Negociación
El Govern pacta el triple de medidas con el PSC que con Junts para los Presupuestos
Aragonès sortea la reclamación de los socialistas de no abrir más “embajadas” y asegura ahora que no estaba previsto. Acuerda 147 propuestas con Illa y unas 50 con la posconvergencia
En plena cuenta atrás para atar los Presupuestos, el Govern de Pere Aragonès ha pactado ya el triple de medidas con el PSC que con Junts. Un dato sintomático que revela la sintonía entre republicanos y socialistas frente a la tirantez existente en el independentismo. En concreto, desde el Palau de la Generalitat dan por cerrado «al 87%» un acuerdo con la formación de Salvador Illa, con un total de 147 propuestas por valor de 5.386 millones de euros consensuadas y asumidas.
En cambio, los puntos en común con los posconvergentes a duras penas superan la cincuentena y aun no hay detalle de la cuantía económica que movilizan, según admitió ayer la portavoz Patrícia Plaja. Solo se ha desvelado, y en boca de la portavoz de Junts en el Parlament, Mònica Sales, un principio de acuerdo para destinar 80 millones al fomento del catalán. Nada más ha trascendido del camino recorrido entre ERC y Junts, dos formaciones que discrepan en temas tan importantes como la política fiscal –los posconvergentes quieren una bajada general de impuestos– o el modelo de escuela concertada.
Desde el Govern han marcado en rojo el final de esta semana y el inicio de la siguiente para intentar «sellar» el pacto: entre hoy y mañana hay varias reuniones agendadas tanto con el PSC como con Junts, al menos una por día. «Esperemos que sean las últimas», admiten desde el gabinete de Aragonès.
Sin embargo y pese a los intentos por mantener viva la posibilidad de lograr un pacto «a cuatro» sumando a los Comunes, de puertas hacia dentro se ve más complicado lograr que convivan el partido de Illa y el de Borràs bajo un mismo techo. Una quimera dadas las diferencias abismales de propuestas entre ambos, especialmente en cuestiones políticas.
Y en esta recta final de las negociaciones, el Govern avanza más rápido con los socialistas, pese a que aún quedan flecos pendientes (un 13% de las medidas) por resolver. Ayer y ante la prensa, la portavoz del Ejecutivo evitó incidir en los puntos que puedan «chirriar más o menos» de las reclamaciones del PSC; y, aunque aseguró que no hay ningún elemento que sea «insalvable», dejó claro que proyectos como el Hard Rock, la ampliación del aeropuerto de El Prat o la B-40 –el Cuarto Cinturón de Barcelona– son temas «extrapresupuestarios y se deben tratar como tales.
«No ha habido voluntad de bloquear nada. Se puede hablar de temas que son relevantes para el país, pero no en este contexto de la negociación», insistió Plaja. «No puede ser que estos temas sean una línea roja o un escollo para llegar a los Presupuestos». Es decir, Aragonès busca apartar estos macro proyectos y abordarlos uno por uno y más adelante, algo que los socialistas no quieren.
A la espera de ver si se cierra o no esta carpeta, el Govern ha sorteado la reclamación del PSC de suspender la apertura de más «embajadas» este año y se ha sacado de la manga una nueva explicación: la acción exterior «es irrenunciable», pero no se inaugurarán nuevas delegaciones en 2023 porque no estaba previsto. Un argumento con el que ERC esquiva la exigencia socialista y que contrasta con las seis abiertas el año pasado, cuando Victòria Alsina (Junts) lideraba el departamento y la Generalitat defendía la acción exterior para redoblar el desafío y seguir manteniendo el relato del «procés», según sus palabras. También queda por ver qué ocurre con el «CIS catalán» y las subvenciones a medios de comunicación: los socialistas quieren que el Parlament pase a controlar ambos aspectos y el Ejecutivo de momento lo rechaza.
Por contra, la coincidencia es casi total en materia económica, social, educativa y fiscal con ese preacuerdo «del 87%» entre socialistas y republicanos.
«Con Junts ya hay muchos puntos en común y esperamos que en próximos días puedan trasladarse a un acuerdo», recalcó Plaja sobre la vía posconvergente, situada en una fase previa a tenor de los anuncios filtrados por el propio Ejecutivo.
Eso sí, tanto el president como su equipo urgen a «sellar» ya, cuando antes, el acuerdo para empezar su tramitación parlamentaria la semana que viene y tener listas las cuentas la segunda quincena de febrero. Aunque la portavoz rehuyó ayer marcar una «línea roja o fecha concreta» en el calendario, sí quiso subrayar en que «ha llegado el momento de no perder más tiempo».
Es por ello que si el Govern tuviera «constancia o certeza» de que «alguien está dilatando las negociaciones sin voluntad real de llegar a un acuerdo», entonces presiona y dice que se tramitarán parlamentariamente los presupuestos aunque no haya un pacto asegurado con Junts o con los socialistas.
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