
Energía nuclear
El combustible nuclear que inquieta a los expertos: ¿Es tan peligroso el HALEU?
Un nuevo comunicado publicado en Science alerta de los posibles defectos en la regulación del uranio de bajo enriquecimiento de alto ensayo

Una central nuclear no puede explotar como una bomba y los motivos son muchos y muy sólidos. Aparte de las medidas de seguridad, los moderadores y otras cuestiones técnicas, tal vez, uno de los motivos más evidentes es su combustible. Y es que el uranio con el que funciona no es capaz de desencadenar una reacción en cadena suficientemente potente. Todo esto supone dos ventajas, la más evidente tiene que ver con la seguridad de las centrales nucleares, la otra es que se puede controlar mejor la fabricación de armas nucleares si el combustible que requieren no es el mismo que usan las centrales nucleares. Sin embargo, parece que las cosas podrían cambiar pronto.
Algunos nuevos modelos de reactores nucleares requieren un tipo de combustible que podría ser utilizado para armamento nuclear, complicando la vigilancia internacional. Su nombre es HALEU y responde a las siglas de “uranio de bajo enriquecimiento de alto ensayo” en inglés, pero, para comprender bien dónde está el problema y en qué consiste este combustible nuclear, conviene aclarar algunos conceptos. Y es que, el HALEU promete sembrar polémica a medida que se divulgue su uso.
Los sabores de los elementos
A todo el mundo le suena que las centrales nucleares y las bombas atómicas funcionan gracias a un elemento conocido como “uranio", pero ese no es el final de la historia. Un elemento se define por las partículas subatómicas que componen sus átomos: concretamente el número de protones, electrones. Sin embargo, a hay otro tipo de partículas subatómicas con carga neutra que, junto con los protones, están en el núcleo de los átomos. Se llaman neutrones y podemos encontrar un mismo elemento con diferentes números de neutrones en su núcleo.
Por ejemplo, el hidrógeno se define por estar constituido por un protón en su núcleo y un electrón orbitando. Ahora bien, podemos encontrarlo sin neutrones, en cuyo caso lo llamamos protio; con un neutrón, el deuterio; y o dos neutrones, el tritio. Esas diferentes variedades en las que se puede presentar un elemento es lo que conocemos como “isótopos”. Pues bien, el uranio tiene 92 protones y 92 electrones, pero podemos encontrarlo con diferente número de neutrones.
Los minerales de uranio que encontramos en la naturaleza suelen estar compuestos, en su amplia mayoría, por un isótopo llamado uranio-238, con 146 neutrones en su núcleo, pero no nos vale como combustible nuclear ni para hacer bombas atómicas. Sin embargo, el 0,7% de esos minerales están compuestos por otro isótopo, el uranio-235, con 143 neutrones que, ahora sí, nos sirve porque es fisionable, esto es: podemos “romper” el átomo para liberar su energía.
El enriquecimiento
Así pues, como es muy difícil encontrar uranio-235 en la naturaleza, hemos desarrollado procesos capaces de aumentar su proporción respecto al uranio-238 en una muestra. Eso es lo que conocemos como “enriquecimiento” y el uranio que ha pasado por ese proceso se llama “uranio enriquecido”.
Ahora bien, las centrales suelen necesitar uranio no muy enriquecido, con una proporción de uranio-235 del 3 o el 5%. Si supera el 20% se considera uranio altamente enriquecido y se vigila especialmente a escala internacional porque es el que se usa para la fabricación de armamento.
No obstante, según el comunicado que un grupo de investigadores que acaba de publicar en la revista Science, el enriquecimiento mínimo que realmente requiere construir armamento nuclear es algo inferior al 20% y, algunos reactores modernos y de tamaño reducido utilizan HALEU con concentraciones de uranio-235 del 19,75%. Eso significa que, si efectivamente es técnicamente posible alimentar armas nucleares con HALEU, habría que revisar los riesgos de proliferación y seguridad de este combustible.
Instan a los legisladores estadounidenses a encargar una nueva revisión de los riesgos de proliferación del HALEU a través de las correspondientes administraciones de seguridad nuclear. Un paso, por ejemplo, sería actualizar el valor del enriquecimiento mínimo necesario para la construcción de armas nucleares. En palabras de los autores del comunicado: "Un resultado clave de este estudio debería ser establecer un nuevo límite porque una política sin restricciones sobre el HALEU no deja margen de seguridad".
QUE NO TE LA CUELEN:
- Nada de esto es una declaración contra la energía nuclear, sino a favor de su uso responsable.
REFERENCIAS (MLA):
- R. Scott Kemp, Edwin S. Lyman, Mark R. Deinert, Richard L. Garwin, & Frank N. von Hippel. “The weapons potential of high-assay low-enriched uranium” [[LINK:EXTERNO|||http://dx.doi.org/10.1126/science.ado8693" target="_blank">]]
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