Ante el PP

El plantón de Aragonès en el Senado: pedirá la amnistía y un referéndum y se irá

Su discurso será breve, en catalán y aprovechará también para exigir importantes contrapartidas económicas

El presidente Pere Aragonès esta semana en la Generalitat
El presidente Pere Aragonès esta semana en la GeneralitatEuropa Press

Plantón a medida del presidente de la Generalitat: Pere Aragonès defenderá hoy en el Senado una ley de amnistía para los encausados del «procés», hará referencia a su referéndum «a la escocesa» sobre la independencia y luego se irá de la sesión. Es decir, no se quedará a escuchar a los líderes y barones del PP que intervendrán en la Cámara Alta.

Según confirmó ayer la vicepresidenta de la Generalitat, Laura Vilagrà, Aragonès abandonará el Senado «tras su intervención». «No nos da miedo explicarnos en una Cámara territorial», añadió.

Pere Aragonès abrirá la sesión por protocolo ya que le corresponde como líder de la comunidad con el Estatuto más antiguo. El discurso del presidente de la Generalitat será breve –de unos 10 minutos–, lo pronunciará en catalán y se apoyará en tres pilares: la mencionada ley de amnistía para despenalizar el «procés», del 9-N de 2014 al 1-O y sus consecuencias; la necesidad de pactar un referéndum de independencia en la mesa de diálogo con el Gobierno mediante un acuerdo de claridad que ha convertido en su buque insignia; y la exigencia de importantes contrapartidas económicas para Cataluña.

«No basta con la amnistía porque no entra en el fondo del conflicto político», aseguran desde el gabinete de Aragonès para abrir las otras dos carpetas aprovechando el altavoz del Senado ante las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez.

En concreto, los populares han convocado una sesión de la Comisión General de las Comunidades Autónomas a las 11.00 horas, que cuenta con un único punto en el orden del día: «La aplicación efectiva de los principios de igualdad ante la ley de todos los españoles, y de la solidaridad entre las Comunidades». Está previsto que asistan todos los presidentes autonómicos del PP, pero no los del PSOE ni tampoco el lendakari vasco, Íñigo Urkullu.

«Tiene temas de agenda y seguirá su agenda fuera del Senado», adujo ayer Vilagrà sobre la negativa del presidente catalán a escuchar a los barones populares. En la agenda de Aragonès figura una reunión en Barcelona con el comisario europeo de Trabajo, Nicolas Schmitt, hoy a las 17.15 horas en la Generalitat. Sea como fuere, lo cierto es que el republicano tendría margen para quedarse a escuchar a gran parte de los dirigentes del PP –ya que su discurso no será muy extenso–, algo que no hará para marcar perfil propio y acaparar foco con un ojo puesto en las negociaciones con el PSOE para la investidura y en la eterna pugna con Junts.

En clave independentista, el republicano también buscará enarbolar la bandera de la amnistía y el referéndum de autodeterminación, que, como suele argumentar el Govern, son los dos «grandes consensos de la sociedad catalana», según su parecer.

«Sobre Cataluña habla el presidente de Cataluña. Ni el Gobierno español, ni ningún partido estatal, ni ningún presidente autonómico defenderá mejor la amnistía que el propio presidente de la Generalitat», avisó el martes la portavoz del Ejecutivo dejando claro el paso al frente que pretende dar Aragonès con esta maniobra.

De hecho, el republicano acude al Senado apenas cuatro días después de haber desvelado que opta por un referéndum «a la escocesa» para su acuerdo de claridad. Consciente de los recelos en algunos sectores independentistas, como la CUP o la ANC, por un eventual pacto de investidura que dé luz verde a la amnistía pero aparque el referéndum, Aragonès convocó el lunes una reunión extraordinaria de su Govern para analizar el informe que encargó a un grupo de expertos sobre las posibilidades para una consulta pactada y se decantó por la mencionada «vía escocesa», una petición que también abordará en la Cámara Alta.

Precisamente ayer, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, dijo que una repetición electoral no sería «una mala idea» porque, con los mismos resultados, los partidos independentistas «pueden sacar mejores cosas de la negociación». «La unilateralidad es la única vía y, a partir de aquí, tenemos que usarla para actuar», reclamó.