El último tamudista vivo

No recuerdo que periodista de Madrid se autoproclamó «el último raulista vivo» como homenaje al gran Raúl González Blanco, que tanta gloria dio al Real Madrid; desde que lo leí me gustó la frase y decidí proclamarme «el último tamudista vivo», aunque seguro que hay muchos más, entre ellos mi hijo Pepe.

Hace unos días escribí un artículo en esta misma columna, llamando al optimismo y no me arrepiento, ahora sólo queda espacio para hablar de futuro, pero el futuro sólo puede edificarse sobre los mimbres de la historia para salir adelante.

Y la muestra más reciente, tiene un nombre, Raúl Tamudo, el chico pillo, el futbolista de la calle, el incordio de los defensas, el que lloraba cuando tenía que marcharse y el que nos devolvió un médico al que deberíamos hacerle un monumento en nuestro Estadio.

El futuro, nuestro futuro pasa por recuperar el espíritu de Tamudo, porque con ese espíritu en el campo todo era posible, un gol en el último segundo, quitarle la liga al eterno rival, estar al borde del descenso pero pensar; nos salvaremos, porque ahí estaba él. Esta vez no estaba, pero lo que él significa es lo que nos puede ayudar a subir.

Ahora ya no está para marcar goles, pero a cada jugador, a cada uno que venga al equipo deberían ponerle sus vídeos y decirle; te queremos como él, listo, astuto, luchador, comprometido, sólo así saldremos del infierno.