Entrevista

Ernest Folch: «Hacer una editorial no es solamente un tema de dinero»

El editor regresa para reconducir Navona en una nueva etapa con Jaume Roures y Tatxo Benet como socios

El editor Ernest Folch
El editor Ernest FolchMiquel Gonzalez

Tras unos años dirigiendo el periódico deportivo «Sport», Ernest Folch regresa al mundo de la edición y lo hace para poner en marcha la nueva etapa del sello Navona. Folch pasa a ser uno de los tres accionistas de las editorial junto con Jaume Roures y Tatxo Benet.

¿Qué habrá en la nueva etapa de Navona?

Básicamente lo que queremos es no comenzar de cero sino hacerlo con una editorial que ya existía. Nos hacía ilusión Navona porque tiene un gran reconocimiento por parte del sector. En esta nueva etapa tendremos tres grandes líneas de ficción y una de no ficción con biografías y autobiografías. En el terreno de la ficción seguiremos clásicos universales ineludibles, comenzando con la poesía completa de Sylvia Plath. En el terreno de la ficción moderna empezamos con «La librera de París», una novela de Kerri Maher sobre Sylvia Beach, la propietaria de Shakespeare & Co. También hay una apuesta por nuevas voces como Guillermo Ruiz Plaja. Publicaremos tanto en catalán como en castellano, aunque lo que marca no es la lengua sino la línea editorial. Iremos alternando unas veces en catalán y otras en castellano.

¿Habrá recuperaciones?

Sí. Nuestra tercera línea de ficción es la de recuperaciones de autores u obras agotadas. Empezamos con José Saramago, Thomas Mann –en catalán– o E. M. Forster. En mayo rescatamos un gran Vázquez Montalbán, una de sus obras magnas, como es «Autobiografía del general Franco». También tendremos nuevas traducciones de «Ulises» y «Retrato del artista adolescente», ambas de James Joyce, con nueva traducción de Carlos Manzano.. En el terreno de la no ficción empezamos con Josep Corbella con una biografía del doctor Baselga. Continuamos con la autobiografía de Ennatu Domingo, niña adoptada con siete años, con recuerdos de cómo fue su adopción en Etiopia. Es un contraste entre lo que recuerda y la situación de ahora, un libro brutal. Antes de Sant Jordi, publicaremos los recuerdos de Pablo Iglesias, un libro muy esperado «Verdades a la cara. Recuerdos de los años salvajes» donde narra lo que le ha pasado los últimos años, desde 2016 hasta la dimisión como vicepresidente. Antes del verano también aparecerá el libro de Toni Orensanz sobre Balchowsky, el pianista que perdió el brazo en la batalla del Ebro.

¿Cuántos libros se publicarán al año?

Serán sesenta libros al año, algo más que antes.

¿Ha hablado con Pere Sureda, el anterior responsable de Navona? ¿Contarán con él en esta etapa?

Tuvimos conversaciones con Pere Sureda. Quiero aprovechar para reconocer su trabajo porque mucho de lo que hizo estaba muy bien. Hay grandes títulos que recuperaremos editados por Sureda, como «El maestro y Margarita» de Bulgákov. Pero en esta nueva etapa queremos que tenga una nueva mirada por lo que nuestros caminos van separados. Pero siempre sentiremos respeto y cordialidad por lo que ha hecho Sureda.

¿Por qué Navona y no otro sello?

Navona tenía problemas económicos porque cuesta vender libros, cuesta pagar proveedores... Entró en suspensión de pagos. Vimos que tenía cosas buenas y junto con dos accionistas más entramos en el proyecto. Es una inversión para poder continuar, pero a nuestra manera, de una manera diferente. Mi visión no es la que tenían los propietarios anteriores.

Ya que los acaba de nombrar hablemos de sus socios. ¿Qué le aportan Jaume Roures y Tatxo Benet además del dinero?

Yo también pongo dinero en Navona, pero Jaume Roures y Tatxo Benet no vienen solo a aportar dinero. Estamos aquí porque nos hace ilusión. En mi caso quería volver a ser editor y en él de ellos les gustaba la idea de entrar en el mundo editorial. Así que era el momento. Ellos hacía algún tiempo que se miraban Navona. Me aportan su visión, muy interesante, sobre contenidos, pero el día a día es mío. Esto no es solo un tema de dinero sino que buscaba también valor e ilusión para los próximos años sabiendo que estamos en un sistema muy competitivo. Esto es algo que requerirá de mucha paciencia con resultados no a un año vista sino a cinco. Tendremos paciencia. No es una cosa de un día. Un proyecto como el de Navona debe estar basado en calidad e independencia. Eso lo que permite crear marca. Hay un público que se acerca a las editoriales por su marca, no por autor. Los autores son una gran marca, pero hay editoriales que han conseguido que la gente busque su propia marca.

¿Quería volver al mundo de la edición? ¿Le atrae más que el periodismo?

Sabía que acabaría volviendo. Cuando era director del «Sport» tuve un infarto que casi me cuesta la vida. Vi que eso era un mensaje. Tenía que cambiar la vida. Decidí en ese momento que tenía que volver al mundo editorial. Este regreso a casa también es un motivo de salud. El día a día de un director de periódico es muy duro, aunque le puedo asegurar que el trabajo de editor no es nada fácil. He aprendido muchas cosas en estos años al frente del «Sport» y puede que alguna aplique en esta nueva etapa.