
Curiosidades
El precioso rincón de Soria donde Antonio Machado encontraba la inspiración
En este lugar se puede disfrutar de unas vistas panorámicas espectaculares e incluso de la curva con la que el río Duero abraza la ciudad

Uno de los grandes nombres de la poesía española, Antonio Machado y Ruiz, hubiera cumplido el pasado 26 de julio 150 años.
El sevillano de nacimiento pero soriano de adopción es trascendental para los amantes de los versos pero también para la propia capital soriana, que tiene en él a su mejor embajador,. Un hombre que defendió la libertad hasta el último día de su vida, un 22 de febrero de 1939 en la localidad francesa de Colliure, hermanada hoy en día con Soria, donde el poeta tuvo que exiliarse tras el fin de la Guerra Civil Española.
Machado llegó a Soria a principios del siglo XX, concretamente en 1907, tras conseguir por oposición una cátedra de francés, para trabajar en lo que hoy en día es el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Antonio Machado.
Un lugar que conserva el aroma y el paso de machado por allí, en un Aula Machadiana con pupitres de la época, documentos y fotografías suyas. Además, en la aledaña Plaza del Vergel hay una escultura de la testa anciana de Machado realizada por Pablo Serrano así como una estatua sedente que le representa recién casado.
Primeramente se instala en una casa de huéspedes en El Collado, nº 54, y después en la pensión de Isabel Cuevas en la calle Estudios nº 7, conocería a su hija adolescente, Leonor Izquierdo Cuevas con la que se casaría en la Iglesia de la Mayor el 30 de julio de 1909, según se puede leer en la página turística del ayuntamiento de Soria.
La vida de Machado en Soria se repartía entre sus clases en el Instituto, colaboraciones con la prensa provincial, clases de alfabetización a obreros y sus paseos por las orillas del Duero, durante los cuales nacerían gran parte de los poemas que compondrían la obra “Campos de Castilla” (1912).
La muerte de su amada Leonor por tuberculosis el 1 de agosto de 1912 provoca la marcha de Machado de Soria, destrozado y triste por la pérdida de su esposa, a quien evoca en diversos poemas de “Páginas escogidas” y en “Poesías completas” (1917).
El nombre Antonio Machado figura por toda Soria, ya sea en el citado Instituto, pasando por el Paseo en el “Parque Alameda de Cervantes” o “Dehesa”; o en una plazoleta homónima ante la escalinata de la ermita de San Saturio donde se le rindió homenaje municipal republicano el 5 de octubre de 1932, un acto en el poeta, tras quedr viudo, regresó a Soria emocionado y hasta conmovido, expresando públicamente y por escrito su agradecimiento. Después vinieron tiempos difíciles y aun oscuros.y donde dijo uno de los pequeños discursos más recordados:
"Soria es, acaso, lo más espiritual de esa espiritual Castilla, espíritu a su vez, de España entera. Nada hay en ella que asombre o que brille y truene. Todo es sencillo, modesto, llano. Contra el espíritu redundante y barroco que sólo aspira a exhibición y a efecto, buen antídoto es Soria, maestra de castellanía, que siempre nos invita a ser lo que somos y nada más. ¿No es esto bastante?”
Machado finalizó dicha intervención, tras ser nombrado Hijo Adoptivo, con estas palabras:
“…Con toda el alma agradezco a ustedes su iniciativa y al altísimo honor que recibo de esta querida ciudad. Nada me debe Soria, creo yo. Y si algo me debiera, sería muy poco en proporción a lo que yo le debo: el haber aprendido en ella a sentir a Castilla que es la manera más directa y mejor de sentir a España. Para aceptar tan desmedido homenaje sólo me anima esta consideración: el hijo adoptivo de vuestra ciudad hace muchos años que ha adoptado Soria como patria ideal. Perdónenme si ahora sólo puedo decirles ¡gracias de todo corazón!”
Pero mientras vivió en Soria, Machado tenía un lugar que visitaba con frecuencia en búsqueda de inspiración: el Parque del Castillo, donde, dicho sea de paso, hay un Parador Nacional con el nombre del poeta sevillano.
En este parque, mirador por excelencia de la ciudad, paseaba a menudo Machado mientras pensaba y reflexionaba sobre la situación sociopolítica de España.
Un lugar mágico de la capital soriana hoy foco de atracción turística. En la parte central del parque destacan los restos de lo que en su día fue el Castillo de Soria, vestigios diseminados, pues en la guerra de la Independencia una gran parte del Castillo fue derribado por las tropas españolas.
Aún se conservan las ruinas de la torre del homenaje, el recinto amurallado interior y restos de la barrera exterior con su acceso. Se intuye la plaza de armas en su centro y el espacio donde había un gran aljibe, en cuyo lugar se ha construido una piscina infantil.
En este parque el visitante puede disfrutar de unas vistas panorámicas espectaculares de Soria y sus sierras e incluso de la famosa curva con la que el río Duero abraza la ciudad.
Un balcón verde que sorprende en cualquier momento del día, dotado además de grandes zonas de sombra que invitan a quedarse más tiempo en el buen tiempo.
Cuenta con espacios habilitados para picnic con fuentes, área recreativa para los más pequeños con columpios además de la ya mencionada piscina infantil operativa en verano.
Cipreses, cedros, acacias, chopos, fresnos, almendros o tilos forman parte de la flora de este parque que tiene entre sus habituales moradores a golondrinas, estorninos, grajillas, cernícalos, autillos, víboras, lagartos, murciélagos, ardillas, ratones de campo y algún zorro.
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