Astronomía

Cuando acaba Mercurio Retrógado

Este fenómeno astronómico ocurre cuando Mercurio parece retroceder en su órbita, desde la perspectiva de la Tierra

Mercurio Retrógado es una ilusión óptica provocado por la diferente velocidad en la que la Tierra y Mercurio completan su órbita alrededor del Sol
Mercurio Retrógado es una ilusión óptica provocado por la diferente velocidad en la que la Tierra y Mercurio completan su órbita alrededor del SolFaik AkmdPexels

Los planetas de nuestro sistema solar trazan su trayectoria en torno al Sol. Mercurio, el más cercano a nuestra estrella, se mueve habitualmente de oeste a este en relación con las estrellas que observamos en el cielo nocturno. Sin embargo, hay ciertos periodos del año en los que parece alterar su curso y moverse de este a oeste. Este fenómeno astronómico, conocido como Mercurio Retrógrado, fue registrado por primera vez por los astrónomos babilónicos en el siglo VII a.C. El misterio permaneció durante mucho tiempo sin ser desvelado, sin embargo, hoy sabemos por qué sucede:

¿Qué hay detrás del movimiento retrógrado de Mercurio?

Desde el martes, 2 de abril, y hasta el jueves, 25 de abril, estamos en Mercurio Retrógrado. Este fenómeno volverá a ocurrir en dos momentos adicionales durante el año 2024: del 5 al 27 de agosto y del 25 de noviembre al 15 de diciembre. La anomalía (por llamarlo de alguna forma) que se produce en estos tres periodos del año y que origina esta peculiar ilusión óptica se debe a que, como la Tierra y Mercurio orbitan alrededor del Sol a velocidades y distancias diferentes, existen momentos en los que la Tierra supera a Mercurio en su órbita, dando la impresión de que este último retrocede.

La nueva consideración del sistema solar, con Plutón ya como planeta enano
La nueva consideración del sistema solar, con Plutón ya como planeta enanolarazon

Mercurio, al estar más cerca del Sol que la Tierra, orbita alrededor de la estrella a una velocidad mucho mayor, completando su órbita en tan solo 88 días terrestres, en comparación con los aproximadamente 365 días que tarda la Tierra. En consecuencia, desde nuestra perspectiva en la Tierra, durante estos periodos Mercurio parece disminuir su velocidad, detenerse y luego moverse en la dirección contraria. No obstante, una vez que la Tierra ha adelantado completamente a Mercurio, este parece retomar su movimiento directo normal.

Este fenómeno puede compararse con conducir en una autopista de varios carriles en la misma dirección. Si rebasas a un coche que circula a menor velocidad en otro carril, puede dar la impresión de que se está moviendo hacia atrás en relación contigo, a pesar de que ambos vehículos se dirigen en la misma dirección.

En el campo de la astrología, el fenómeno del movimiento retrógrado de Mercurio ha adquirido connotaciones particularmente interesantes. Este evento astronómico se ha convertido, en cierto sentido, en una especie de chivo expiatorio al que se le atribuye la culpa de una variedad de infortunios y dificultades que pueden surgir en la vida cotidiana.

Esta visión, sin embargo, debe considerarse con una dosis saludable de escepticismo. La realidad es que esta interpretación es más probable que se derive de lo que en psicología se conoce como "sesgo de confirmación". Este sesgo es un fenómeno cognitivo muy humano que nos lleva a prestar más atención a la información o a las pruebas que respaldan nuestras creencias ya existentes, mientras que ignoramos o restamos importancia a cualquier dato que contradiga estas concepciones previas.

El planeta Mercurio, fotografiado por la sonda MESSENGER.
El planeta Mercurio, fotografiado por la sonda MESSENGER.NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie

El sesgo de confirmación puede ser un obstáculo potencial en la búsqueda de la verdad, ya que al enfocarnos en lo que ya creemos, nos volvemos menos abiertos a nuevas ideas o perspectivas que podrían cuestionar nuestras creencias. Por lo tanto, es importante tener en cuenta que, aunque el movimiento retrógrado de Mercurio es un hecho astronómico interesante, cualquier atribución de eventos desafortunados a este fenómeno es más probable que sea producto de nuestro sesgo de confirmación que de la influencia real de los planetas en nuestros asuntos humanos.