Inmersión lingüística
Sánchez evita respaldar la sentencia del 25% en castellano para no incomodar a Esquerra
El presidente sale en defensa del niño de Canet, pero sin asegurar el español en la escuela catalana
Primer desembarco de Pedro Sánchez en Cataluña tras toda la polémica suscitada en torno a la aplicación de la sentencia del 25% de castellano en la educación catalana. Y mensaje claro: quiere evitar tropiezos con esta cuestión. A la prueba está que el presidente del Gobierno ha evitado asegurar el cumplimiento de la resolución judicial y eso que tenía el camino bastante allanado porque el PSC ya le ha generado el clima propicio al defender su acatamiento. Sánchez ha querido evitar enredarse en una cuestión de máxima sensibilidad porque puede descontentar a sus socios de legislatura (Esquerra) en un momento de máxima importancia: queda la aprobación final de los presupuestos y reformas importantes como la laboral por delante.
Así las cosas, el presidente del Gobierno, que ha aterrizado en Barcelona para arropar a Salvador Illa en la clausura del Congreso extraordinario del PSC que oficializaba el relevo de Miquel Iceta al frente del partido, ha evitado este domingo hacer referencias a la sentencia y al modelo lingüístico que defiende (si está a favor de mantener la inmersión lingüística o corregirla) y se ha limitado a salir en defensa del niño de Canet de Mar que ha sido acosado por el independentismo por pedir más clases en castellano en su aula. «Tenemos que denunciar cualquier campaña de acoso», dijo.
El presidente del Gobierno ha evitado ser claro ya que es consciente que el tema de la lengua es un debate envenenado para él mismo y para el propio PSC, a pesar de que los socialistas han mostrado hasta ahora mucha mayor claridad que el propio Sánchez. «Siempre reivindico que los socialistas hemos estado y estamos donde siempre estamos. Y hemos estado donde está la mayor parte de la sociedad que es con el sentido común y este sentido común nos dice que tenemos que denunciar cualquier tipo de acoso y defendiendo la legitimidad democrática y defendiendo que la lengua es un formidable vehículo para la convivencia. Ahí es donde va estar el socialismo, construyendo convivencia desde el respeto», ha afirmado Sánchez, 24 horas después de la manifestación independentista en defensa del catalán con el apoyo del Govern.
Es decir, ha evitado exigir el cumplimiento de la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en diciembre de 2020 y que ordena a la Generalitat que en todos los centros educativos catalanes se imparta al menos un 25% de las horas lectivas en español. Se debe dar cumplimiento a la resolución judicial antes de que finalice el mes de enero, pero el Gobierno sigue sin cerciorar si va a exigir su aplicación mientras la Generalitat amaga con desobedecer. El PSC, en cambio, sí ha pedido ya el cumplimiento de la sentencia, a pesar de que genera bastante polémica porque los socialistas estuvieron en los 80 en la base del consenso que impulsó el modelo de la inmersión lingüística, que radica en que el catalán es la lengua vehicular.
En este sentido, Illa ha evitado este domingo situarse en ninguno de los dos bandos que hay en liza: los independentistas, que apuestan por escuela monolingüe en catalán, y los constitucionalistas, por una escuela bilingüe en catalán y castellano o trilingüe (añadiendo el inglés). «No nos dividirán por la lengua. Mensaje claro a los que quieren dividir a Cataluña por la lengua: No lo conseguiréis. ¡Un solo pueblo!», ha afirmado, en un mensaje dirigido a ambos bandos. «El PSC no ha fallado nunca a Cataluña. El PSC no falló a Cataluña con la escuela catalana evitando segregar a los niños por la lengua. Tampoco fallará ahora en este tema», ha añadido.
En paralelo, el Govern avanza en su desafío con este asunto y la pasada semana anunció medidas para blindar el catalán en las escuelas. Entre otras cosas, Pere Aragonès informó que la Generalitat ordenará «intensificar» a los inspectores educativos la supervisión en las escuelas para comprobar que el catalán es lengua vehicular y avanzó que lanzarán una «ofensiva» legislativa para garantizar la lengua por Ley.
En cualquier caso, Sánchez se ha desplazado a Barcelona para arropar a Illa, se ha deshecho en afectos al PSC («me siento tan del PSC como del PSOE», dijo) y ha animado al flamante primer secretario a convertirse en el próximo president de la Generalitat. También ha aprovechado para reivindicar el balance del Gobierno y, eufórico, ha asegurado que España está «mejor que hace un año» y ha vaticinado: «Estaremos mejor dentro de un año», ha afirmado, a pesar de que la sexta ola amenaza con fuerza. El presidente del Gobierno subrayó logros como que hace un año había un millón de personas en ERTE y hoy hay 20 millones de empleados; que hace un año no había vacunas y hoy hay más de 38 millones de españoles con pauta completa; o, que nuestro país se ha convertido en el primer estado europeos en recibir los fondos europeos.
Illa, en su turno de palabra, también ha reivindicado que «hoy comienza el camino para gobernar Cataluña» y ha querido apelar a la unidad de Cataluña y España y situar al PSC como garantía de la unidad de España, en esa búsqueda por reconquistar al votante que se marchó a Ciudadanos. «El PSC nunca le ha fallado a Cataluña ni a España porque ha estado al lado de la democracia, de la convivencia, de la fraternidad con España y Europa», ha afirmado, en referencia, sobre todo, a estos últimos 10 años convulsos con el «procés». «Somos el PSC que une y reúne a los catalanes y reúne a los catalanes con España y con Europa», ha afirmado.
En este sentido, ha querido reforzar ese discurso más constitucionalista del PSC para corregir los desvíos del pasado, cuando coqueteó con el nacionalismo (Iceta ha representado esa transición, esa desvinculación de la línea más nacionalista del partido e Illa tiene el papel de consolidarlo). Illa ha resaltado así la contribución del PSC a la Transición, a la sanidad universal o a la transformación del Ejército.
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