Tratamiento

Vall d’Hebron lleva a cabo el primer trasplante de pulmón a un paciente post COVID en España

Jordi estuvo 127 días ingresado en la UCI, de los cuales 122 permaneció conectado a la ECMO. Sus pulmones estaban muy dañados por el virus, sin embargo el resto de sus órganos se mantenian en perfectas condiciones y el trasplante se planteaba como la única alternativa

Jordi, un paciente de coronavirus de 51 años de edad, y el Hospital Vall d’Hebron han abierto una nueva puerta en lo que se refiere al tratamiento de los pacientes con COVID severo al convertirse en los protagonistas del primer trasplante de pulmón a un paciente post COVID en España.

En abril de 2020, en China ya se llevó a cabo la primera intervención de estas características y, de hecho, en Estados Unidos ya se han realizado varios trasplantes pulmonares a personas gravemente afectadas por la infección, sin embargo en España ello no había sucedido aún, ya que se trata de una intervención muy compleja que está solo indicada en casos muy concretos, en los que no existe más alterativa. Tal y como explica el doctor Alberto Jauregui, jefe de Cirugía Torácica y Trasplante de Pulmón de Vall d’Hebronm “existen dos perfiles de pacientes post COVID candidatos al trasplante: aquéllos que están conectados a la ECMO y tienen una lesión irreversible de los pulmones y quienes padecen fibrosis como secuela grave de la infección”. Jordi corresponde al primer grupo.

Él se contagió por coronavirus a finales de enero de este año y pese a ser una persona joven y no tener patologías previas, dos semanas después de ingresar en un hospital comarcal a raíz de la infección tuvo que ser trasladado a la UCI del Hospital de Bellvitge con una neumonía bilateral y entonces ya requirió la ayuda de un ventilador para respirar. Sin embargo, solo cinco días después, esa ventilación mecánica se demostró insuficiente y necesitó el apoyo de un dispositivo de oxigenación extracorpórea (ECMO), que consiste en “una máquina que se conecta a las venas y arterias del paciente a través de dos cánulas y permite extraerle sangre y devolvérsela oxigenada”, explica el doctor Jordi Riera, director del programa ECMO en paciente adulto de Vall d’Hebron, quien señala que este recurso “se usa cuando el corazón del paciente o los pulmones no funcionan”. “En este caso, la maquina de oxigenación extracorpórea sustituía los pulmones de Jordi ya que, si bien en COVID no cura, permite que el pulmón agredido descanse para poder recuperarse”.

De hecho, en Vall d’Hebron, 75 pacientes con coronavirus han recibido soporte con ECMO y el 70% de éstos ya están en casa, recuperados, pero en el caso concreto de Jordi, tras 127 días ingresado en la UCI, 122 de los cuales estuvo conectado a la máquina extracorpórea, no se evidenció mejora, por lo que los profesionales de Bellvitge solicitaron al Comité de Trasplante Pulmonar de Vall d’Hebron una valoración acerca de la conveniencia de ofrecer a Jordi la posibilidad de llevar a cabo un trasplante de pulmón.

“Siempre hay que intentar que los pulmones se recuperen, pero cuando el paciente no acaba de mejorar, se plantea la opción del trasplante porque no hay otra alternativa”, señala al respecto el doctor Jauregui. En este sentido, se comprobó que en este caso concreto se había producido un fracaso completo de los pulmones, que sufrían ya unos daños irreparables, y que, tras varios intentos, no era posible desconectarle del ECMO, pero al tratarse de una persona joven, con el resto de sus órganos en perfecto estado y con una patología de base que se podía solucionar, tras semanas de valoración y seguimiento, se le trasladó a la UCI de Vall d’Hebron y se le incluyó en la lista preferente para recibir unos pulmones de donante, algo que sucedió a los pocos días.

La intervención fue realmente complicada, entre otras cosas por la importante inflamación producida por la COVID en los pulmones y otros tejidos del paciente y por el largo período de tiempo que éste había permanecido con soporte, de manera que si una operación de estas características suele durar unas 6 horas, en este caso se prolongó hasta las 9 horas. Hasta 15 profesionales de diferentes especialidades participaron en la intervención, durante la cual el paciente permaneció todo el rato conectado a la bomba de circulación extracorpórea, cuya configuración se modificó para que no solo le ofreciera soporte respiratorio, sino también cardíaco, ya que así el corazón no sufriría tanto durante la operación.

Los pulmones de Jordi quedaron completamente dañados por la COVID-19 y el trasplante se presentaba como la única opción
Los pulmones de Jordi quedaron completamente dañados por la COVID-19 y el trasplante se presentaba como la única opciónVall d'Hebron

Esta circunstancia supuso un nuevo reto para los profesionales que participaron en la intervención, ya que como indica Maribel Rochera, del Servicio de Anestesiología de Vall d’Hebron, “para la ECMO se requiere que la sangre esté más líquida de lo normal para que pueda circular por los circuitos de la máquina y distribuirse por todo el paciente, pero, por el contrario, para que los nuevos pulmones suturen y se peguen bien a los tejidos del paciente es conveniente que esa sangre no sea tan líquida, de manera que se necesita un equilibrio difícil de conseguir”

En cualquier caso, la operación de trasplante concluyó satisfactoriamente y Jordi fue trasladado a la UCI, donde a la semana se le pudo retirar la ECMO tras cuatro meses con oxigeno suplementario. Solo 12 días después de la intervención el paciente inició la rehabilitación y a día de hoy los médicos consideran que “en una semana, aproximadamente, ya estará listo para irse a casa”, estima el doctor Jauregui, quien al respecto señala que “Jordi ha sido el primer paciente post COVID al que se le realiza una trasplante de pulmón - aunque ya se había valorado a otros previamente - sin embargo probablemente no será el último”.

Por su parte, Carlos Bravo, neumólogo y coordinador del Programa de Trasplante Pulmonar del Servicio de Neumología de Vall d’Hebron, comenta que “en paciente con COVID severo el trasplante puede ser su única opción y hay que valorarla, porque además todo indica que la supervivencia de estos pacientes es similar a la de aquellos que son trasplantados por otras patologías, aunque el candidato debe ser muy bien seleccionado”