
Astrobiología
Científicos de Cambridge detectan un gas identificado con la vida en un planeta a 120 años luz
“¿Significa esto que los científicos han encontrado vida en otro mundo? Quizás, pero aún no podemos estar seguros”, señalan los autores.

En abril de 2024, el Telescopio Espacial James Webb (JWST) observó la estrella anfitriona del planeta K2-18b durante casi seis horas. Durante ese tiempo, el planeta en órbita pasó frente a su estrella y la luz filtrada a través de la atmósfera, llevó las huellas de las moléculas atmosféricas al telescopio. Al comparar esas huellas con 20 moléculas diferentes, los astrónomos, liderados por Nikku Madhusudhan de la Universidad de Cambridge, concluyeron que la coincidencia más probable era un gas que, en la Tierra, es un buen indicador de vida.
Este gas es el sulfuro de dimetilo (DMS) y es producido principalmente por organismos vivos, según afirma el equipo de Madhusudhan en un estudio publicado en The Astrophysical Journal.
El planeta en el que se detectó esta posible firma biológica, K2-18b, es el planeta más cercano a su estrella y se encuentra a poco más de 120 años luz de la Tierra; a escala galáctica, este planeta es casi un vecino nuestro.
“Aunque los astrónomos sabemos muy poco sobre K2-18b – explica en un artículo sobre el hallazgo Daniel Apai, astrobiólogo de la Universidad de Arizona -, sí sabemos que es muy diferente a la Tierra. Para empezar, es aproximadamente ocho veces más masivo que la Tierra y tiene un volumen aproximadamente 18 veces mayor. Esto significa que su densidad es solo la mitad de la de la Tierra. En otras palabras, debe tener mucha agua, que no es muy densa, o una atmósfera muy grande, que es aún menos densa”.
El estudio señala que es posible que se trate de un “planeta hyceano”, básicamente hidrógeno sobre océano, ya que los astrónomos predicen que los mundos hyceanos son planetas con océanos globales mucho más profundos que los océanos de la Tierra y sin continentes. Estos océanos están cubiertos por enormes atmósferas de hidrógeno de miles de kilómetros de altura.
Los astrónomos aún no saben con certeza si existen mundos hyceanos, pero los modelos de su aspecto coinciden con los datos limitados que el JWST y otros telescopios han recopilado sobre K2-18b. Pero aquí es donde la historia se vuelve interesante. Un planeta hyceano tendría un océano extenso y probablemente templado. Entonces, ¿podrían ser habitables, o incluso habitados, los océanos de los mundos hyceanos?
Ya en 2023, el equipo de Madhusudhan encontró evidencia de la presencia de dos moléculas simples que contienen carbono (monóxido de carbono y metano) y demostró que la atmósfera superior del planeta carecía de vapor de agua. Esta composición atmosférica apoyaba, pero no demostraba, la idea de que K2-18b pudiera ser un mundo hyceano.
¿Significa esto que los científicos han encontrado vida en otro mundo? “Quizás, pero aún no podemos estar seguros – añade Apai -. En primer lugar, ¿K2-18b realmente tiene un océano en las profundidades de su densa atmósfera? Los astrónomos deberían comprobarlo. En segundo lugar, ¿la señal observada en dos cámaras con dos años de diferencia proviene realmente del sulfuro de dimetilo? Los científicos necesitarán mediciones más sensibles y más observaciones de la atmósfera del planeta para estar seguros. Y, en tercer lugar, si efectivamente se trata de DMS, ¿significa esto que hay vida? Esta podría ser la pregunta más difícil de responder”.
El equipo de Madhusudhan ya está trabajando en nuevos estudios que aclaren las dudas y confirmen los hallazgos. O señalen en otra dirección. Lo que queda claro es que este telescopio espacial permite estudiar otros mundos en busca de indicios de vida extraterrestre.
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