Espacio

La vida en la Tierra podría tener origen extraterrestre

Las piezas básicas que conforman la vida se habrían formado en el hielo interestelar

Investigadores chinos hallan la firma química de las estrellas más antiguas del universo
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Cómo se originó la vida en la Tierra es una de las grandes preguntas de nuestra historia. Algunos científicos ponen el foco en el propio planeta, convirtiéndolo en un caldo de cultivo de moléculas que, eventualmente, se unieron cual monstruo de Frankenstein y formaron el primer ser vivo. Otros prefieren mirar al cielo e imaginar que esas piezas que nos conforman tuvieron que formarse más allá de nuestra galaxia.

Ambas teorías, por muy descabelladas que parezcan, tienen una base científica sólida. Y es por eso mismo que cuando el tema sale a relucir a la palestra, la comunidad científica no tiene forma de llegar a un consenso.

Para nuestra desgracia, nos es imposible viajar en el tiempo y ser testigos del momento en el que la vida apareció. Sin embargo, no son pocos los experimentos que se han realizado en el laboratorio simulando cómo debió de ser ese acontecimiento.

Esta semana se ha publicado en la revista ACS Central Science un nuevo modelo con el cual demostrarían que es posible que algunos aminoácidos sencillos, las piezas principales que conforman la vida, se hubiesen sintetizado en el hielo interestelar de un universo aún en formación.Si esta teoría fuese cierta, los datos podrían usarse para entrenar herramientas de exploración espacial, como el Telescopio James Webb.

Los investigadores creen que encontrar este tipo de moléculas en el espacio se asemeja a seguir el camino de migas de pan que nos guiaría finalmente a contactar con algún tipo de vida extraterrestre.

Sopas primitivas y meteoritos lejanos

Una de las hipótesis sobre el origen de la vida en la Tierra es la denominada “sopa primitiva”, planteada en los años 20 por Oparin y Haldane. Ellos proponían que la vida se originó de forma espontánea en nuestro planeta gracias a las condiciones atmosféricas que había en ese momento.

La mezcla de moléculas que conformaban la atmósfera terrestre junto con la radiación solar que recibía habría permitido la generación de nuevas moléculas, haciéndose cada vez más complejas hasta formar la primera célula.

Treinta años más tarde, el experimento propuesto por Stanley L. Miller reforzó dicha teoría. Miller consiguió simular en el laboratorio las condiciones químicas que la atmósfera terrestre debía de tener en los orígenes. Como resultado, obtuvo varias moléculas orgánicas, entre ellas aminoácidos, considerados la base de la vida.

Sin embargo, otra teoría sugiere que los aminoácidos podrían haber sido transportados a la superficie de la Tierra por los meteoritos. En las primeras etapas de nuestro planeta, la atmósfera aún no estaba bien definida, por lo que las colisiones de estas rocas eran constantes. Los meteoritos pudieron haber transportado las moléculas orgánicas del polvo o de los hielos interestelares, como si de un autobús espacial se tratase.

La teoría de una vida originada fuera de nuestro planeta puede parecer sacada de Expediente X. Pero, si dejamos de lado la idea de alienígenas subidos en platillos volantes, actualmente podríamos decir que tenemos muestras de “vida interplanetaria”.  

Los meteoritos que atraviesan la atmósfera terrestre contienen en muchos casos moléculas orgánicas y aminoácidos procedentes de otros rincones del espacio exterior.

Pero si la vida se hubiese originado en el espacio, ¿dónde se formaron estas moléculas? Y ¿cuándo ocurrió?  

Cocinando con hielo interestelar

Para ayudar a responder a estas preguntas, el equipo de Ralf I. Kaiser, de la Universidad de Hawái en Manoa, investigó las reacciones químicas que podrían haber tenido lugar en el hielo interestelar localizado cerca de estrellas y planetas recién formados.

Los investigadores crearon modelos con este tipo de hielo, formado principalmente por agua y otros gases sólidos congelados por las bajas temperaturas del espacio exterior. A éstos se les añadió también amoníaco y dióxido de carbono, moléculas que creen, serían las precursoras de estos aminoácidos.  

Usando diversas técnicas de caracterización, encontraron que, al calentar las muestras, se formaba ácido aminocarboxílico y carbamato de amonio, dos moléculas que podrían haber evolucionado hasta convertirse en aminoácidos. Su síntesis fue detectada a -211oC y -234oC, respectivamente, temperaturas relativamente bajas, demostrando así que podrían haberse formado durante las etapas más tempranas y frías del universo.

El equipo planteó la hipótesis de que estas moléculas podrían haber viajado hacia distintos sistemas solares, incluido el nuestro, y luego habrían alcanzado la Tierra primitiva gracias a cometas o meteoritos.

Aunque no podemos asegurar que la vida tal y como la conocemos sea originaria del espacio, pensar que parte de ese camino evolutivo podría venir de otros rincones del universo aumenta las posibilidades de encontrar otras formas de vida basadas en nuestra propia naturaleza. Y, quien sabe, quizás podríamos llegar a considerarnos hermanos de las mismas estrellas. O, mejor dicho, del mismo hielo estelar.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Ninguno de los experimentos, ni el de la sopa primitiva ni el del hielo interestelar, demuestra que la vida se originase de ese modo. Pero sí que nos dan una idea de dos escenarios que podrían haber ocurrido. El origen de ésta sigue siendo un misterio.

REFERENCIA (MLA):

  • Thermal Synthesis of Carbamic Acid and Its Dimer in Interstellar Ices: A Reservoir of Interstellar Amino Acids ACS Central Science 10.1021/acscentsci.3c01108
  • Burchell, Mark J. "Panspermia today." International Journal of Astrobiology 3.2 (2004): 73-80.
  • Bada, Jeffrey L., and Antonio Lazcano. "Prebiotic soup--revisiting the miller experiment." Science 300.5620 (2003): 745-746.