Independentismo a la baja
ERC ha sufrido más de 2.000 bajas de militantes en 5 años
Las divisiones internas bajo la dirección de Junqueras están afectando a la formación republicana
El máximo de militantes de ERC en estos últimos años fue en el congreso de 2019, con casi 10.000 afiliados. Desde entonces, ha habido una bajada continuada del número de afiliados, que alcanza casi las 2.000 bajas en 5 años. El descenso ha sido especialmente importante en estos últimos dos años, tras la consulta sobre investir a Salvador Illa presidente de la Generalitat. Si el 2 de agosto de 2024 el censo estaba formado por 8.226 militantes, en el siguiente congreso pudieron votar 8.030, 200 menos.
Si bien durante la Segunda República llegó a tener de forma indirecta, por centros y ateneos, 100.000 afiliados, después de la transición española el máximo fue de poco más de 10.000 militantes. El mínimo histórico fue 2.215 afiliados, justo antes del Llamamiento Nacional a ERC de diciembre de 1986 para modernizar el partido y convertirlo en el referente de la izquierda independentista parlamentaria, que hizo que solo en 1987 se adhirieran 725 militantes nuevos.
Esquerra parece haber tocado fondo bajo la dirección de Oriol Junqueras, pero cada nueva decisión parece orientada a llevar el partido a su desaparición.
La deserción de Gabriel Fernández por su desacuerdo con la deriva del partido no es una excepción, sino que responde a una tónica más general. Evidencia la fractura que la nueva dirección, encabezada por Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, intenta disimular con una falsa unidad.
Las últimas cifras oficiales indican que desde 2019 hasta 2024 ERC ha perdido 1.500 militantes, a los que hay que sumar las bajas de este último año. Esto supone una pérdida de más del 15% de sus bases. La pérdida de masa social contradice la estrategia de la dirección, que aparcó el independentismo para ensanchar la base del partido.
Pero además de la avalancha de bajas, ERC afronta graves problemas financieros derivados de las pérdidas por los malos resultados electorales. Esto, sumado a las malas expectativas como señalan las encuestas, lleva el partido a una situación desesperada.