Barcelona

Quinta noche de disturbios: los Mossos por fin intervienen pero no evitan los saqueos

Los manifestantes, lejos de enfrentarse a la Policía, fueron directamente a destrozar los comercios de Paseo de Gracia

Los manifestantes, lejos de enfrentarse a la Policía, fueron directamente a destrozar los comercios de Paseo de Gracia.
Los manifestantes, lejos de enfrentarse a la Policía, fueron directamente a destrozar los comercios de Paseo de Gracia.AgenciasLa Razón

No ha sido una semana fácil para los Mossos. Desde el primer día de protestas su labor se ha visto cuestionada por buena parte de la clase política. Concretamente por aquella que está llamada a formar gobierno. Mientras, los disturbios y saqueos se han sucedido tras la primera intervención de la policía catalana el pasado martes. Desde entonces, las brigadas antidisturbios se han mantenido en un segundo plano. Las quejas de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y del propio cuerpo, que mañana tiene una reunión en la conselleria de Interior, han surtido efecto y el dispositivo desplegado esta misma noche ha evitado los disturbios del viernes, pero no los saqueos. Lo cierto es que, a diferencia de lo ocurrido los últimos días, los manifestantes parecían más interesados en el pillaje que en enfrentarse a la policía.

La manifestación, como ayer, arrancó a las siete de la tarde en la plaza Universidad entre gritos de “libertad Pablo Hasél”. Una hora después, la concentración quedaba disuelta y un nutrido grupo de encapuchados se dirigía, como el viernes, hacia la Jefatura de la Policía Nacional. Quizás por el fuerte dispositivo que les esperaba en Via Laietana era notablemente superior al de los últimos días o quizás porque su objetivo no era otro que saquear los comercios que se pusieran a tiro, lo cierto es que nada más atravesar plaza Cataluña el grupo se separó en dos flancos. El primero fue directamente a paseo de Gracia, entre otros comercios, la tienda de Nike fue completamente desvalijada. El segundo grupo se escurrió por las calles del Born. El Palau de la Música ha sido el objeto de la lluvia de cascotes pero, pese a la ruptura de algunos cristales, las puertas resistieron.

Todo parece indicar que los Mossos siguen con la orden de no disparar, tras lo ocurrido el martes pasado, cuando una chica perdió un ojo en la manifestación. Así que en su lugar, optaron por ampliar el dispositivo y avanzar desde el centro de Barcelona hacia las calles del Eixample. Mientras, las furgonas daban vueltas por las calles adyacentes. En su retirada, los manifestantes volcaban contenedores y motocicletas para evitar el acceso de los Mossos.

El malestar del cuerpo tras los disturbios de los últimos días es palpable. Hoy, sin ir más lejos, todos los sindicatos han firmado un documento para exigir una reunión con el conseller de Interior, Miquel Sàmper. La coyuntura política, con la formación de gobierno en el horizonte, sin embargo, deja al cuerpo en muy mal lugar. No en vano, Interior está en manos de JxCat, que hoy mismo ha emitido un comunicado posicionándose con la CUP para revisar las políticas de seguridad de Cataluña. La propia candidata, Laura Borràs, expresó en público su apoyo a las movilizaciones. Y ERC prefiere ponerse de perfil para que los postconvergentes asuman el precio político de los disturbios. El resultado del desaguisado político no ha sido otro que el unas brigadas antidisturbios con la orden, a tenor de lo ocurrido, de intervenir los menos posible.