Opinión

Los cuentos del profesor Quintero

Gonzalo Quintero Olivares
Gonzalo Quintero OlivaresFuster FabraLa Razón

Si alguna cualidad me auto reconozco es la capacidad para trabar amistad con la gente a la que admiro. Si a ello le unen ustedes el haber nacido inmune a dos sentimientos negativos como lo son la envidia y los celos, comprenderán que la gran felicidad de la existencia me la otorguen mis amistades junto a mi familia.

Desde hacía muchísimos años era admirador del mejor penalista vivo que hay en España, a decir de un Magistrado del Tribunal Supremo, es cierto que apenas lo conocía y que sería vanidad por mi parte considerarme discípulo suyo. Pero un buen día coincidimos, simpatizamos y así hasta hoy que somos compañeros de despacho.

La vida es como es, y los ingleses tienen una palabra difícil de traducir que es “feeling”. Si el profesor Gonzalo Quintero hubiera sido solo un magnifico tratadista del derecho penal hoy no seriamos amigos, pero resulta que el profesor es además un tipo genial y ameno que conoce Barcelona entera de día y de noche con el que hablar de cualquier cosa es un auténtico placer, porque, como él afirma, jamás no se olvida nada de lo que ha vivido o leído, cualidad que dice haber heredado de su madre. Si a eso le añadimos que de vez en cuando se arranca con la guitarra para marcarse un bolero o acompañar en un tango al mejor tanguista de la ciudad, que el día que deje su cargo bien podrá dar recitales públicos, comprenderán por qué profeso por mi amigo verdadera devoción.

No me olvido de los cuentos, porque por si fuera poco mi hoy amigo y compañero escribe con gran ironía e inteligencia, así que si quieren pasar un buen rato les recomiendo sinceramente los “Cuentos crueles, absurdos e ingenuos del profesor Gonzalo Quintero Olivares” y disfrutarán leyendo como un sujeto aparentemente vulgar resulta ser lo que no parece, como puede torcerse una gamberrada de un grupo de casados, etc.

¿Saben una cosa? Cada día me gusta más escribir bien sobre la gente a la que aprecio y admiro y menos sobre los tostones que escuchamos en las noticias.