Salud
Europa tiene un bajo nivel de cobertura de tratamiento en trastornos mentales
Los servicios sanitarios europeos solo ofrecen grados elevados de cobertura en trastornos graves. En cualquier caso, entre los pacientes tratados, pocos reciben el tratamiento adecuado

En un contexto de aumento de la prevalencia de los problemas de salud mental es clave tener una fotografía clara del estado de la población, de la cobertura que ofrece el sistema de salud público a las personas con trastornos y del grado de adecuación de los tratamientos a las necesidades de los pacientes. Con estos datos es posible hacer una valoración de la situación para comprobar en qué ámbitos es necesario mejorar y qué hay que cambiar para alcanzar los objetivos marcados por la Organización Mundial de la Salud en este ámbito.
En este sentido, se acaba de publicar un estudio, que ha consistido en una revisión de la literatura relativa a la cobertura y el adecuado abordaje de los trastornos de salud mental de los últimos 24 años, que, en primer lugar, pone de manifiesto la escasez de datos que existen, tanto por países como por trastornos, acerca de esta materia, concretamente 45 publicaciones en total, "una información que resulta del todo insuficiente a la hora de planificar y diseñar los servicios sanitarios", tal y como apunta el doctor Jordi Alonso, coordinador del Grupo de Investigación en Servicios sanitarios del Institut de Recerca del Hospital del Mar que ha participado en esta investigación.
Asimismo, el trabajo alerta acerca de la escasa e insuficiente cobertura que los servicios sanitarios ofrecen en el ámbito de los trastornos mentales en Europa en la población adulta y además advierte que, entre todas aquellas personas que sí son tratadas, el porcentaje que recibe la terapia adecuada es también muy inferior al deseado.
En concreto, el estudio indica que solo en los trastornos mentales graves, como podría ser la psicosis, la cobertura es elevada y ésta oscila entre el 50% y el 90%. Sin embargo, en la mayoría, que son de carácter más leve, la cobertura es en general baja. Así, por ejemplo, en relación con la ansiedad, solo el 47% de la población sueca con este trastorno recibe tratamiento, un porcentaje que en Bulgaria se sitúa en el 7%, mientras que la cobertura de los trastornos por consumo de sustancias y/o alcohol es mínima y en cuanto al déficit de atención con hiperactividad, ni siquiera es posible hacer un diagnóstico de la situación debido a la escasez de datos.
En cuanto a si los tratamientos se ajustan a las recomendaciones recogidas en las guías, Alonso indica que "de las personas con trastorno que usan los servicios sanitarios, solo una de cada tres recibe el tratamiento que se ajusta a unos criterios mínimamente adecuados".
Así, en el caso concreto de España, solo un tercio de las personas con cualquier clase de trastorno recibe algún tratamiento y de éstas, únicamente el 12% recibe el adecuado. Por ejemplo, en el caso concreto de la depresión mayor, solo el 28% usa los servicios sanitarios y únicamente en el 18% de los casos el abordaje es el adecuado, mientras que en lo relativo a la ansiedad, los porcentajes son del 29,5% y del 12%, respectivamente. Y el trastorno por el uso de sustancias y/o alcohol vuelve a registrar unas cifras ínfimas: solo el 5,2% recibe un tratamiento adecuado.
Medidas urgentes
En definitiva, a tenor de los resultados de este trabajo, el objetivo de la Organización Mundial de la Salud de alcanzar un incremento del 50% de la cobertura de tratamiento parece complicado, tal y como señala el doctor, quien además pone de relieve "las desigualdades en cobertura en los servicios sanitarios en Europa". Ante esta realidad, el doctor Alonso considera imprescindible la puesta en marcha de una serie de medidas.
En primer lugar, "hay que promover y exigir estudios que monitoricen los indicadores de cobertura y de adecuación de los tratamientos, porque sin estos datos, no es posible mejorar", comenta el investigador, quien además exige "más recursos y profesionales para atender los trastornos de salud mental". Por otro lado, para el doctor es imprescindible "la integración de los servicios en la Atención Primaria, una atención centrada en la persona, combatir el estigma e incluir la salud mental en la cobertura universal de salud en toda Europa".
Asimismo, "es necesario llevar a cabo una integración de los servicios sanitarios y sociales, sobre todo en pacientes de alta complejidad o con un trastorno mental" y "hacer educación en salud mental para dotar a ciudadanos y médicos de la capacidad de identificar los problemas". En definitiva, "la mejora de la atención a la salud mental es trabajo de muchos sectores", concluye Alonso.