Investigación Médica
Una app permite determinar por primera vez que las mujeres con síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica tienen más gravedad que los hombres
Con una futura incorporación de biosensores altamente sensibles y precisos, esta tecnología, desarrollada por Vall d’Hebron, la UAB y la UPC, podría ser una herramienta eficaz para monitorizar a tiempo real los síntomas de estos pacientes y mejorar así su manejo y tratamiento personalizado
Entre 350.000 y 500.000 personas sufren en Cataluña el síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica (SFC/EM), de las cuales dos de cada tres son mujeres. Su principal síntoma es la fatiga intensa, aunque también puede afectar a la memoria inmediata, la concentración y la velocidad de procesamiento de la información, así como producir dolor, intolerancia al ejercicio físico y mental y mareos. Y pese a su alta prevalencia y que este síndrome puede llegar a ser muy incapacitante, a día de hoy aún no se han identificado biomarcadores diagnósticos ni existen fármacos específicos para la enfermedad.
En este sentido, cualquier innovación orientada a mejorar el manejo de estos pacientes es un gran avance y más si tenemos en cuenta que se estima, que de cara al 2030, las cifras de prevalencia se duplicarán a causa de la COVID-19 persistente, afectación por la que quienes la sufren tienen síntomas similares, como el llamado síndrome de fatiga post-viral, que ya se había descrito para otros coronavirus previamente, así como para otros virus como el Ébola y citomegalovirus.
Ante este panorama y con el objetivo de comprender mejor y favorecer el seguimiento de esta enfermedad, así como estratificar la fatiga de estos pacientes, Vall d’Hebron, la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad Politécnica de Cataluña-Barcelona Tech han desarrollado una aplicación móvil con la que se podría valorar la gravedad de la fatiga en este síndrome mediante el registro y monitorización de la variabilidad de la frecuencia cardíaca. Esta tecnología consiste en una cinta torácica con un sensor capaz de medir ciertas variables hemodinámicas cardíacas, el cual está conectado a una aplicación móvil a través de bluetooth.
Con esta herramienta, en primera instancia, se llevó a cabo un estudio solo con mujeres, algunas de ellas sanas y las otras con la enfermedad, gracias al cual se comprobó la existencia de relación entre la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la gravedad de los síntomas de la SFC/EM en esta población y de hecho, ya entonces se pudo observar que esta variabilidad era menor en las pacientes con esta patología, especialmente en casos más discapacitantes. La frecuencia cardíaca es el parámetro que indica el número de pulsaciones por minuto del corazón, pero el tiempo que transcurre entre dos pulsaciones consecutivas puede variar, es decir que no siempre es exactamente el mismo, sino que es posible detectar pequeñas diferencias que entran dentro de la normalidad y esto es lo que se conoce como variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC). Así pues, tener una alta variabilidad de la frecuencia cardíaca es positivo puesto que indica un buen funcionamiento del sistema nervioso autónomo.
Recientemente además, se ha publicado un segundo estudio, en el que en esta ocasión se ha analizado una muestra formada por hombres y mujeres, el cual ha permitido “determinar por primera vez que existen diferencias en la variabilidad de la frecuencia cardíaca entre las mujeres y los hombres con SFC/EM”, tal y como indica Jesús Castro, coordinador del laboratorio en Síndrome de Fatiga Crónica/Encefalomielitis Miálgica del grupo de Reumatología de Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR). Por lo tanto, “con esta app de móvil vemos que las mujeres están más afectadas y tienen mayores síntomas cardiovasculares que los hombres con la misma enfermedad, comparándolo con una población de hombres y mujeres sanos”, asegura Castro para a continuación señalar que “en el síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica hay una diferencia de género, ya que las mujeres tienen mayor gravedad de los síntomas de disfunción cardiovascular que los hombres”. El mensaje importante es que “las mujeres, entre quienes la enfermedad es mucho más prevalente, tienen más gravedad de los síntomas asociados a fatiga crónica que los hombres”, insiste Castro.
Pero además, como señala el doctor, esta herramienta tiene además otro uso potencial de cara al futuro. Ahora, el siguiente paso es “tratar de encontrar biosensores altamente sensibles y precisos que puedan monitorizar a tiempo real los síntomas de estos pacientes, los brotes y remisiones, para incorporarlos a la app móvil con el fin de tratar de manejar mejor a estos pacientes en cuanto a un tratamiento personalizado”
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