Covid-19
Los niños transmiten muy poco el virus: sólo causan uno de cada diez brotes en las familias
La mitad de los menores es asintomático. Vall d’Hebron y el BIOCOMSC trabajan en un modelo matemático que concrete los síntomas de la covid infantil para evitar PCR
Desde el inicio de la pandemia, el equipo del doctor Pere Soler, jefe de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría del Hospital Vall d’Hebron, y otros colegas pediatras dieron un paso al frente para defender a los niños, a los que se dejó sin colegio y sin salir de casa durante seis semanas. El sentido común llevó a pensar que los menores contagiaban más, porque con la gripe, que también es un coronavirus, actúan como «supediseminadores» y los más pequeños, sobre todo, tienen tendencia a infectarse de numerosos virus respiratorios. Pero la Covid-19 también llegó para empujar a la humanidad a hacerse preguntas. Y la primera cuestión que se planteó el equipo del doctor Soler es que no había evidencia científica de que los niños fueran un foco de contagio. Antes de que el país se familiarizara con el verbo desescalar, el Hospital Vall d’Hebron, en colaboración con un centenar de pediatras de otros hospitales, la atención primaria y el registro de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias (AquAS), puso en marcha un estudio para analizar la secuencia de los contagios entre menores y adultos que conviven en un mismo domicilio. La primera parte de este estudio observó la transmisión dentro de los hogares entre el 1 de marzo y el 31 de mayo, durante el confinamiento. Y el resultado fue que sólo el 3,4% de los niños habían llevado el virus a su núcleo familiar.
Soler admite que el estudio era limitado porque los niños estaban confinados -no estaban en su hábitat natural- y la muestra era pequeña. En este caso, porque en la primera ola, en Cataluña sólo se confirmaron 163 casos de menores infectados por PCR y sólo 89 participaron en el estudio.
Así que el equipo siguió con el estudio para analizar qué pasaba en verano y una vez empezara la escuela. Y los resultados, que se han presentado esta mañana, han confirmado que los niños transmiten menos eficientemente el virus que los adultos. Los niños sólo ocasionan uno de cada diez brotes en el domicilio familiar. Hasta el 31 de octubre, se ha analizado la historia de 1.081 pacientes pediátricos con una PCR positiva y 3.515 contactos familiares. «En el 73% de los casos, el adulto fue el desencadenante del brote dentro de la unidad familiar, en el 8% fue el niño y en un 3%, otro niño. Realmente, la capacidad de transmisión de los niños es bajísima», constata el doctor Soler. “Ahora ya podemos decir que la libre circulación de los niños y la vuelta al colegio no han traído más contagios por su parte”, añade. Hay que tener en cuenta que los domicilios son un espacio donde el virus se propaga fácilmente. “En una casa, se infecta el 60% de la gente que vive, pero este contagio no es lineal, tiene forma de “U”. Esto quiere decir que en unas familias se infectan todos y en otras no se infecta nadie”, explica el doctor. Su equipo ha observado que los adultos con síntomas que viven en un espacio pequeño y mal ventilado contagian más. Esta observación coincide con investigaciones como la de la de la London School of Hygiene & Tropical Medicine que concluyen que hay unas pocas personas que son responsable de gran parte de los contagios en los que también interviene el espacio donde se originan las infecciones.
Los niños están más protegidos
El estudio del equipo del doctor Soler, que se enmarca dentro del proyecto COPEDI-CAT, también indaga cuáles son las características epidemiológicas y clínicas de la covid infantil o cómo se distribuye la enfermedad en el territorio para identificar los factores de riesgo ambientales y socioeconómicos. La mitad de los niños son asintomáticos y entre los que tienen síntomas, un 70% tiene fiebre; un 37% tiene tos; el 24,5% tiene dolor de cabeza; un 24,3%, fatiga, y un 16,3%, diarrea. “En cualquier caso, los niños no desarrollan formas graves de la enfermedad”, constata el doctor Soler. Sólo un 2,5% de los niños ha requerido hospitalización. Además, tener una patología previa no supone un riesgo. De los 1.006 pacientes hospitalizados, la mayoría se ha recuperado y sólo cinco, un 0,4% presentó secuelas. El caso más grave que ha pasado por el Vall d’Hebron, una niña de 12 años que desarrolló una miocarditis por la infección y que ya está en su casa, coincide con los resultados de un estudio publicado en la revista científica The British Medical Journal, con datos de hospitales británicos, que señalan que la covid-19 es menos grave en niños y jóvenes que en adultos, que la admisión a cuidados intensivos se asocia a niños menores de un mes, de 10 a 14 años y de etnia no blanca.
Las observaciones del equipo del doctor Soler añaden que los niños de entre 3 y 5 años se contagian menos y el porcentaje sube a partir de los 16 años y entre los 0 y los 3 años. En este grupo, puede pasar que son niños más controlados por los pediatras y por lo tanto que se detecte más la infección o que no lleven mascarilla en los colegios.
Un modelo matemático para determinar cuáles son los síntomas de la covid infantil
Como la sintomatología de los niños sigue siendo inespecífica, para ayudar a los pediatras en el diagnóstico el equipo del doctor Soler se ha aliado con el BIOCOMSC, el Grupo de Investigación de Biología Computacional y Sistemas Complejos del departamento de Física de la Universidad Politécnica de Cataluña. El equipo de Clara Prats está desarrollando un modelo matemático a partir de la sintomatología de un millar de niños con coronavirus confirmado con PCR para determinar con que síntomas se puede o no descartar una covid. Este modelo quiere ayudar a reducir el número de PCR que se hace a los niños ahora que los pediatras no tienen claro el cuadro clínico. La idea es avanzar hacia una medicina personalizada, avanzarse en el diagnóstico, liberar al sistema sanitario y evitar confinamientos innecesarios.
Monitorizar 50 escuelas a partir de enero
El doctor Soler da por cerrado el estudio que concluye que nos niños contagian menos que los adultos. Esta investigación se publicará antes del 15 de diciembre, pero su equipo seguirá analizando cómo se comporta la covid en la población infantil. En enero arrancará, con tres meses de retraso, el proyecto de las escuelas centinela. Se monitorizará el virus en una cincuentena de centros para descifrar cómo actúa con los niños. Los resultados ayudarán a decidir medidas. Los protocolos han ayudado a que las escuelas no actúen como amplificador de la enfermedad. En un 87% de los casos, los positivos no han dado pie a ningún contagio dentro del aula. En estos momentos, hay 885 grupos confinados de 72.000, un 1,23% y en los últimos diez días han dado positivo 1.910 alumnos y 163 profesores. El proyecto de las escuelas centinela observará por qué hay clases donde se contagian muchos niños y otras no, el espacio, cómo están distribuidos... “La mejor defensa contra el virus, es la información”, recuerda el doctor Soler.
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