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El contenido del corazón

Las palabras de Nahir Gutiérrez y las ilustraciones de Iván Harón se unen en un libro titulado «La bailarina sin corazón»

Una de las ilustraciones del libro por Iván Harón
Una de las ilustraciones del libro por Iván HarónIván Harón

Estamos en una época en la que hace falta más corazón que nunca. Es este un tiempo extraño en el que tenemos que pensar en la salud de todos. Por eso, cuando aparece una obra que lo reivindica merece la pena resaltarla. Eso lo que ocurre con el contenido de «La bailarina sin corazón», un libro escrito por Nahir Gutiérrez e ilustrado por Iván Harón. El álbum, editado por Mueve tu Lengua, es una oportunidad para que los más pequeños conozcan la realidad de los problemas cardiacos. Para ello se sirve de la historia de Abigail, una niña que desde pequeña que quiere dedicarse a la danza, pero que se encuentra con el problema de que su corazón se lo impide. Todo ello es consecuencia de las cardiopatías, especialmente doloroso para la protagonista del relato que no puede albergar en su corazón todas las sinfonías como a ella le gustaría.

Nahir Gutiérrez, en conversación con este diario, explicó que «Abigail somos todos. Siempre hemos tenido a alguien en algún momento que nos ha dicho “esto no lo puedes hacer”. En este caso es porque el corazón no le da, pero en otros casos es porque alguien nos dice que no sabemos o nosotros mismos porque a veces nosotros somos nuestro peor enemigo». Para escribir «La bailarina sin corazón», Gutiérrez se basó en una historia real, la de Abril, una compañera de su hijo mayor. «Me enteré que de muy pequeña la operaron del corazón dos veces. No se le daba bien pintar sino los musicales del colegio. Empieza a bailar, de todo, pero periódicamente tiene que visitar su cardiólogo. Un buen día este le dice que no puede bailar de forma profesional porque necesitaba un nivel de ensayo que no podría aguantar su corazón».

Sin embargo, pese a esas adversidades, ella salió adelante. «Escribes con esa inspiración, pero luego sale otra cosa. Por un lado, te das cuenta de lo fea que puede ser la vida en ocasiones, poniéndote zancadillas, como es el caso de esta niña, comenta la escritora. En esas puñaladas que a veces da la vida por la espalda, Nahir Gutiérrez recuerda una visita al Museo de la ONCE donde descubrió unas pinturas de quien era el copista más joven del Prado, pero que tuvo que dejar los pinceles al quedarse ciego.

El libro, que cuenta con el apoyo de la Fundación Menudos Corazones, nos descubre que un niño de cada diez el que nace con una cardiopatía congénita. «La vida va muchas veces de ser tramposa. Te dice que esto para lo que eres tan bueno, te lo puede quitar. Te pone a prueba», matiza Nahir Gutiérrez.

Tanto el texto, como las brillantes ilustraciones de Iván Harón, tratan de generar empatía hacia lo que es una cardiopatía de cara al lector más joven, un tema que no es nada frecuente en este tipo de obras. «La infancia es una época muy cruel. Los niños, como todos los humanos, tienen la tendencia a olvidarse de la salud cuando la tienen. Así que no está mal enseñarle a los niños que pueden ser muy afortunados y que hay otros que no lo son tanto, pero pueden salir adelante. Es una invitación a que miren a su alrededor y a agitarles la conciencia», concluye Gutiérrez.

Por su parte, Iván Harón comentó a este diario que «para mí el gran desafío de este cuento ha sido ilustrar una historia de renuncias, de objetivos frustrados y de superación ante la adversidad que tan bien ha descrito Nahir en su historia. Siempre teniendo muy presente el respeto y la sensibilidad hacia los niños y las familias que pasan por un trance tan duro. No es un cuento obvio y eso es algo que me atrajo desde un primer momento».

El ilustrador reconoce que trabajar en este proyecto «en sí ha supuesto un reto para mí como ilustrador ya que trata temas muy delicados y el acercamiento a la historia exige un enfoque muy delicado y desde un punto de vista emocional y he tratado en todo momento que este aspecto se reflejase en todas las páginas».