Futuro

Este es el gran peligro que nos depara la IA en 2025

La insensibilización mediática puede distraernos de los retos que la IA ya está planteado a nuestra sociedad

La demanda de profesionales con conocimientos en inteligencia artificial está en su punto más alto
La demanda de profesionales con conocimientos en inteligencia artificial está en su punto más altoFreepik

Estamos cansados de los titulares sobre la inteligencia artificial y, por supuesto, estamos cansados de los titulares alarmistas. Sin embargo, aquí estamos, en el primer párrafo de un artículo con un titular que nos cansa doblemente. ¿Por qué? Porque es cierto. Porque ese cansancio está justificado, pero es peligroso. La prensa ha abusado de las IAs y del miedo. En tan solo cuatro años esta tecnología ha pasado de ser una completa desconocida a la popularidad más absoluta. Hemos temido sus consecuencias y las hemos expuesto en artículos, podcasts y sobremesas, pero de tanto pregonar hitos excepcionales, los méritos de la IA se han vuelto banales ante nuestros ojos.

Sus logros ya no nos sorprenden como “antaño” (hace apenas un lustro). Y, ahora, todas nuestras preocupaciones se han atenuado, la hipervigilancia se está agotando y nuestras defensas empiezan a flaquear. Los peligros sociales de la IA siguen ahí, no han desaparecido, pero a ellos se ha sumado uno nuevo, la insensibilización mediática, y este 2025 promete instaurarse.

“El chico nuevo”

Hace tan solo dos años, la inteligencia artificial era un concepto de ciencia ficción para la mayoría de la gente. Durante años consumí las obras de Isaac Asimov, Arthur C. Clarke o Phillip K. Dick, e incluso me sonaba que la investigaban en los departamentos de algunas Universidades. Sin embargo, fue en 2017 cuando tomé realmente conciencia de cuánta ciencia había en esa “ficción”. Por aquel entonces la Wikipedia tenía una entrada sobre la IA bastante modesta. Uno podía leerla en un rato y hacerse una idea (banal pero aproximada) del estado del arte. Cuatro años después, todo empezó a cambiar.

A principios de 2021 algunas empresas empezaron a presentar resultados realmente impresionantes. DALL.E fue la primera en saltar a la prensa y de la prensa al público. Mucha gente que jamás había trasteado con inteligencias artificiales empezó a jugar con ese novedoso modelo, capaz de combinar una serie de conceptos para diseñar imágenes nunca vistas. Era rudimentario comparado con lo que tenemos ahora, pero durante meses fue una fantasía futurista hecha realidad. Poco después llegaron modelos como GPT 3 que revolucionaba la tecnología de Chatbots con la que algunos enredábamos ya en el instituto. A finales de 2022 cuando la RAE eligió “inteligencia artificial” como palabra de moda, pero como dijimos aquí por aquel entonces: “inteligencia artificial no ha sido la palabra de 2022, sino que será la palabra de 2023”. Y así fue…

La quema mediática

La IA entró en la cultura popular en 2022, pero a través de un puñado de curiosos tecnológicos. Fue al año siguiente cuando su público mutó, pasando de los márgenes al primerísimo primer plano de la actualidad. La IA, acuñada en 1956 por John McCarthy durante la conferencia de Dartmouth había tardado 67 años en ponerse de moda, pero lo había logrado por todo lo grande y en un inesperado acelerón de última hora, pasando de la hermética oscuridad de las universidades a las pesadillas y esperanzas de todo el primer mundo. Había tenido que atravesar inviernos y superar penurias, pero al fin lo había logrado y estaba aquí para quedarse… o no, porque todas las modas pasan y los titulares se queman.

A principios del presente año, los modelos de generación de vídeo por inteligencia artificial han ocupado el foco mediático, pero poco a poco han ido desapareciendo. Porque la actualidad se quema y del mismo modo que las guerras desaparecen de los periódicos antes que del campo de batalla, las IAs han continuado su camino al margen de los titulares. Puede que nos parezcan impresionantes los resultados de Sora, pero ya no despiertan la misma fascinación que hace unos meses. La IA se ha ganado nuestra fe, y es difícil que nos sorprendan los éxitos de una tecnología que ya consideramos (casi) todopoderosa…

Ni tanto ni tan poco

Todo esto es parte de un ciclo natural y, en cierto modo, se agradece. Son muchas las tecnologías que han mejorado nuestra vida pero que al principio despertaron un recelo desmedido en el público. Ni la IA es tan mala, ni va a destruir nuestra civilización. El mercado se adaptará, el arte evolucionará y aprenderemos a protegernos de sus malos usos gracias a la ley y a la ética, por supuesto… pero no ocurrirá por arte de magia. La IA ya lo está cambiando todo y, para “reajustar” la sociedad tenemos que preocuparnos. Hay un punto medio entre la infoxicación que hemos vivido y la omisión más absoluta de la IA en la actualidad. Un pueblo desactualizado difícilmente podrá anticiparse a los problemas sociales de la IA.

Su relación con el cambio climático, las implicaciones psicológicas que puede tener el desarrollo de IAs que imiten a familiares difuntos, las posibles relaciones parasociales que generen sus usuarios… A la verdadera ciencia ficción nunca le han importado las tecnologías futuristas en sí mismas, sino nuestra relación con ellas. Y, ahora que lo excepcional se ha vuelto banal, tendremos que hacer un esfuerzo especial por informar e informarnos, antes de que no haya nada que prevenir.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • La IA no es consciente o, al menos, no por ahora. Hablamos de algoritmos capaces de adaptar su respuesta en función de la información que les suministramos. Se comportan como si fueran inteligentes para una serie de tareas concretas, pero su funcionamiento está más relacionado con la estadística que con los procesos que sospechamos que hay tras nuestra cognición.

REFERENCIAS:

  • Lee, Madison, and Alex Morgan. “‘No, Alexa, No!’: Designing Child-Safe AI and Protecting Children from the Risks of the ‘Empathy Gap’ in Large Language Models.” Learning, Media and Technology, vol. 19, no. 3, 2024, pp. 245-261, https://doi.org/10.1080/17439884.2024.2367052.
  • Strubell, Emma et al. “Energy And Policy Considerations For Deep Learning In NLP”. Arxiv.Org, 2021, https://arxiv.org/abs/1906.02243.
  • Dr. Hanneman, et al. “Environmental Sustainability and AI in Radiology: A Double-Edged Sword” Radiology
  • OpenAI (2024) CHATGPT: Optimizing language models for dialogue, OpenAI. OpenAI.Available at:https://openai.com/blog/chatgpt/(Accessed:December 16, 2024).
  • Pichai,S. (2023) An important next step on our ai journey, Google. Google. Availableat: https://blog.google/technology/ai/bard-google-ai-search-updates/.
  • "Inteligencia artificial" Es la expresión del 2022 para la fundéurae (2022) FundéuRAE | Fundación del Español Urgente. Available at: https://www.fundeu.es/recomendacion/inteligencia-artificial-es-la-expresion-del-2022-para-la-fundeurae/ (Accessed: December 29, 2022).
  • “Artificial intelligence hallucinations.” Critical Care, vol. 27, no. 180, 10 mayo 2023, doi:10.1186/s13054-023-0357-4.