El anuncio de la tan esperada ampliación del aeropuerto de El Prat ha vuelto a traer a la mesa uno de los escenarios que, hasta la fecha, habían retrasado el proyecto. Se trata de La Ricarda, en la zona del delta del Llobregat al tratarse de una antigua desembocadura de dicho río. Pero, ¿por qué es tan importante y por qué ha sido objeto de controversia?

Hablamos de un espacio natural protegido, situado en El Prat de Llobregat y que abarca un total de 135 hectáreas, reconocido como zona protegida por la Unión Europea debido a sus hábitats de gran valor ecológico gracias, por ejemplo, al estanque de La Ricarda, sus pinares litorales, sus sistemas dunares y marismas, además de sus saladares, típicos de zonas salobres.

En La Ricarda se alberga una combinación de zonas agrícolas y diversos hábitats propios del ecosistema deltaico. Entre ellos destacan dos lagunas: la llamada precisamente la Ricarda, con una extensión aproximada de 29 hectáreas, y la de la Magarola, de unos 3,2 hectáreas. La laguna de la Ricarda es en realidad un antiguo brazo del río Llobregat, que ya aparecía representado en mapas del siglo XVIII, y cuyo extremo sur se abre directamente al mar. Además de estos estanques, el entorno de la Ricarda conserva otros espacios naturales de gran valor ecológico. Entre ellos, sobresalen algunos de los pinares litorales mejor preservados del Delta del Llobregat, hogar de especies de orquídeas, así como marismas y zonas de salicornios que completan este singular paisaje.

Otro aspecto a tener en cuenta, es la presencia de algún edificio importante. Es el caso de la diseñada por el arquitecto Antoni Bonet entre 1949 y 1956, la llamada Casa Gomis, situada en este paraje natural, adquirida recientemente por el Estado y considerada como uno de los grandes referentes de la arquitectura moderna en Cataluña.