Cargando...

Tratamiento

Demuestran la elevada eficacia de un nuevo fármaco oral para la obesidad

Los resultados de un ensayo en fase 3 revelan que el orforglipron reduce un 11% de media el peso corporal y disminuye parámetros relaciones con complicaciones de la obesidad. Además, supera las limitaciones de los tratamientos orales e inyectables actuales.

La obesidad es un problema de salud cada vez más prevalente, que puede causar importantes complicaciones como hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares, por ello es clave disponer de abordajes terapéuticos que permitan tratarla. A día de hoy ya existen fármacos en el mercado que resultan eficaces, pero éstos presentan algunas limitaciones.

En este contexto, se acaba de publicar los resultados de un ensayo clínico internacional en fase 3, en el que ha participado Vall d'Hebron, que demuestran la eficacia de un nuevo fármaco oral, el orforglipron, para el tratamiento de la obesidad, el cual está llamado a cambiar el panorama de los pacientes con obesidad, puesto que no solo logra muy buenos resultados, sino que además favorece la adherencia al tratamiento al ser de cómoda y fácil administración.

Sobre el contexto en el que se ha llevado a cabo este ensayo, la doctora Andreea Ciudín, coordinadora de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad del Hospital Vall d'Hebron e investigadora principal del grupo de Diabetes y Metabolismo del VHIR, que es además la única autora europea de la publicación, explica que "desde hace ya más de 15 años, existen fármacos análogos de GLP-1, como el ozempic, que se han usado para diabetes tipo 2 con obesidad y recientemente, hace un año, en España tenemos dos moléculas que ya se encuentran en las farmacias y se usan para tratar la obesidad sin diabetes: uno es un análogo de GLP-1 y otro es un agonista dual de GLP-1 y GIP".

Fármacos inyectables

Acerca de la composición de estos tratamientos y su mecanismo de acción, la doctora comenta que "GLP-1 y GIP son hormonas, péptidos, que el intestino fabrica cada vez que comemos, es decir que cuando le llega comida, las libera para mandar señales de saciedad al cerebro. Además, el GLP-1 tendría también efecto sobre el estómago para retrasar su vaciado y dar más saciedad y GIP actuaría a nivel de hígado y tejido graso para un correcto metabolismo".

Ambas pues, son hormonas que una persona sana libera cada vez que come y los fármacos mencionados son copias de las mismas: uno es copia de GLP-1 y el otro, de GLP y cuenta además con copia de GIP. En cualquier caso, ambos se administran de forma inyectable y su efecto es el de regular el apetito y metabolismo de los pacientes con obesidad tal y como sucede en una persona sana.

La limitación que presentan a día de hoy estos fármacos se deriva del hecho que una proteína en principio no se puede tomar por vía oral, porque el estómago tiene enzimas para degradarla, para romperla, y eso es lo que pasaría con estos medicamentos, por lo que deben administrarse a través de inyecciones o pinchazos semanales y eso puede resultar muy incómodo para el paciente, entorpeciendo su adherencia al tratamiento

Es cierto que desde hace algún tiempo también hay en el mercado un fármaco peptídico oral, pero requiere de una serie de medidas adicionales a la hora de su ingesta para que el estómago no lo deshaga: se ha de tomar en ayunas y con muy poca agua y después se ha de esperar media hora hasta poder ingerir cualquier otra cosa, ya sea alimento como otro medicamento. Eso puede ser una importante limitación, especialmente en el caso de aquellos pacientes que deben tomar diferentes medicamentos.

Tal y como señala Ciudín, "si este medicamento se ha de tomar en ayudas y esperar al menos media hora antes de tomar otro fármaco, el pacientes ha de despertarse como dos horas antes de lo habitual" y eso puede propiciar el abandono del tratamiento o el no llevarlo a cabo de forma adecuada. Además, este fármaco oral produce molestias estomacales y solo está aprobado para diabetes tipo 2 con obesidad y no para obesidad sola

Muy eficaz y cómodo

Sin embargo, orforglipron, desarrollado por la farmacéutica Lilly, también tiene la capacidad de estimular ese receptor GLP-1 cuando pasa a la sangre, logrando un efecto similar a los análogos de GLP-1, pero a diferencia de éstos últimos, no es una molécula peptídica, es decir que no tiene nada que ver con las proteínas. Así pues, éste se puede tomar por vía oral y sin ningún tipo de medida adicional.

Pero además de no tener limitación, en el ensayo en fase 3, orforglipron ha demostrado una gran eficacia. Éste se ha testado en tres dosis diferentes -6 mg, 12 mg y 36 mg- para ver si el efecto es dosis dependiente y cuál de ellas es la que tiene un efecto más importante y, tal y como resume la doctora, "se ha visto que el tratamiento con la dosis de 36 mg es el que mejores resultados ofrece, con un disminución media del peso corporal del 11,2% y, en este sentido, hay que tener en cuenta que más del 10% tiene un impacto en salud muy significativo".

En cualquier caso, como indica Ciudín, el objetivo en los pacientes con obesidad ha de ser el de "tratar el exceso de grasa y las complicaciones que se derivan de ese exceso, como la hipertensión, colesterol alto, diabetes, inflamación...y este fármaco ha demostrado que tres cuartas partes de la pérdida de peso que induce es a expensas de grasa corporal y, además, reduce el perímetro de cintura, que refleja la grasa que hay en el abdomen". "Además, es capaz de reducir parámetros relacionados con esas complicaciones de la obesidad, como las grasas en sangre, la hipertensión arterial, glucemia y otros parámetros de inflamación", añade.

En definitiva, tras superar con tan buenos resultados en ensayo en fase 3, el fármaco está ahora a la espera de su aprobación por parte de las diferencias agencias reguladores y, de darse el caso, éste estaría indicado para personas con un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 27 kg/m2 y con al menos una complicación asociada a la obesidad o personas con un IMC superior a 30kg/m2 sin necesidad de que presente, además, complicaciones.

Eso sí, tal y como aclara la investigadora, "este fármaco, como los que ya existen en el mercado para tratar la obesidad, no se puede tomar a la ligera. Son análogos de hormonas que regulan a nivel del cerebro y tejidos periféricos el apetito y el metabolismo para tratar mecanismos serios de enfermedades importantes y si no se hace bien la pauta y no se sigue al paciente bien después, pueden aparecer complicaciones, como alteraciones musculares o estomacales".

Por lo tanto, "es obligatorio hacer una buena evaluación del paciente antes de prescribir, hacer un correcto aumento progresivo de la dosis hasta llegar a la deseada y llevar a cabo un seguimiento, que incluya ajustes de la calidad de la dieta y una buena prescripción de ejercicio físico adaptado a la obesidad", advierte Ciudín, quien sobre los posibles efectos secundarios indica que "son similares a los de los otros fármacos y se centran sobre todo en el estómago. Éstos son náuseas, molestias estomacales...pero normalmente aparecen al inicio y a medida que se aumenta la dosis, van desapareciendo".