Covid-19

Se pone en marcha un estudio para entender los mecanismos inmunológicos y el efecto de la vacuna en los pacientes con COVID-19 persistente

El objetivo es doble. Por un lado, identificar biomarcadores y entender que está pasando en estas personas desde el punto de vista inmunológico y, por el otro, comprobar si la vacuna puede mejorar los síntomas de estos pacientes

FisioterapiaSATSE08/09/2021
FisioterapiaSATSE08/09/2021SATSESATSE

Durante este más de año y medio de pandemia, se ha comprobado que existe un porcentaje de personas que se infectan con la COVID-19 y que al cabo de, al menos, cuatro semanas siguen con sintomatología. Es lo que se conoce como COVID persistente y éste afecta a cerca del 10% de las personas que han superado la enfermedad, principalmente a mujeres menores de 45 años y que no han requerido hospitalización, por lo que pasan la enfermedad de forma leve.

Esta persistencia de la sintomatología, que en el caso del coronavirus se ha visto que puede durar hasta 18 meses, “no es algo nuevo con los virus”, tal y como pone de relieve el doctor Jordi Rello, investigador principal del grupo de Investigación Clínica/Innovación en la Neumonía y Sepsia de Vall d’Hebron Institut de Recerca y catedrático de Medicina en la Universidad Internacional de Cataluña, sin embargo “lo que sí que es nuevo es la mezcla de varios síndromes en este concepto como puede ser un cuadro de fatiga crónica, dolores neuropáticos, problemas fibrosis pulmonar, dolor persistentes en una región del cuerpo que le impide hacer una vida normal, fatiga crónica persistente, que es el cuadro más frecuente...”.

En definitiva, es tanta y tan variada la sintomatología que pueden padecer estas personas con COVID persistente que, en ocasiones, puede ser complicado su diagnóstico y clasificación en diferentes grupos o subgrupos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud sacó hará un par de semanas una nueva definición de la COVID persistente que implica hasta, aproximadamente, 45 síntomas diferentes. En este contexto, los mecanismos que se asocian a cada una de estas presentaciones pueden tener similitudes o puntos comunes, de manera que la Sociedad Española de Medicina Interna llevó a cabo un estudio en el que se identificaron cuatro grupos de este paciente en función de sus manifestaciones: pulmonares, digestivas, sistémicas y sensoriales, que son. estos últimos, los que tienen un mejor pronóstico.

En cualquier caso, aún no se conocen las causas concretas de la COVID persistente, aunque, como indica el doctor Rello, “probablemente, deben ser parecidas a las de otras enfermedades víricas que producen cuadros de este tipo, como la mononucleosis, tras la cual muchos jóvenes se quedan con un cuadro de fatiga que los incapacita para semanas o meses”. Así pues, parece que la causa principal podría ser el desarrollo de un cuadro de inflamación persistente crónica, que podría producirse por la persistencia del virus o de sus proteínas en determinadas zonas del cuerpo, por la producción de anticuerpos autoinmunes que podrían estar atacando diferentes tejidos del cuerpo o que esa respuesta inflamatoria al virus sea de carácter muy fuerte y produzca daño en diferentes tejidos.

En este contexto, investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol i Gurina, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) han puesto en marcha un estudio con el objetivo de entender los mecanismos inmunopatogénicos de la COVID-19 persistente. “El fin es entender que está pasando en estas personas desde el punto de vista inmunológico, porque si no entendemos qué mecanismos inmunológicos se producen, no podemos diseñar estrategias de intervención basadas en evidencias”, explica Rello, quien al respecto puntualiza que a día de hoy “el único tratamiento que se sigue con estos pacientes consiste en tratar la sintomatología y en rehabilitación”.

Para ello, se llevará a cabo una actualización de la sintomatología persistente de las 300 personas que participarán en este estudio, que tiene una duración de dos años, y se les realizará una extracción de sangre para poder hacer determinaciones analíticas. “Gracias a la tecnología Luminex, se puede identificar desde la generación de anticuerpos, hasta marcadores inflamatorios”, comenta al respecto el doctor, quien además señala que “la idea es intentar recoger cuáles son las concentraciones de estos marcadores y agruparlos en función de si corresponden a un patrón u otro”.

El estudio, que se está desarrollando en colaboración con el colectivo de Afectados persistentes por la Covid-19 en Cataluña y está financiado por la Fundación Daniel Bravo Andreu, cuenta además con un segundo objetivo, que se concreta en ver qué efectos tiene la vacunación en este tipo de pacientes. Y es que hay datos preliminares que sugieren que un grupo de pacientes que se vacunan y tienen Covid-19 persistente mejora. Así pues, “el fin del estudio es caracterizar quién mejora y quién no y entender las diferencias entre quienes mejoran de forma favorable y aquéllos que no tienen respuesta”, indica Rello.