Covid-19

Illa admite que la evolución de la pandemia es “muy preocupante” pero descarta el confinamiento total

Rechaza el cierre domiciliario de Castilla y León y tomar medidas más contundentes pese al toque de atención de la OMS

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este jueves en el Delegación del Gobierno de Cataluña en la que ha anunciado que España recibirá en los próximos siete o diez días las primeras dosis de la vacuna de Moderna y la previsión que ha hecho, es que en las próximas semanas se reciban 600.000 dosis. EFE/ Quique García
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este jueves en el Delegación del Gobierno de Cataluña en la que ha anunciado que España recibirá en los próximos siete o diez días las primeras dosis de la vacuna de Moderna y la previsión que ha hecho, es que en las próximas semanas se reciban 600.000 dosis. EFE/ Quique GarcíaQuique GarcíaEFE

España y Europa siguen inmersas en una montaña rusa de bajadas y repuntes de los contagios desde la llegada de la segunda ola, que ha llevado al director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, Hans Kluge, ha llamar su atención. Esta mañana ha pedido a los países miembros más esfuerzos ante la “situación alarmante” creada por la circulación en la región de la nueva variante del virus del SARS-CoV-2 identificada en el Reino Unido. Queda por constatar científicamente si esta mutación es más contagiosa. Todo indica a que sí, aunque hay que acabar de ver si los positivos se han disparado por el aumento de la movilidad y la interacción social durante las fiestas de Navidad o si esta nueva variante es más infecciosa. En cualquier caso, la OMS pide más medidas: generalizar el uso de mascarillas, algo que España ya aplica, limitar el número de reuniones sociales, respetar la distancia de seguridad, vigilar la higiene y acompañar estas medidas clásica con sistema más innovadores de detección y localización y un buen aislamiento de los pacientes.

Pero en una comparecencia paralela, desde la delegación del Gobierno en Barcelona, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha descartado un confinamiento total, después de que se haya disparado la incidencia acumuladahasta casi los 300 casos por cada 100.000 habitantes. Tampoco contempla dar permiso a Castilla y León para decretar un confinamiento domiciliario. El actual decreto del estado de alarma no permite el confinamiento domiciliario, pero Castilla y León quiere solicitarlo después de que con el toque de queda u otras restricciones de la movilidad no haya logrado contener los contagios. Castilla y León ha informado de que quiere pedir un confinamiento duro y corto para frenar al virus en el Consejo Interterritorial de Salud de la próxima semana. En estos momentos, tiene en vigor el confinamiento perimetral y en Segovia, se ha retrocedido al nivel 4 de alerta tras alcanzar una situación de “riesgo extremo”. Ávila y Palencia cierran la hostelería interior, grandes superficies e instalaciones deportivas. La región registra una transmisión comunitaria no controlada y sostenida de la infección que ha colapsado el sistema sanitario.

Preocupación por la evolución de la pandemia

Illa ha admitido que la evolución de la curva epidémica es de “muchísima preocupación”, pero considera que las Comunidades Autónomas están adoptando medidas “proporcionadas” para frenar la transmisión en función de su situación epidemiológica. Defiende el “Plan de Actuación de respuesta coordinada para el controla de la transmisión de Covid-19”, desde el que actúan los 17 gobiernos.

En los próximos días, se verá con más claridad el efecto de las fiestas navideñas -Nochebuena y Fin de Año- en la curva epidemiológica. “Ayer acabaron las fiestas de Navidad y volvemos a un proceso de normalidad y, aunque puede haber un retraso en la notificación de casos por la particularidad de estas fiestas, la valoración que hacemos es de muchísima preocupación”, ha advertido el ministro.

Vuelta al colegio desigual

Mientras un grupo de expertos científicos reclama retrasar la vuelta al colegio, como han hecho países como Irlanda, en España, cada Comunidad Autónoma ha tomado sus medidas.

Illa se ha limitado a decir que “vienen semanas muy complicadas” y a reclamar una vez más que hay que seguir las recomendaciones sanitarias y no bajar la guardia.

La estrategia de mitigación

España parece haberse abrazado a la estrategia de mitigación, que consiste en ver el contagio como algo inevitable y reaccionar cuando la transmisión comunitaria es ya muy elevada y ejerce un impacto en el sistema sanitario. El problema de esta estrategia es que al final, el país acaba inmerso en ciclos de escaladas y desescaladas con medidas que debilitan la economía, el sistema sanitario y el compromiso de la ciudadanía. En una encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) recién publicada, el 60% de los españoles comparte que se deberían haber tomado medidas más contundentes para frenar al pandemia.

El pecado o los pecados originales de España son no contar una estructura robusta de salud pública. Además de avanzarse en la desescalada en verano, un error que volvió a cometer ahora en la segunda ola, y ser un país con pocos recursos para compensar a los sectores afectados por las restricciones.