Municipal
Los pajareros tendrán que abandonar en una semana las Ramblas de Barcelona tras 160 años de historia
El gobierno municipal de Colau los quiere fuera y ya han recibido la orden de desahucio
Hace tiempo que el Ayuntamiento tiene en la diana a los antiguos pajareros de las Ramblas. Las clásicas casetas, tras 160 años de historia, no tienen sitio en la futura reforma y su modelo de negocio tampoco tiene sitio en la Barcelona de Ada Colau. Si bien es cierto que ya no venden pájaros, principal escollo para su supervivencia, los vendedores han recibido ya la notificación de desahucio para este febrero y ya sólo les queda una semana.
Según las crónicas de la época, los primeros pajareros ocuparon el tramo central de la Rambla en 1855. Durante más de un siglo y medio se vendieron pájaros y otras especies e incluso estas paradas dieron nombre al paseo, que se llamó la Rambla dels Ocells. A finales de la década del 2000 miembros del grupo ecologista Ramblas Éticas y asociaciones vecinales denunciaron a los vendedores por lanzar animales muertos a la basura. Esto motivó que el gobierno de Jordi Hereu les retirara la licencia a finales del 2009 en cumplimiento de la normativa. Los socialistas firmaron entonces un convenio con los pajareros para reconvertir estos negocios. De las 11 paradas 9 se reconvirtieron en tiendas de recuerdos y productos de elaboración artesana entre 2010 y 2011, y las otras dos lo hicieron dos años más tarde. Con Xavier Trias de alcalde, sin embargo, el Ayuntamiento anunció su intención de retirar todas las paradas y el guante lo recogió Colau.
Así las cosas, los antiguos pajareros de la Rambla de Barcelona recibieron a finales de enero una notificación que les informaba de que su desahucio se producirá en el plazo de un mes. Es decir, la semana que viene.
El portavoz del colectivo y paradista mayoritario de las antiguas pajarerías, Javier Cuenca, sigue defendiendo que las licencias están vigentes y reclama al Ayuntamiento de Barcelona diálogo “real” y una solución negociada, algo que también recomendó la Síndica de Greuges de Barcelona. Cuenca reivindica que las licencias de estos negocios están vigentes. Los antiguos pajareros tuvieron que reconvertirse a otras actividades cuando el consistorio vetó la venta de animales en la Rambla. Así, los nuevos quioscos se han llenado de helados, souvenirs y productos típicos y han reforzado el carácter turístico de la avenida.
El Ayuntamiento, por el contrario, considera extinguidas las concesiones desde el 14 de junio de 2021 porque las de los pajareros antiguos fueron otorgadas en 1971 por un plazo máximo de 50 años. Así, considera que tiene derecho a derribar a los quioscos herederos de aquellos puestos originarios de finales del siglo XIX. No tienen cabida en las futuras Ramblas ya que el nuevo plan de ordenación de 2016 no cuenta con ellos. Una vez reformada la Rambla sólo habrá quioscos de flores y prensa, con la única excepción de las cabinas de la ONCE y el histórico quiosco de venta de entradas del Museo de la Cera.
Según Cuenca, el desahucio inmediato es una “estrategia de presión” del consistorio y critica la prisa por echarlos a pesar de que las obras de la Rambla no llegarán a la parte alta del paseo hasta el año 2029. Están dispuestos a reubicarse, pese a que en su caso es la tercera generación de paradistas, por ejemplo a puestos en mercados municipales.
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