Ecología
La desconocida crisis de la biodiversidad, uno de los mayores peligros del siglo
Un nuevo estudio ha reunido a más de 60 expertos para detectar las principales lagunas en nuestro conocimiento sobre esta crisis.
Estamos en problemas y tenemos que hablar de todos ellos. Pero qué difícil resulta centrarse en uno sin invisibilizar al resto. Si preguntamos en la calle a qué gran peligro nos estamos enfrentando medioambientalmente, posiblemente nos digan que al cambio climático. Tendrán razón, pero, como decimos, no es el único, y si pedimos que respondan otra vez nos encontraremos con un más que probable silencio. Tal vez se nombre a los plásticos o a la contaminación, pero estaremos pasando por alto otra crisis que, posiblemente, sea incluso más preocupante que las anteriores. Y aquí se presentan las primeras complejidades, porque comparar la gravedad de cada uno de estos frentes parece quitarles peso a los demás cuando, en realidad, lo que estamos diciendo es que: si ya nos parece de gran importancia la crisis climática, tal vez debamos de prestar incluso más atención a otras como, en este caso, la crisis de la biodiversidad.
La lista de especies en peligro de extinción es, por desgracia, extensísima: plantas como el cardo de plata o la esparraguera de monte y animales como el pinzón azul o la arowana asiática son solo un grano de arena en una playa de ejemplos.” Y, solo por evitar malentendidos, los expertos insisten en que ni siquiera nos estamos volcando lo suficiente con la joya de la corona mediática, el cambio climático, por lo que podemos hacernos una idea de lo lejos que estamos de abordar apropiadamente la pérdida de la biodiversidad. Falta actuar y falta entender, de hecho, un estudio reciente ha tratado de identificar las principales lagunas en nuestro conocimiento sobre la biodiversidad para así poder enfrentar el problema con más precisión. El artículo en cuestión es obra de más de 60 expertos que han colaborado para reunir una gran cantidad de información geográfica y demográfica sobre diferentes especies, no tanto para obtener una guía de referencia definitiva, sino para tener una visión general que permita identificar los puntos más inexplorados y, orientar las próximas investigaciones de una manera más eficiente.
¿Qué es biodiversidad?
Biodiversidad es la asignatura pendiente de los medios cuando hablan sobre problemas medioambientales. Durante mucho tiempo se apostó por tomar iconos adorables con los que enternecer al público y parecía que el peligro era perder en concreto a especies como el oso panda gigante, el lince ibérico o el oso polar. Si no podía protagonizar una campaña de conservación y vender peluches, no parecía importar demasiado. Por suerte, poco a poco se va cambiando este recurso y ahora sabemos (o al menos intuimos) que cada especie es importante. Sin embargo, parece que no lo hemos comprendido en toda su profundidad. Cuando hablamos de biodiversidad el tema es mucho más amplio, no solo hablamos de especies distintas, sino de la diversidad que hay dentro de una misma especie, cómo de diferentes son sus individuos entre sí.
Por ejemplo, recuperar una especie a partir de un puñado de ejemplares hará que todos se parezcan bastante genéticamente, porque estarán cercanamente emparentados. Ese detalle es importante en las labores de conservación y, de hecho, se tiene en cuenta para conservar esa diversidad intraespecífica tanto como se pueda. Y, por supuesto, esto también se aplica a las plantas. Sabemos que las grandes extensiones agrícolas suelen centrarse en semillas muy concretas por sus buenos resultados y eso significa que se están eliminando multitud de especies vegetales para preparar el campo, significa que se plantan apenas unas pocas especies para propósitos alimenticios, pero también significa que los ejemplares de esas especies suelen ser mucho menos diversos entre sí de lo que eran hace décadas. La biodiversidad está amenazada a muchas escalas, como vemos, y sus consecuencias son igual de diversas.
Cuantificando el problema
Y, para hacernos una idea del problema, no hay más que recordar cómo funciona la evolución. Sí, es cierto que los individuos cuyas características les permiten prosperar más en un entorno concreto tendrán más descendientes, pasarán sus características a la nueva generación y tras muchas generaciones la población acabará cambiando, viéndose favorecidos cada vez casos más extremos de lo que les beneficie. Lo que suele faltar decir es que ninguno de estos individuos evoluciona de manera aislada, igual que se adaptan a su entorno, su entorno, que está formado por otras especies (animales, vegetales, fúngicas, etc.), también se adapta a ellos. Dicho de otra manera, somos como un engranaje diseñado para funcionar entre otros engranajes. Necesitamos esa presión, ese movimiento, esas interacciones. Sin ellas, poco a poco todo comienza a venirse abajo, aparecen pequeños errores que se van acumulando y finalmente, el sistema colapsa. Por supuesto, la analogía tiene sus defectos, pero nos ayuda a intuir el problema.
Pero, por si acaso todavía no comprendemos la gravedad del problema, podemos recurrir a un cierre contundente, centrado en torno a las cifras publicadas en el mismo artículo del que hablábamos al principio. Los investigadores han estimado que, desde 1500, un 30% de las especies se han extinto o se consideran actualmente amenazadas. Si seguimos a este ritmo, es probable que lleguemos al 37% antes de que termine el siglo y ese es el escenario más probable si no tomamos conciencia. Porque puede que el mecanismo siga moviéndose con solo dos tercios de sus engranajes, pero ya no funciona como antes y es cuestión de tiempo que las consecuencias escalen.
QUE NO TE LA CUELEN:
- La península está ardiendo. En unos pocos días de calor extremo, los fuegos han arrasado miles de hectáreas. Sorprendentemente, cuando se habla de estos incendios desde la perspectiva medioambiental se suele hablar sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, pero pasamos por alto la implicación que tiene para la biodiversidad.
REFERENCIAS (MLA):
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