Astronomía
Un extraño objeto a 100.000 millones de kilómetros del Sol podría ser el Planeta Nueve
Cuando perdimos a Plutón como planeta dimos por sentado que nuestro sistema solar estaba formado por 8 planetas. Pero las cuentas no nos dan…
Cuando era pequeño (permitidme la licencia nostálgica) tenía una regla nemotécnica para recordar el orden de los planetas. Era una frase en la que cada palabra se iniciaba con la misma letra que el planeta: Mi Viejo Tío Martín Juega Solo Usando Naipes Prestados. Y así tenía, en orden de cercanía al Sol a Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Pero en 2006 me quitaron la última parte de esta regla y ahora me encuentro “cojo de memoria” y no puedo repetir aquella cita sin nombrarlo.
Pero que hayan despedido a Plutón, como no significa que nuestro sistema solar solo tenga ocho planetas. La búsqueda del planeta nueve ha sido una constante a lo largo de casi dos décadas. Ahora, un equipo internacional de científicos ha identificado un prometedor candidato a Planeta Nueve (que obviamente aún no tiene nombre) comparando estudios infrarrojos del cielo realizados con un intervalo de 23 años. El objeto parece haber cambiado de posición con el tiempo, justo lo que se espera de un planeta distante que orbita lentamente alrededor del Sol.
Esta es probablemente la evidencia más convincente de la existencia del Planeta Nueve hasta la fecha. Se cree que este planeta es de cinco a diez veces más grande que la Tierra y tiene una órbita muy diferente a la de los planetas conocidos. En 2021, el astrónomo británico Michael Rowan-Robinson revisó datos antiguos del Satélite Astronómico Infrarrojo (IRAS) de la NASA, que escaneó el cielo en 1983. Detectó un posible candidato a Planeta Nueve con una masa estimada de tres a cinco veces la de la Tierra, a unas 225 UA del Sol (1 UA es la distancia Tierra-Sol).
Sin embargo, ese objeto no se había observado en ningún otro conjunto de datos y sigue sin confirmarse. O seguía… Recientemente, un equipo liderado por Patrick Phan adoptó un nuevo enfoque: compararon los datos de IRAS con imágenes del satélite japonés AKARI, tomadas en 2006.
Y en una imagen de IRAS, detectaron un objeto. No estaba en el mismo lugar cuando AKARI lo observó posteriormente, pero sí detectó un objeto a solo 47,4 minutos de arco (poco menos de un grado), lo cual coincide con la distancia que el Planeta Nueve podría haberse desplazado en su órbita durante 23 años. Este tipo de movimiento es crucial, ya que, si algo se mueve tan lentamente, probablemente esté muy lejos y posiblemente orbitando el Sol. Lo que hace que este hallazgo sea más contundente que los anteriores es que aparece en dos estudios infrarrojos del cielo diferentes (IRAS y AKARI), realizados con décadas de diferencia.
Basándose en el brillo del objeto en ambos conjuntos de datos, el equipo de Phan estima que podría ser incluso más masivo que Neptuno. Esto es sorprendente, ya que originalmente buscaban algo más pequeño, quizás una supertierra. Sin embargo, se ajusta a las expectativas sobre la masa y la distancia estimadas del Planeta Nueve mejor que cualquier otro hallazgo hasta ahora.
Además, su supuesta órbita es muy diferente a la de los planetas conocidos. Mientras que Neptuno orbita el Sol a 30 UA (unos 4500 millones de kilómetros), el Planeta Nueve podría oscilar entre 280 (distancia más cercana al Sol) y 1120 UA (distancia más lejana), una distancia de 100.000 millones de kilómetros del Sol.
Eso es más de 700 veces más lejos que la distancia entre el Sol y la Tierra. Una órbita tan extraña plantea muchas preguntas: ¿Se formó este planeta junto con el resto del sistema solar? ¿O fue capturado de otra estrella hace mucho tiempo?
La posibilidad de encontrar un nuevo planeta en nuestro propio sistema solar es emocionante. De confirmarse, el Planeta Nueve sería el primer planeta descubierto en la era moderna que no se encontró por accidente ni mediante el estudio de órbitas cercanas.
Se revelaría mediante evidencia indirecta, casi como detectar un fantasma por la forma en que se mueve. Sin embargo, el estudio publicado en Arxiv, solo sugiere un posible candidato, y se necesitan más pruebas para confirmar su existencia. “La verificación de la existencia del Planeta Nueve mediante futuros estudios observacionales contribuirá a nuestra comprensión de la evolución y la dinámica estructural del sistema solar”, concluye el estudio.