Historia

El agente doble español que derrotó a Hitler en la Segunda Guerra Mundial

Es el único espía que fue condecorado por el Reino Unido y Alemania tras la contienda

Joan Pujol García, Garbo
Joan Pujol García, GarboGarboespía

Ahora que Europa se encuentra nuevamente inmersa en una guerra, conviene recordar el papel de los espías, un arma esencial al servicio de cualquier país para tratar de obtener información del enemigo y vencerlo. Los servicios secretos han estado presentes desde tiempos inmemoriales, desde el antiguo Egipto hasta Roma pasando por la España de Felipe II y ahora, en la época contemporánea, siguen jugando un rol muy importante, sea en la Segunda Guerra Mundial, en la Guerra Fría o durante la actual Guerra de Ucrania.

España, a pesar de que declaró oficialmente su neutralidad en la Segunda Guerra Mundial, sí intervino de muchas maneras: sea con los voluntarios de la División Azul apoyando a Hitler o a través de héroes como Joan Pujol García, un agente doble español que fue condecorado tanto por el Reino Unido, con la Medalla del Imperio Británico, como por Alemania, con la Cruz de Hierro, -el único caso-, y que es recordado por su papel determinante para derrotar a Hitler en 1944. Y es que Pujol consiguió desinformar y despistar al III Reich durante el Desembarco de Normandía, haciendo creer a Hitler que la operación militar se desarrollaría 200 kilómetros más arriba, en el paso de Calais.

Como Pujol se había ganado la confianza de los alemanes, le creyeron a pies juntillas. Y es que había empezado a trabajar para los servicios secretos alemanes en 1940 tras ser rechazado varias veces por los Servicios Secretos Británicos (el MI5). Incorporado al Abwehr, el Servicio de Inteligencia Alemán, trabajó bajo el sobrenombre en clave de Alaric y haciendo creer a los alemanes que se encontraba en Londres, cuando realmente se había trasladado a vivir a Lisboa y, desde allí, enviaba informes elaborados a partir de recortes de prensa.

Según queda recogido en una web habilitada por su hija María Kreisler para recordar su figura, en abril de 1942 fue incorporado por el MI5 y trasladado a Londres gracias a la intervención de su mujer Araceli González ante la embajada de EEUU en Madrid. Pujol, que nació en Barcelona en 1914, tenía 28 años y fue bautizado bajo el nombre ficticio de Garbo para trabajar para el MI5. Su trabajo: suministrar información falsa a los alemanes para confundirlos.

Y lo consiguió porque influyó en la toma de decisiones del Alto Mando alemán y destaca, principalmente, su decisiva contribución en la Operación Fortitude (Fortaleza), que convenció a los alemanes de que el desembarco en Francia se llevaría a cabo en el puerto de Calais y no en las playas de Normandía, determinante para la derrota de Hitler ya que permitió a los americanos y británicos entrar fácilmente por la costa y cercar a Alemania.

Lo cierto es que su arriesgado papel durante la Segunda Guerra Mundial tuvo también serias consecuencias para el resto de su vida. Tanto es así que, terminada la contienda, Pujol se marchó a vivir a Venezuela ante el miedo a las represalias y logró que se difundiera que había fallecido para que posibles persecutores perdieran su rastro. Los servicios secretos británicos hicieron creer que su fallecimiento tuvo lugar en Angola o Mozambique por enfermedad.

No obstante, ese traslado a Venezuela tuvo sus costes, ya que su mujer no logró adaptarse al país centroamericano y volvió para España. Pujol se quedó en Venezuela hasta el día de su fallecimiento en 1988, donde dio clases de inglés a los empleados locales de la empresa petrolera Shell; abrió una papelería; y, tras su matrimonio con Carmen Cilia Álvarez tuvo tres hijos más, Maria Elena, Carlos Miguel y Juan Carlos.

No obstante, antes de su fallecimiento, fue recibido con honores en Londres por el Duque de Edimburgo y también pudo despedirse de sus hijos, que también le creyeron fallecido.

Pujol nació en Barcelona y creció en el seno de una familia catalana acomodada: su padre era un industrial textil. Durante la Guerra Civil, salió indemne pese a pasar por ambos bandos: empezó con los republicanos y acabó en el lado franquista.