Postre de referencia

¿Cuál es el origen de la mona de Pascua?

El postre, que se regala el próximo lunes, se remonta a varios siglos atrás

GRAFCVA7184. VALENCIA, 15/04/2025.- La pastelera Kelly Pardo expone durante este martes las típicas monas de pascua en la pastelería Les Delicies, una tradición gastronómica de estas fechas. EFE/Kai Försterling
Tradición gastronómica: las monas de PascuaKai FörsterlingAgencia EFE

Las pastelerías de toda Cataluña son estos días el escenario de una suerte de exposición escultórica en la que el material común es el chocolate. Hay de todos los tipos y de todos los tamaños, aunque la prioridad es contentar al público más pequeño con la inclusión de los personajes de moda infantiles. Antes de que esto fuera así la mona, este postre reservado para el lunes de pascua, era muy distinta y tenemos que viajar en el tiempo para entender su origen.

Lo mejor es acudir a una fuente tan fiable como el “Costumari Català” de Joan Amades donde se apunta que se tiene noticia del pastel en el siglo XV y, evidentemente, no incluía chocolate. A ello se le suma que la palabra “mona” podría tener su origen en “munna”, un vocablo árabe que se puede traducir como “obsequio”. En 1474 se publica “Trobes en lahors de la Verge Maria”, la primera obra impresa en nuestro país donde encontramos finalmente la que es la primera mención en letras de molde de “mona de pascua”.

Con la llegada del cacao procedente de América es el momento del chocolate en este postre, sin olvidar la inclusión del huevo como símbolo europeo de la llegada de la primavera y la fertilidad. No se puede olvidar que antiguamente los cristianos dejaban de comer huevos durante la Cuaresma, y al acabar este periodo, los huevos sobrantes se cocían y se regalaban decorados. En Cataluña, por otra parte, el lunes de Pascua, es decir, el día de la mona, es cuando los padrinos regalaban este dulce a sus ahijados, simbolizando el fin del ayuno.

La mona tradicional se componía originalmente de panes o roscas con huevos duros incrustados. Precisamente el número de huevos se hacía coincidir con la edad del ahijado, concretamente hasta los doce años, cuando se consideraba que la infancia terminaba.