Política

El PSC de Illa, el "partido hermano" del PSOE que arropa y necesita al Gobierno de Sánchez

Análisis sobre el futuro de la legislatura en Cataluña a raíz de los últimos escándalos de corrupción

 El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente de la Generalitat, Salvador Illa (d), a su llegada a las jornadas "World in Progress Barcelona"
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente de la Generalitat, Salvador Illa (d), a su llegada a las jornadas "World in Progress Barcelona"Agencia EFE

"Hemos tenido -no el PSC, sino el PSOE, un partido hermano al que aprecio y quiero- un problema grave. Efectivamente, grave". Son palabras del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el Parlament. Y con esa primera persona del plural inicial se resume el estado actual de la política catalana. Illa es una de las personas de mayor confianza de Pedro Sánchez desde su etapa como ministro de Sanidad -prueba de ello es la reunión que ambos mantuvieron por sorpresa ayer viernes en Madrid- y sabe que la legislatura catalana se puede ver seriamente comprometida si la Moncloa cambia de inquilino.

Diversas fuentes de la dirección de los socialistas catalanes consultadas por EFE confían en que la crisis no salga de la calle Ferraz -donde se ubica la sede del PSOE en Madrid-, pues no ven "indicios" de que nuevas informaciones puedan afectar al Gobierno de Sánchez ni al PSC.

Tampoco a Illa, según quiso dejar claro el propio president en la última sesión parlamentaria: "No tengo ningún inconveniente en que me investiguen. No me tengo que esconder de nada", aseguró.

Consideran las citadas fuentes que al PSC le toca ahora "echar una mano" al PSOE, pues recuerdan cómo militantes de diversas federaciones socialistas ayudaron a sus compañeros catalanes durante los meses más tensos del 'procés', por ejemplo ejerciendo de apoderados en las elecciones de diciembre de 2017.

Una relación asimétrica

El PSC es un partido soberano y con personalidad jurídica propia, finanzas independientes y total autonomía de acción en el marco de la política catalana, según fijan sus estatutos.

La relación de "hermandad" a la que alude Illa se traduce en un protocolo que habilita a los socialistas catalanes a participar en los órganos federales del PSOE: Ejecutiva, Comité Federal y Congreso. El PSC es el único partido con este tipo de vínculo con el PSOE, dado que el resto de territorios cuentan con federaciones orgánicamente dependientes de Ferraz. Un vínculo asimétrico: el PSC sí participa en los procesos internos del PSOE, pero no sucede lo mismo en sentido contrario.

Esta relación se completa con dos compromisos tácitos, explican fuentes socialistas. En la Ejecutiva del PSOE suelen participar militantes del PSC -hoy: Jordi Hereu, Manuel García Salgado y Montse Mínguez, recién situada, de forma interina, dentro de la secretaría de organización-, mientras que los delegados que el PSC envía a los congresos del PSOE evitan tomar partido en sus debates estatutarios.

Dos catalanes han aspirado a las máximas responsabilidades en el PSOE: Josep Borrell fue en 1998 el candidato a la presidencia del Gobierno, mientras que Carme Chacón acarició en 2012 la secretaría general de este partido.

La relación entre PSC y PSOE no ha estado exenta de roces; como muestra, un botón: con el PSOE comandado por una gestora -tras ser Pedro Sánchez defenestrado como secretario general-, los diputados del PSC votaron en 2016 contra la investidura de Mariano Rajoy.

Illa, atado a Sánchez para cumplir con sus socios

El futuro de la legislatura catalana, en cualquier caso, no puede desvincularse de lo que pase en Madrid, puesto que el éxito de los acuerdos de investidura de Illa, especialmente el suscrito con ERC, depende en buena medida de Moncloa y, en parte, de lograr una mayoría en el Congreso. Es el caso de la quita de la deuda con el Fondo de Liquidez Autonómica, de la financiación 'singular', del traspaso de Rodalies o del modelo de gobernanza del Aeropuerto de Barcelona-El Prat.

Diversas fuentes de los socios de investidura asumen que la clave estará en si Sánchez logra aprobar en 2026 unos Presupuestos Generales del Estado, lo que en gran medida, sostienen, dependerá del alcance de las informaciones que todavía se esperan del caso Koldo. Hay en el PSC quien considera, sin embargo, que Sánchez puede aguantar incluso sin nuevas cuentas.

Un eventual Gobierno encabezado por el PP eliminaría los incentivos que ERC tiene para mantener a Illa en el Palau de la Generalitat y podría volver a sumir a Cataluña en la incertidumbre.