Curiosidades
¿Qué ciudad esconde algunos de los secretos más trascendentales de la Humanidad?
La inmortalidad es algo que ha buscado y busca el ser humano desde tiempos inmemoriales, siempre a la caza de la pócima o el elixir necesarios para conseguir la vida eterna
La inmortalidad es algo que ha buscado y busca el ser humano desde tiempos inmemoriales, siempre a la caza de la pócima o el elixir necesarios para conseguir la vida eterna, ya sea mediante la piedra filosofal o del conocido como santo grial, la copa de la que bebió Jesucristo en su última cena, a la que atribuyen propiedades curativas e incluso resucitar a los muertos.
Y en esta búsqueda, los alquimistas han sido protagonistas desde la Edad Media para conseguir esta gran obra, su objetivo final.
Si bien,cuando se habla de los hacedores de la alquimia, antigua práctica protocientífica además de filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte, se suele pensar acto seguido en pseudocientíficos llenos de fantasías.
Aunque, a decir verdad, en esta disciplina ciencias como la química o la farmacia tienen mucho que decir. Además, la alquimia atrajo a científicos tan importantes como Isaac Newton y ha dado lugar a investigaciones que han llevado a la química de hoy en día.
El concepto de piedra filosofal que otorgaba a esta la capacidad de convertir los metales en oro, curar enfermedades o alcanzar la inmortalidad estuvo muy presente durante el medievo de la mano de la alquimia o el hermetismo, a través de las cuales sus preceptores aspiraban a desvelar los secretos más profundos de la humanidad desde la materia, el alma y la realidad.
La mejoras en las técnicas de elaboración del cristal y el desarrollo de la química por parte de los científicos del mundo musulmán, impulsaron la búsqueda de la piedra filosofal que, según algunos estudios, podría encontrarse en un lugar muy concreto de España y de Castilla y León, que no es otro que la ciudad de León y, más en concreto, en su espectacular Catedral, cuyas paredes y vidrieras -estas últimas las más importantes de Europa junto a las de la Catedral gótica gala de Chartres- esconden muchos de los grandes secretos de la humanidad amén de interrogantes históricos aún por desvelar.
“Estoy en condiciones de afirmar que la Catedral de León es la propia piedra filosofal de la alquimia".
Lo dijo hace casi tres años el experto César García Álvarez, profesor de la Universidad de León, y uno de los más reputados conocedores del simbolismo en España, en una publicación anual de revista de la Asociación Cultural ProMonumenta, en la que concluye que las figuras alquímicas descritas por el patrón de los alquimistas, el comerciante parisino del siglo XIV, Nicolás Flamel, están inspiradas en las enjutas de la 'Pulchra Leonina', la bella leonesa, que no es otra cosa que la Catedral de León.
Un lugar de culto, enigmático y misterioso, por donde pasaron numerosos alquimistas y estudiosos, como este Famel, librero y comerciantes, es un personaje real que aparece en la famosa saga Harry Potter, que quedó prendado de la capital del antiguo Reino y su Seo , donde encontró las respuestas que buscaba para fabricar la piedra filosofal de la mano de un misterioso maestro llamado Canches, un judío converso que le revela que el libro que posee escrito en caracteres desconocidos y de 21 folios es un tratado cabalístico titulado Fuego Purificador. Tal fue su fervor que, según García Álvarez, Flamel creyó que en León era posible descifrar el secreto de la piedra filosofal, y, por tanto, d ela inmortalidad.
También en León, tierra por la que discurre el Camino de Santiago, una ruta con mucho ocultismo detrás, nació Moisés de León, que redactó el Zoar, que es el libro del esplendor sobre el que se construye la cábala moderna, lo que convierte a esta ciudad en cruce de disciplinas heterodoxas,
Pero, qué secretos esconde la "Pulchra Leonina" que la hacen aún más maravillosa. Pues, ante todo, sus vidrieras, distribuidas en tres grandes rosetones; 31 ventanales altos, la mayoría de cuatro huecos y dos lancetas laterales; 83 rosas polilobuladas; y 37 ventanales más bajos que cuentan con 136 huecos y 48 lancetas además de numerosas enjutas, triángulos o divisiones de los rosetones.
Entre ellas, hay una vidriera dedicada a Simón el Mago, líder religioso y probablemente gnóstico que compartió época con Jesucristo y fue conocido por realizar trucos y hechizos con el fin de proclamarse el verdadero mesías. Para verla, al entrar a la seo hay que dar la vuelta a la girola hasta llegar a la capilla de San Antonio, y en la vidriera central se encuentra Simón y dos escenas protagonizadas por este prestidigitador.
Cuenta García Álvarez en su artículo que en la Seo leonesa, además, hay secretos geométricos como el doble centro y, además de las enjutas, hay símbolos alquímicos en la portada principal y en la capilla de la Virgen Blanca también, como es el caso de los Green Man u Hombres Verdes -hay 86 en la Catedral-, que son esculturas de una cabeza humana rodeada de follaje que, según cuentan, esconden algún secreto alquímico aún no descifrado que podría tener la Seo en su interior.
Unas figuras que también aparece en otras tradiciones leonesas como la Fiesta de los Mayos, en los quintos del pueblo talan un tronco gigante de árbol, casi siempre un chopa y en teoría el más alto del municipio.
También en la portada de la catedral de León hay una dama sujetando un Grial, aunque no se ha identificado quien es. Una copa que se va a ver perfecta también en la Colegiata de San Isidoro, la Capilla Sixtina del románico en España y el alma de León, donde están enterrados los Reyes de León y donde Fernando I construye el Reino leonés.
En el panteón de los Reyes se encuentra una representación de la última cena donde destaca un personaje que no está en los Evangelios y que se encuentra allí ofreciendo un cuenco muy particular a los comensales: una copa de piedra de color sanguinoliento.
También en San Isidoro hay una sala con una urna blindada que protege un cáliz de piedra que perteneció a Doña Urraca, descendiente de Fernando I.
La historiadora e investigadora Margarita Torres, candidata del PP a la alcaldía de León en las próximas elecciones municipales de mayo, descubrió hace más de doce años que en la Universidad de al-azhar, de El Cairo, hay dos pergaminos que hablan de como en el año 1054 el emir de Dénia socorre al sultán de Egipto en una hambruna y este, como agradecimiento, le compensa con regalos que le envía por barco y entre los que se encuentra una Copa o Grial procedente del Santo Sepulcro en Jesuralén, o la veleta, el Gallo de San Isidoro, símbolo de León, que es mucho más antiguo que la propia Colegiata y que llegó a León en el mismo lote que la Copa considerada como el Santo Grial. Objetos que el emir después regala a Fernando I como medio de diplomacia para congraciarse con él al compartir fronteras.
Torres en su libro "Los Reyes del Grial" escrito junto a José Miguel Ortega, señala que la reliquia conocida como el cáliz de doña Urraca, es «sin lugar a error» el Santo Grial.
Numerosas inscripciones y pinturas murales; una cuba con vino que data de la época de Santo Martino; personajes de la cultura sumeria; un gran edificio de planta rectangular, abovedado y flanqueado por hileras de columnas e incluso un templo consagrado a Mercurio, son otras de las incógnitas que encierra la Colegiata de San Isidoro de León, la gran joya del Románico.
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