Espacio

Descubren un planeta gigante que huele a huevos podridos y donde llueve vidrio fundido

HD 189733 b es un exoplaneta a 64 años luz de aquí y, posiblemente, uno de los mejores candidatos que tenemos para comprender el origen de estos gigantes gaseosos

Arte conceptual de HD 189733 b, el Júpiter caliente más cercano a la Tierra que transita su estrella.
Arte conceptual de HD 189733 b, el Júpiter caliente más cercano a la Tierra que transita su estrella.Roberto Molar Candanosa/Universidad Johns HopkinsEurekalert

Investigadores de la prestigiosa Universidad John Hopkins han descubierto un planeta que huele a huevos podridos o, si nos sentimos escatológicos: a pedo. Para realizar este descubrimiento olfativo han utilizado un telescopio de 10.000 millones de dólares. Hasta aquí la noticia puede parecer algo escandalosa. ¿Acaso no habrá problemas reales como para que los científicos se centren en el olor de un planeta? ¿Para eso gastamos miles de millones de dólares en construir el dichoso telescopio espacial James Webb? Si tu mente ha empezado a divagar en esa dirección, no te preocupes, porque esta investigación es mucho más valiosa de lo que parece.

Es difícil no banalizar un descubrimiento cuando tienes que resumirlo en apenas una frase y que, encima, tenga gancho. En este caso es estrictamente cierto: un grupo de expertos ha descubierto que un exoplaneta bien conocido huele a huevos podridos, pero ellos jamás lo habrían enunciado así ante sus colegas. Posiblemente habrían dicho algo como que: hemos descubierto que en la atmósfera de HD 189733 b hay sulfuro de hidrógeno y eso podría ser clave para comprender el origen de los júpiter calientes. Claro que, dicho así, a quien no le dice mucho es al público general, así que intentemos relacionar el titular con esos palabros científicos.

HD 189733 b

Tras ese nombre, que bien podría ser la contraseña del banco, se encuentra un exoplaneta que llevamos investigando desde 2005. Un exoplaneta no es otra cosa que un planeta que se encuentra fuera de nuestro sistema solar. En concreto, este está a 64 años luz de aquí que, en kilómetros, serían unos 600.000.000.000.000 kilómetros. Seiscientos billones de kilómetros que sería el equivalente a viajar 2 millones de veces al Sol (ida y vuelta). La cuestión es que, desde 2005, HD 189733 b ha captado nuestra atención por lo fácil que es analizarlo.

HD 189733 b se trata de un júpiter caliente: un planeta gigante gaseoso que, en lugar de estar lejos de su estrella, como lo están Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, se encuentra, al menos, 8 veces más cerca que Mercurio. En concreto, HD 189733 b está 13 veces más cerca de su estrella que Mercurio de nuestro Sol. En principio, esto no debería ser posible, porque según creemos entender, durante la formación de los sistemas solares no suele haber suficiente materia en los alrededores de la estrella como para formar tal gigante. Por eso los investigadores sospechan que pueden haber migrado desde otros lugares más lejanos donde se formaron.

Grande y caliente para que te vean más

Si están en lo cierto, no cabría esperar que los júpiter calientes fueran los planetas más frecuentes allí afuera, sin embargo, hemos encontrado muchísimos. De hecho, la mayoría de los más de 5000 exoplanetas encontrados son júpiteres calientes. Sin embargo, algunos estudios sugieren que solo 1 entre cada 1000 estrellas cuenta con un júpiter caliente. ¿Cómo es esto posible? La respuesta es muy sencilla: las dos principales técnicas que tenemos para detectar planetas fuera de nuestro sistema solar funcionan mejor con planetas grandes y cercanos a su estrella, esto es: júpiteres calientes.

La técnica del tránsito consiste en ver la caída en el brillo de una estrella cada X horas porque un planeta pasa entre nosotros y la estrella. El método de la velocidad radial deduce la presencia de un planeta en función de las anomalías en el movimiento de una estrella asumiendo que estas se deben a un cuerpo muy masivo que gira a su alrededor. En cualquiera de los dos casos, ser grande y estar cerca hace más fácil la detección.

Casi 1000 grados a la sombra

Si hablamos en concreto de HD 189733 b, este se encuentra a temperaturas de unos 900 grados Celsius, lo recorren vientos de 8000 kilómetros por hora (el récord en la Tierra ha sido de 408 km/h) y, por si fuera poco, posiblemente llueva vidrio fundido. En cualquier caso, su extrema cercanía a la estrella tiene otra ventaja: nuestros métodos para analizar la composición química de las atmósferas de otros planetas dependen de la luz que nos llega de ellas.

La luz que sale de su estrella atraviesa sus atmósferas, en mayor cantidad cuanto más cerca estén. Al recorrer los gases que la componen, estos dejan en la luz una suerte de huella inconfundible. Cuando la luz llega a nosotros (64 años después de abandonar HD 189733 b, nosotros podemos analizar esas huellas y deducir qué elementos y en qué concentración las dejaron. Así es como han descubierto que, efectivamente, tal como sospechaban, HD 189733 b tiene sulfuro de hidrógeno en su atmósfera, un compuesto que, casualmente, es responsable del olor a huevos podridos y a pedo, dicho mal y pronto.

¿Único o la norma?

En palabras de uno de los investigadores, el doctor Guangwei Fu: “Supongamos que estudiamos otros 100 júpiteres calientes y todos están enriquecidos en azufre. ¿Qué significa eso sobre cómo nacieron y cómo se formaron de manera diferente en comparación con nuestro propio Júpiter?”. De hecho, en esta investigación también analizaron la concentración de metales pesados en HD 189733 b y descubrieron algo extraño.

Estos elementos están muy presentes en gigantes gaseosos como los de nuestro sistema solar, especialmente en los menos grandes, como Urano y Neptuno. Por ese motivo los investigadores sospechan que la cantidad de metales pesados está relacionada con la masa del gigante gaseoso y, en este caso, HD 189733 b ha mostrado concentraciones similares a las de Júpiter, con quien también comparte tamaño, confirmando que esta relación parece extenderse más allá de los confines de nuestro sistema solar.

“Los hallazgos apoyan nuestra comprensión de cómo los planetas se forman a través de la creación de más material sólido después de la formación inicial del núcleo y luego se enriquecen naturalmente con metales pesados”, dijo Fu. Pero, este artículo publicado en Nature no es el final, sino más bien un principio. El equipo emprenderá ahora la tarea de analizar las atmósferas de otros júpiteres calientes para determinar si la alta cantidad de azufre es común a todos ellos y nos puede revelar algo sobre su origen o si, por la contra, es una rareza de HD 189733 b.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • A pesar de lo que pueda parecer y, aún siendo el azufre una molécula clave para la vida, esta investigación no está buscando biomarcadores. Como aclara el propio doctor Fu: “No estamos buscando vida en este planeta porque es demasiado caliente, pero encontrar sulfuro de hidrógeno es un paso para encontrar esta molécula en otros planetas y obtener una mayor comprensión de cómo se forman diferentes tipos de planetas”.

REFERENCIAS (MLA):

  • Guangwei Fu, et al. Hydrogen sulfide and metal-enriched atmosphere for a Jupiter-mass exoplanet Nature[[LINK:EXTERNO|||http://dx.doi.org/10.1038/s41586-024-07760-y" target="_blank">]]