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El pueblo que (tal vez) fue destruido por un cometa

Una capa de tierra depositada hace 12800 años sugiere que la Tierra fue bombardeada por un enjambre de cometas

Cometa Lovejoy observado cerca del Observatorio del Teide la noche del 10 de enero de 2015
Cometa Lovejoy observado cerca del Observatorio del Teide la noche del 10 de enero de 2015larazon

Cualquier aficionado a la paleontología o la geología conoce el límite K/Pg (antes llamado K/T), el estrato de roca que data de hace unos 65 millones de años y delimita el punto del registro fósil a partir del cual desaparecen los restos de dinosaurio (y los de muchos otros organismos menos conocidos). Una de las particularidades de esta capa de material es que contiene trazas de elementos que no son frecuentes en la Tierra, como el iridio, pero sí en los asteroides. De ahí que se piense que el impacto de un cuerpo proveniente del espacio contribuyó a la extinción de los dinosaurios.

Pues, bien, resulta que existe un estrato menos conocido que parece haber sido formado por otra catástrofe de proporciones globales... Pero esta ocurrió hace sólo unos cuantos miles de años.

Buscando al responsable

El Drías Reciente es el nombre de un episodio de enfriamiento global rápido que empezó hace unos 12800 años y duró unos 1300. El estudio del hielo que se depositó en esta época sobre Groenlandia sugiere que la temperatura llegó a bajar entre 2 y 6ºC en el hemisferio norte, un descenso que habría provocando que los glaciares avanzaran y el clima se volviera más seco en esta mitad del planeta. Pero, ¿qué tipo de fenómeno pudo provocar un cambio tan brusco y de tal envergadura?

La respuesta parecía encontrarse en una capa de sedimento que fue depositada durante ese mismo periodo y que se puede encontrar en lugares tan distantes como la costa oeste de Estados Unidos, Centroamérica y Siria: el llamado «límite del Drías Reciente».

Igual que ocurre con el límite K/Pg, el material de este estrato de unos 12800 años contiene concentraciones inusualmente altas de elementos que son más abundantes en meteoritos que en la corteza terrestre, como el iridio, el platino, el níquel y el cobalto. Además, esta capa también está repleta de «microtectitas» y nanodiamantes. Las primeras son masas diminutas de vidrio que se forman cuando el material silíceo se funde y se enfría muy deprisa, mientras que los segundos son pequeños cristales de carbono formados a altas presiones y temperaturas. Sea como sea, la formación de este tipo de estructuras requiere de las condiciones extremas que se dan en el punto de impacto de un meteorito o durante su explosión en el aire.

Área en la que se encuentran 24 afloramientos del límite del Drías Joven que contienen nanodiamantes. Basada en Volker Drietich et al.
Área en la que se encuentran 24 afloramientos del límite del Drías Joven que contienen nanodiamantes. Basada en Volker Drietich et al.Jordi PereyraVolker Drietich et al

Cabe señalar que algunas características del límite del Drías Reciente se podrían explicar a través de otros fenómenos menos cósmicos. Por ejemplo, el impacto de un rayo con el suelo también puede generar pequeñas masas de vidrio fundido similares a las microtectitas y ciertos productos de carbono contenidos en esta capa fueron interpretados como restos depositados por la combustión de materia orgánica. Aun así, tras analizar con detalle el material de este estrato y comprobar que ninguna de estas posibilidades logra explicar de manera satisfactoria su composición, un estudio de 2020 ha llegado a la conclusión de que la causa de las características anómalas que contiene esta capa de sedimento sólo pudo provenir del espacio.

Además, como el material del límite del Drías Reciente está desperdigado por una superficie de 50 millones de kilómetros cuadrados, parece que la explicación más plausible es que la Tierra atravesó un enjambre de fragmentos cometarios hace unos 12.800 años. Como resultado, estas moles de hielo y roca de entre 10 y 1000 metros de diámetro se precipitaron sobre nuestro planeta, reventaron en el aire en muchos lugares diferentes y cubrieron de polvo parte de la superficie terrestre.

Extinción global

Uno de los lugares en los que se ha encontrado una mayor concentración de restos relacionados con la explosión de un meteorito es el antiguo asentamiento de Abu Hureyra, en Siria, lo que indica que un fragmento de cometa debió explotar bastante cerca de este lugar que estaba habitado cuando ocurrió la catástrofe. Ahora bien, aunque muchos artículos que tratan este tema hablan de «un pueblo destruido por un cometa», no he podido encontrar referencias que indiquen qué efectos exactos tuvo la explosión sobre el asentamiento. De hecho, lo más parecido a esta afirmación que he leído en un artículo científico está en un estudio que concluía que las altas concentraciones de restos cometarios «sugieren que los efectos [de la explosión] sobre el poblado y sus habitantes habrían sido severos».

Ahora bien, aunque los efectos de este bombardeo de cometas sobre el resto del planeta no sean tan llamativos como la idea de un poblado antiguo destruido por un meteorito, estos sí que se han podido cuantificar: todo el polvo que quedó suspendido en la atmósfera tras el bombardeo provocó una bajada brusca de las temperaturas que cambió los patrones climáticos del hemisferio norte durante el siguiente milenio, contribuyendo a la extinción de muchas especies del pleistoceno.

Por otro lado, hay que decir que el cambio climático abrupto del Drías Reciente se ha intentado explicar a través de otros mecanismos, como un episodio de intensa actividad volcánica, la interacción de nuestro planeta con una gran llamarada solar o incluso el estallido de una supernova cerca de la Tierra. Pese a todo, parece que la hipótesis del bombardeo cometario es la que explica mejor las evidencias disponibles... Así que es tranquilizador saber que hoy en día tenemos programas dedicados a detectar cometas y asteroides cercanos a la Tierra.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Hay quién sostiene que la caída de estos cometas fue la causa de la desaparición de la Atlántida. Pero, como ocurre con todos los otros cataclismos a los que se les ha intentado atribuir este mérito, es imposible, porque la Atlántida nunca existió.

REFERENCIAS (MLA):