Oncología
Científicos españoles desarrollan un nuevo tratamiento para el cáncer cerebral
“Nuestra investigación no solo es innovadora desde el punto de vista clínico, sino también muy útil para el avance del conocimiento científico”, afirman los autores del estudio.
Nuestro cuerpo tiene un mecanismo para destruir todo lo que lo ataca, ya sean virus, bacterias o células cancerosas: el sistema inmunitario. Por su parte, el cáncer se produce cuando las células tumorales engañan a este sistema para que no las ataque. Una de las armas más efectivas en esta lucha es la inmunoterapia, el uso de fármacos para evitar que las células cancerosas bloqueen el sistema inmunitario. El problema es que la inmunoterapia no siempre funciona.
En el caso de la metástasis cerebral, cuando un tumor que se origina en otro órgano y se extiende al cerebro, la inmunoterapia ha mostrado resultados dispares. Se estima que hasta un 40% de los pacientes con cáncer presentan metástasis cerebral. Por ello no es extraño que los expertos se centren en encontrar una solución.
Un equipo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) proponen un nuevo tratamiento para las metástasis cerebrales que responden mal o no responden a la inmunoterapia y proporcionan un biomarcador para predecir en qué casos debe utilizarse.
"La metástasis cerebral supone un grave problema clínico – explica en un comunicado Manuel Valiente, jefe del Grupo de Metástasis Cerebrales del CNIO y director del estudio -. Los pacientes con metástasis cerebrales avanzadas, es decir, aquellos que ya perciben los síntomas de las metástasis, no responden bien a la inmunoterapia. Pero incluso los pacientes que responden bien a la inmunoterapia sufren cada vez más recaídas, a menudo a causa de nuevas metástasis en el cerebro”.
En otras palabras, la inmunoterapia combinada con anticuerpos bloqueantes no parece ser la forma óptima de combatir las metástasis cerebrales. Una posible razón es la presencia de la barrera hematoencefálica, una especie de membrana permeable que filtra la sangre que entra en el cerebro para protegerlo de toxinas. Pero esta barrera vascular también dificulta la entrada de los anticuerpos utilizados en la inmunoterapia. Sin anticuerpos, la inmunoterapia no funciona.
El equipo de Valiente propone ahora una hipótesis muy innovadora para combatir este problema. Los detalles se han publicado en la revista Cancer Discovery.
“Hemos descubierto – añade Neibla Priego, primera autora del estudio - que unas células cerebrales llamadas astrocitos actúan como inmunomoduladores, es decir, interaccionan con el sistema inmunitario del cerebro, y en casos de metástasis cerebrales hacen un mal uso de esta función porque están siendo influenciadas por el tumor.
La corrupción que provoca el tumor, hace que los astrocitos se alíen con las células tumorales cuando se produce la metástasis cerebral. De este modo, la interacción de los astrocitos con el sistema inmunitario, que debería ser un proceso normal de inmunomodulación, se convierte en un mecanismo que alimenta el cáncer, porque los astrocitos interfieren en el trabajo de las células de defensa y les impiden matar a las células tumorales.
La buena noticia es que el equipo de Valiente y Priego, en el CNIO, ha identificado una molécula clave en el proceso, llamada TIMP1. “Los astrocitos protumorales producen TIMP1, y esta proteína está implicada en desactivar las células defensivas que deberían matar a las células cancerosas”, afirma Priego.
Al haber demostrado que la molécula TIMP1 actúa sobre las células del sistema inmunitario y las vuelve menos activas, los responsables del CNIO también han mostrado evidencias de su eficacia y proponen utilizarlo como biomarcador, es decir como testigo, para detectar las metástasis cerebrales afectadas por este mecanismo inmunosupresor.
“TIMP1 es un buen biomarcador, porque se secreta en cantidades significativamente mayores en el líquido cefalorraquídeo de los pacientes con metástasis cerebrales”, señala Priego.
Pero hay más: los autores proponen una alternativa terapéutica dirigida a los astrocitos: la combinación de inmunoterapia con inhibidores que impidan la producción de la molécula TIMP1.
“Existe un fármaco llamado silibinina, que ya se ha empleado en uso compasivo, que inhibe la producción de la molécula TIMP1 - afirma Valiente -. Ya está en marcha un ensayo clínico para probar su eficacia terapéutica en metástasis cerebrales. Esperamos tener los resultados en 2025”.
El objetivo es combinar la inhibición de TIMP1 con la inmunoterapia tradicional, “lo que aumentaría la potencia de la estrategia terapéutica y facilitaría su incorporación a los protocolos clínicos” señala el estudio.
Los resultados revelan el papel de los astrocitos en la enfermedad, “desenmascarando su heterogeneidad y centrándose únicamente en aquellos subtipos de astrocitos con una función alterada y negativa para el paciente – concluye Valiente -. Hasta ahora, los astrocitos no se han considerado como inmunomoduladores, ni en estudios generales ni en relación con los tumores cerebrales. Nuestra investigación no solo es innovadora desde el punto de vista clínico, sino también muy útil para el avance del conocimiento científico”.
✕
Accede a tu cuenta para comentar