Ciencia
¿De dónde vienen las flores?
Dos investigaciones se adentran en uno de los misterios biológicos más insondables, por qué florecieron las plantas
Era un misterio abominable. Así es como lo calificaba Charles Darwin cada vez que debía enfrentarse a él. Se refería a uno de los acontecimientos más importantes de la historia de la evolución de la vida en el planeta, la aparición de las plantas con flores, llamadas angiospermas. Y no solamente su aparición si no la sorprendente velocidad con la que prosperaron en su ambiente y se convirtieron en dominantes. Ahora la ciencia está más cerca de tener una respuesta.
Para producirse este acontecimiento biológico la naturaleza tuvo que innovar, y mucho. Entre las nuevas funciones de las que debió dotar a las plantas se encuentran la aparición órganos florales y el desarrollo de sistemas de nutrición del embrión de la nueva flor. El actual registro fósil muestra que las plantas con flores aparecieron de manera relativamente súbita en todo el mundo a mitad del Cretáceo, alrededor de hace unos 120 millones de años. Ese registro contradice la creencia del propio Darwin de que la aparición de las flores fue un proceso lento y gradual. Sin embargo el misterio real sobre cómo se produjo la floración del planeta sigue sin resolverse. Un nuevo fósil del Cretáceo inferior Encontrado en un yacimiento del noroeste de China puede ayudar a resolver parte de la ecuación.
Se trata de una especie de angiosperma desconocida hasta ahora, Gansufructus saligna, De la que se ha recolectado restos es excepcionalmente bien preservados con tallos ramados a los que se añaden hojas y frutos. El conjunto provee de un material valiosísimo para el estudio de la morfología de los primeros angiospermas. Esta planta era pequeña, de apenas unos centímetros de largo y pertenecía a una especie de herbácea con 3 o 4 ramas y hojas alternadas. Las hojas tienen forma similar a la de los sauces y los frutos están formados a partir de conjuntos de carpelos, los órganos reproductivos de la planta, muy bien conservados. Se trata del fósil más antiguo conocido de una eudicota, uno de los tipos de angiosperma más abundante que contiene en la actualidad cerca de 145.000 especies de más de 350 familias, es decir, a él pertenece casi el 64% de la diversidad de plantas con flores que hoy conocemos.
A pesar de que en China se han descubierto numerosos tipos de fósiles de plantas, todavía no está muy claro si este área del planeta también participó del origen de las flores. Se cree que las actuales plantas floradas pudieron originarse en lugares tan remotos como la región ártica, el sudeste o el este de Asia, Sudamérica o África y que China solo sirvió de puente para la transmisión de las flores originales a otros lugares del mundo. Sea como fuere una vez aparecidas, las primeras flores se desperdigaron por el planeta de manera velocísima. En solo 40 millones de años colonizaron prácticamente todos los hábitos terrestres incluyendo desiertos y zonas húmedas, praderas o junglas. El descubrimiento de esta nueva especie podría ser especialmente relevante para determinar el papel que jugó el continente asiático en el origen de las flores no solo como puente de transmisión sino incluso quizás como centro irradiador de la evolución que luego iba a reproducirse en cascada por el resto del globo.
El descubrimiento de este fósil ha sido ahora reforzado por un nuevo hallazgo que publicó ayer la revista “Nature” y que puede permitir completar definitivamente la última pieza que quedaba del puzle. Un equipo internacional de investigadores ha descrito nuevos restos fósiles muy bien preservados de plantas que ya están extintas y que corresponden a un periodo cercano a hace 120 millones de años. No son las plantas más antiguas descubiertas, pero sí contienen una variedad morfológica y presentan una calidad de preservación suficiente para que los autores del estudio hayan sido capaces de construir un árbol de relaciones entre los diferentes tipos de plantas primitivas. Su esfuerzo posiciona a todos los fósiles en el árbol genealógico de las angiospermas y da pistas suficientemente poderosas para acercarnos al conocimiento de cuáles fueron las primeras especies de estas características que brotaron en el planeta. Los fósiles ahora encontrados muestran una remarcable diversidad en formas y en estructuras reproductivas. Curiosamente no se trata de fósiles que hayan sido desenterrados recientemente, sino que se encontraban en algunas colecciones que podían llegar a tener un siglo de antigüedad, depositados en museos o en laboratorios de investigación, y ahora redescubiertos.
Con el trabajo de comparación de estas especies los autores han podido dar alguna explicación al nacimiento del tegumento típico de las semillas de las angiospermas que en botánica se conoce como episperma. Sin embargo, no han sido capaces de dar explicación a cómo se generó la capa protectora conocida como ovario que rodea colectivamente a todas las semillas en las flores y que al fin y al cabo da origen al fruto. El abominable misterio de Darwin sigue por lo tanto produciendo quebraderos de cabeza a los científicos. Porque, si importante para el planeta fue la dispersión rápida de flores, mucho más importante incluso para la vida fue la producción masiva de frutos. Habrá que seguir investigando para terminar de resolver qué ocurrió en nuestro mundo hace millones de años para que un suelo aburrido y gris se transformará en la base de una flora multicolor y nutritiva.
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