La disciplina del grabado cuenta con una gran historia y, si bien en su momento nació como una técnica de impresión en el contexto de la escritura y la imprenta, hoy en día ésta se enmarca principalmente en el ámbito artístico.
-¿Qué es el grabado calcográfico? ¿En qué consiste y cómo se ejecuta?
- Es una disciplina artística que, a su vez engloba muchas técnicas de impresión. Lo que hacemos con el grabado es, en lugar de dibujar directamente sobre un papel o tela, por ejemplo, hacemos una matriz, que puede ser de piedra, de metal, de madera..., en la que hacemos el dibujo y finalmente lo imprimimos con presión en un soporte final, que será papel o también puede ser tela. Incluye muchas técnicas de acción directa, como la punta seca, y otras de acción indirecta, y aquí ya entran otros conceptos como son los ácidos.
–¿Existen diversas maneras de trabajar dentro de esta disciplina?
-Dentro del grabado como disciplina hay muchas técnicas y lo bueno es que se pueden mezclar muchas de ellas. Dentro de una misma obra se pueden haber mezclado técnicas como es el aguafuerte, el aguatinta, el carborundum... Da mucho juego, dentro del grabado hay mucho margen de improvisación o de mezcla de técnicas,
– ¿Qué aplicaciones tiene? ¿Qué permite hacer el grabado?
– El concepto actual de grabado estaría enfocado más hacia el tema del arte, pero también hay otras técnicas de estampación, como la serigrafía, que se usan en moda para estampar. El grabado es una variante de lo que es la imprenta en el ámbito de la escritura que también se puede aplicar al arte. Con las nuevas tecnologías esta disciplina cada vez ha ido más en desuso. Tiene mucho siglos de antigüedad y en su momento se usó sobre todo para la imprenta, pero hoy en día es algo más dirigido al arte. Pero también ha ido evolucionando y cogiendo cosas de las nuevas tecnologías y adaptándose también al cuidado del medio ambiente. Por ejemplo, antiguamente se usaban ácidos como el nítrico o el colídrico, pero ahora se han ido sustituyendo por unos mordientes salinos que, no es que sean la pancea ni que reduzcan totalmente la toxicidad, pero sí que ayudan a que el impacto medioambiental sea mucho menor. También está la vertiente más tecnológica, en la que para hacer el grabado se puede hacer el dibujo a nivel tecnológico y luego se pasa a una plancha de polímero y se revela exponiéndolo a la luz, de manera que ya no entra en juego ningún tipo de mordiente ni ácido. Puedes jugar con soportes digitales para crear tu obra, aunque el soporte final es siempre el papel.
–¿Qué herramientas se requieren para el grabado ?
- Principalmente, para hacer las matrices normalmente se utilizan herramientas como la punta seca si hablamos de metal, un buril si hablamos de madera o una gubia si hablamos de lineoleo. Esto es para hacer la matriz, pero después, dependiendo de la técnica que queramos hacer, usaremos otros materiales, como el azúcar para la aguatinta. Dentro del proceso, lo que sería importante es una fuente de presión, como es el tórculo, una impresora manual; en definitiva, una máquina que pueda hacer suficiente presión como para poder estampar la matriz en un papel y que quede bien.Son unas herramientas que a priori no todo el mundo tiene a su alcance, pero que se pueden adquirir con facilidad y a bajo coste.
-¿Es una técnica al alcance de cualquiera o se requieren unas habilidades especiales? ¿Se enseña en las academias de artes y carreras de bellas artes o es una aprendizaje más especializado o que se pasa de padres a hijos?
-Todo el mundo puede hacerlo, otra cosa es que después vayas desarrollando tu habilidad para llegar a ser un gran profesional. De hecho, nosotros hacemos cursos de iniciación a los que viene gente que en su vida ha hecho nada de esto. Cualquiera con ganas de aprender lo puede hacer. Por otro lado, esta técnica sí que se enseña en la carrera y en las escuelas, pero es como algo más residual; suele ser como optativa o bien se le dedica pocas horas. Por lo que a mí respecta, sí que es algo que viene de padre a hijo. Yo en realidad estudié audiovisuales, aunque desde los quince años echaba una mano a mi padre en el estudio. Después de acabar la carrera, con la crisis del 2008, empecé a trabajar aquí y mi padre me enseñó el oficio. Ahora me puedo ganar la vida con esto, a pesar de la pandemia, cuando estamos pudiendo capear el temporal porque nosotros trabajamos tanto con artistas nacionales como internacionales y, aunque durante este tiempo no hemos podido recibir artistas, gracias al contacto que hemos tenido anteriormente, nos han ido haciendo sus pedidos. Además, hacemos cursos. De hecho ahora hemos empezado con escuelas de bachillerato artístico, que han venido a hacer cursillos para iniciarse en el mundo del grabado.
- A día de hoy, ¿cuánto tiene de tradición y cuánto de modernidad?
-Hoy en día parece que las cosas antiguas se ponen de moda. Ahora, lo vintage es como algo moderno. Entonces, por un lado, está esa gente más clásica que le gusta esto desde siempre y, por el otro, hay personas que lo descubren ahora y puede acabar siendo para ellos una disciplina que les guste, quizá un poco por el hartazgo de todo lo digital, que hace que valoren el hacer algo a mano.