdesarrolladas, carentes de medios para una educación adecuada.

Y también ha apostado por dar un papel más relevante a las mujeres en puestos de liderazgo.

Efectivamente, en los últimos meses ha puesto al frente del Dicasterio de la Vida Consagrada a una mujer, cosa bastante lógica, si tenemos en cuenta que el mayor número de consagrados son mujeres y que la elegida para este cargo ha estado al frente de una congregación religiosa. Ha nombrado como gobernadora del Estado de la Ciudad del Vaticano a una mujer, al igual que en otros cargos de responsabilidad en algunos dicasterios. Además, ha asegurado que esta realidad pudiera continuar en el futuro, adecuando el correspondiente Estatuto, hasta ahora no vigente.

Este mismo año el Papa Francisco le ha concedido la Cruz «Pro Ecclesia et Pontifice», una de las máximas distinciones que puede recibir un católico. ¿Qué ha supuesto para usted recibir esta distinción?

Sí. Vivimos en un momento crucial en la Iglesia. Es necesaria una nueva y ardiente evangelización y a mi entender una forma privilegiada de evangelización es la educación. La Cruz «Pro Ecclesia et Pontifice» que tuvo a bien concederme el Papa Francisco ha renovado en mí el compromiso de empeñarme más en una educación de calidad que atienda a la persona de forma integral.

La UCAV se ha convertido en un referente no solo educativo, sino también de poner a disposición de los jóvenes valores cristianos que trasladar a sus vidas. Pero ¿cómo ve el futuro de estos jóvenes? ¿Ha calado el mensaje del Papa en ellos?

El futuro de los jóvenes es esperanzador. Conectan muy bien con el Papa Francisco. Están siempre dispuestos a «hacer lío», por eso cuando el Papa les invitó: «hagan lío», lo entendieron enseguida. Pero los

jóvenes necesitan educadores, espejos donde mirarse, que sepan escuchar y transmitirles un sentido de la vida.

Y una última pregunta, ¿qué espera del próximo Papa y cuáles cree que deben ser sus prioritarios objetivos?

Recemos confiadamente para que el Señor nos conceda el Papa que necesitamos.