Territorio y sostenibilidad

La ley de costas amenaza a 19 clubs náuticos catalanes

La norma, que marca un máximo de 300 metros cuadrados de base náutica, ya ha obligado a tres establecimientos a cerrar

Club Náutico de Sitges
Club Náutico de SitgesClub Náutico de Sitges

La mayoría de clubs náuticos catalanes se encuentran en peligro debido a la nueva Ley de Costas, que les limita las concesiones si éstas no disponen de una base náutica de máximo 300 metros cuadrados.

La ley considera que los establecimientos de se exceden de estos metros ocupan zona marítimo-terrestre de dominio público. Por su parte, los clubes aseguran que esta superficie es insuficiente, ya que les impide el desarrollo normal de sus actividades, como la práctica de la vela.

Es el caso de 19 clubs de la costa catalana, que se ven amenazados por la actualización de esta ley por no estar regularizados, además de otros tres que ya se vieron obligados a cerrar: los de Cabrera, Pineda y Canet, que decidieron cerrar ante la imposibilidad de afrontar multas de más de 60.000 euros por incumplir la normativa. Estas instalaciones, además, no fueron derribadas, y en consecuencia fueron rápidamente okupadas.

De estos 19 establecimientos, hay cuatro que están en situación más urgente, que son el Club Nàutic Bétulo de Badalona, el Club Marítim de Torredembarra, el Club Nàutic Vilassar de Mar y el Club de Mar de Sitges.

«Durante estos años, desde la modificación de 2013, como se vio que el desarrollo de esta ley tenía poco sentido, había una especie de paz. Pero de repente se ha levantado una especie de interés para recuperar esos espacios», detalla Gonzalo Fuster Fabra, vicepresidente del Club de Mar de Sitges, uno de los establecimientos más amenazados por la ley.

En declaraciones a este diario, Fuster Fabra detalló la gran vertiente histórica del Club de Mar de Sitges, construido en 1954: «Este club tiene prestigio histórico, político y cultural y una trayectoria de 72 años. La piscina se proyectó en 1932 y en 1934 Miguel Azaña la inauguró. El edificio del Kansas fue hecho con los vestigios de un edificio de la exposición del 29».

Con el cambio climático, Sitges está perdiendo gran parte de sus playas. «La solución de la Demarcación de Costas es tirar estos edificios y parte del paseo marítimo para recuperar la playa. Yo creo que no es la forma de recuperar la playa», asegura Fuster Fabra, que recuerda que cuando Sitges no tenía playa se pusieron los espigones hasta el año 54, momento en el que se consiguió que «las playas tuviesen unos 100 metros de extensión».

Los clubs afectados están en pleno proceso jurídico para poder salvarse. «Hemos recurrido a la notificación de sanción y de cierre que recibimos el pasado 28 de marzo, que eso está en el contencioso administrativo, en el Tribunal Superior de Justicia», explica Fuster Fabra, quien además detalla que también han solicitado a la Generalitat la concesión «intentando ajustarse al máximo a esos parámetros que nos dicta la ley de los 300 metros» para embarcaciones y para poder desarrollar las actividades de vela y guardar los equipos.

Otro de los recursos a los que se pueden aferrar algunos clubs náuticos catalanes es el Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). La ley de costas del 1988, modificada en 2013, firma que los bienes de interés cultural de los establecimientos dejarán de estar jurídicamente protegidos por la ley de costas y pasarán a estar protegidos directamente por cada municipio.

«Nosotros tenemos el bien de interés cultural local, nos lo dio el ayuntamiento de Sitges en 2014, y en la mayoría de los demás casos de clubs también lo tienen», asegura Fuster Fabra. «Si consiguiésemos el BCIN, de alguna manera la Demarcación de Costas dejaría de tener jurisdicción sobre este espacio y sería competencia municipal». En el caso del Club de Mar de Sitges, además, también solicitan el deslinde, ya que la legislación les aplica es la propia de los clubs de playa. «Nosotros realmente no somos un club de playa, sino que estamos encima, en el paseo».

Preguntado sobre cómo han vivido el gran evento de la Copa América y la importancia que se le ha dado, Fuster Fabra dice que lo primero que le dijo a las administraciones fue que «se están cargando la base de la vela, que es además lo que ha traído medallas a España en las Olimpiadas, y al mismo tiempo están fomentando un campeonato de vela elitista». «Es una incongruencia que se gasten cientos de millones de euros y no hagan nada con nuestra difícil situación, no tiene sentido».