Educación

Cataluña tiene más de 8.000 niños con necesidades educativas en lista de espera

La escuela inclusiva fracasa por falta de recursos. CCOO reclama doblar su presupuesto para incorporar especialistas

Rural.- La Red Natura 2000 y el oso en las escuelas de Caso, Ponga, Aller y Onís
Cataluña cuenta con 49.000 alumnos con necesidades especiales y 8.000 que esperan ser atendidoslarazonFUNDACIÓN OSO PARDO

Pronto se cumplirán tres años de la aprobación del decreto de la escuela inclusiva. La idea era estupenda, contemplaba dotar a las escuelas ordinarias de recursos para que alumnos con necesidades educativas especiales (NEE), como Fernando, que tiene discapacidad, o Jonatan, que tiene una enfermedad crónica, no tengan que acudir a escuelas de educación especial o estudiar en casa. Pero los años de desgobierno han dejado sin presupuesto al proyecto. Y sin dinero, no se ha podido fichar a personal y 8.000 alumnos con necesidades educativas específicas, según el sindicato CCOO, no están recibiendo la atención debida. «Las dos prórrogas presupuestarias están teniendo graves consecuencias en la vida de las personas», denunció ayer el Secretario General de la Federación de Educación de CCOO, Manel Pulido.

No es una denuncia hecha a la ligera. CCOO ha llevado a cabo una encuesta en 353 centros educativos, muestra suficiente para extrapolar datos. Y el principal problema que ha detectado es que faltan personas en los Equipos de Asesoramiento y Orientación Psicopedagógica (EAP). Estas plantillas son las que se encargan de detectar y evaluar a los alumnos que pueden tener un problema de aprendizaje o de otro tipo que requieran una atención especial. Según el informe de CCOO, el 86% de los centros tiene alumnos que están a la espera de un informe. «En realidad hay una doble lista de espera, para tener el dictamen y para recibir los recursos», lamenta Pulido.

Sólo en los centros que han respondido el cuestionario, el total de alumnos en lista de espera asciende a 2.700, pero si este dato se extrapola al conjunto de Cataluña, 38.000 alumnos esperan una evaluación. A estos alumnos hay que sumar 49.000 con necesidades educativas específicas que no reciben el apoyo necesario. Además, han detectado unos 20.000 alumnos inmigrantes que no tienen aula de acogida que garantice su inclusión. Y el 92% de las escuelas tienen niños que no cuentan con recursos económicos para pagar libros o extraescolares. En total, habría 107.000 alumnos con dificultades económicas. CCOO reclama doblar, como mínimo, el presupuesto de 54 millones previsto en los prespuestos para la escuela inclusiva

«Un hijo con discapacidad puede suponer 1.000 euros extra en educación cada mes»

Andrés Jiménez

Padre de un chico con discapacidad

Cuando el hijo de Andrés llegó a España del orfanato, la familia pensó que le faltaba estimulación. Tenía 3 años e iba más lento que los compañeros de P3. Pero con el tiempo, le diagnosticaron una discapacidad. Andrés tenía clara una cosa, quería que su hijo estudiara es una escuela ordinaria, igual que el resto de chicos del barrio, para que tejiera una red social. Hoy, tiene 22 años, un 75% de discapacidad y sale con amigos, tiene un equipo de fútbol y sigue estudiando. Pero llegar aquí «ha sido muy duro». En Primaria, se les propuso que el niño fuera a un centro de educación especial. Andrés buscó en el Vallés Oriental y Barcelona un colegio ordinario donde quisieran a su hijo y al final acordó media jornada en un centro de educación especial y media en una escuela ordinaria, aunque para que su hijo pudiera ir de excursión a la nieve tuvieran que pagar 500 euros extras a una persona que le acompañara, porque en la escuela no tenían personal o 350 euros de apoyo psicopedagógico.

«Mi hijo intentó quitarse la vida cuando lo enviaron a estudiar a casa. Ahorraríamos dolor y dinero si las escuelas tuvieran una enfermera»

Sesa Cameán

Madre de un niño con una enfermedad crónica

Una enfermera en la escuela hubiera cambiado la vida de Jonatan y de su madre. También la de Asier, un bebé con una enfermedad rara que no puede ir a la guardería, porque en la educación de 0 a 3 años no hay recursos para niños con necesidades especiales. O la de Martina, que en P3 le diagnosticaron diabetes y como no es aún autónoma para gestionar su enfermedad necesitaría el apoyo de una enfermera en el colegio. Pero la figura de la enfermera escolar no existe. Sesa Cameán, la madre de Jonatan, explica que las enfermedades crónicas no están contempladas como necesidades educativas y los alumnos acaban siendo atendidos por las familias o son escolarizados en el domicilio. Jonatan tiene epilepsia refractaria y un ataque al día. Ningún colegio lo quería. En busca de escuela, se mudaron de Lleida a Barcelona. Y Sesa tuvo que dejar su trabajo y pasar 6 horas en el colegio para atender a su hijo en caso de ataque. Estudiar en casa no era la solución, Jonatan se sentía solo y quiso suicidarse.

«Mamá, ¿me estás diciendo que no soy tonto? No, lo que tienes son altas capacidades»

Julia

Madre de un niño con altas capacidades

«Mamá, me estás diciendo que no soy tonto. Mi hijo creía que era tonto y es un niño con altas capacidades». Cuando Julia recuerda el día en que descubrió que su hijo tenía altas capacidades no puede evitar emocionarse. Llevaba años sin entender qué le pasaba a su hijo, un niño que a los tres años leía y contaba hasta 99, pero que con seis ningún profesor lo quería en clase porque era un estorbo. «Le hicieron las pruebas para ver si tenía TDAH, pero lo que le pasaba es que se aburría y daba por saco. Aunque esto no lo supe hasta los once años. El problema es que en las escuelas faltan especialistas para detectar y estimular a estos alumnos», lamenta. Hay detectados unos 2.500 en Cataluña, cuando por estadística deberían haber entre 50.000 y 80.000 niños. Entre los niños no detectados, el fracaso escolar llega al 50%. «Son niños que aprenden rápido, pero si no se les reta, se desmotivan y se frustran, además, son niños muy sensibles, más susceptibles a sufrir acoso escolar», alerta Julia.