Polémica

Investigadores dicen haber encontrado una nueva ley de la evolución que Darwin no logró ver

Un nuevo estudio afirma haber encontrado una ley de la evolución “perdida”, basada en lo que llaman “selección funcional”, pero su validez no está tan clara

Amonite mineralizado
Amonite mineralizado Dr. Robert LavinskyEurekalert

Dicen que el universo tiende al desorden, que todo se enfría y se revuelve, camino de ser un puré tibio y homogéneo. Sin embargo, aquí estamos. La vida no solo existe, sino que cambia constantemente, explorando nuevas complejidades. De hecho, en el reino de lo inerte también hay procesos que, espontáneamente, aumentan la complejidad y el orden. Por ejemplo: Las primeras estrellas estaban formadas de hidrógeno y helio, pero poco a poco, en su núcleo durante su vida y en explosiones al final de ella, fueron uniendo partículas subatómicas hasta crear unos 20 elementos químicos más complejos, como el carbono, el oxígeno, el nitrógeno, etc. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo es que estos procesos logran transgredir la segunda ley de la termodinámica? Un grupo de científicos dice haber encontrado la “ley evolutiva perdida”, que al fin lo explica.

El artículo donde se enuncia la nueva ley ha reunido a un gran número de expertos de diferentes centros de investigación: la Carnegie Institution for Science, el Caltech, la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado. En él plantean, grosso modo, que aparte de la selección natural, hay otras leyes que rigen la evolución y que, de hecho, los sistemas inertes también evolucionan. Dos afirmaciones controvertidas que darán mucho de qué hablar. Porque ante nosotros se presentan varias opciones. La primera es que, antes o después, este estudio termine revolucionando la biología evolutiva, la termodinámica y la física de sistemas complejos. La segunda es que caiga en saco roto por estar equivocado o, directamente, vacío de contenido.

¿Una nueva ley de la evolución?

Lo primero que llama la atención es el uso del término “evolución”. El contexto nos invita a entenderlo de una manera estrictamente científica, como un proceso por el cual los seres vivos se adaptan a los retos del entorno de generación en generación. Si tomamos esta definición, efectivamente, es extraño decir que las estrellas, los planetas y los minerales evolucionen (como afirman ellos), porque ninguno experimenta cambios que le adaptan a las presiones del entorno. Ahora bien, cambiar cambian, y popularmente podríamos decir que un sistema que experimenta cambios evoluciona a lo largo del tiempo.

Por lo tanto, los investigadores están hablando de evolución en un sentido más laxo y poco original: las estrellas, los planetas y los minerales cambian a lo largo del tiempo debido a una serie de tendencias. La ubicación de un objeto evoluciona al soltarlo porque los cuerpos tienden a precipitarse hacia el suelo. Del mismo modo, hay reglas en la naturaleza a las que llamamos leyes naturales y nosotros intentamos descubrirlas y formularlas. Las palabras y ecuaciones con las que tratamos de aproximarnos a las leyes naturales se llaman leyes científicas, por lo que se confunden con frecuencia, pero es importante distinguirlas para entender esta investigación. En este caso, los expertos han intentado enunciar una serie de tendencias que parecen regir el cambio de algunos sistemas, pero no sabemos si esa ley científica corresponde realmente a una nueva ley natural o a una combinación de regularidades que ya conocíamos.

¿Qué hay de nuevo?

En concreto, plantean que los sistemas vivos e inertes, evolucionan siguiendo otras reglas diferentes a la selección natural, por ejemplo: la selección de los sistemas más estables y la aparición de novedades. En todo ello hay parte de verdad. Sabemos desde hace tiempo que los sistemas más estables sobreviven mejor. Por ejemplo, si todos compráramos modelos de teléfonos al azar cada vez que se nos estropean, al principio el porcentaje de cada modelo en la población sería parecido, pero a medida que algunos se empiecen a romper y sean sustituidos, el porcentaje de los modelos más estables (los que más tiempo aguanten), irá aumentando. Habrá una tendencia a seleccionar esos modelos.

En cuanto a la novedad: hay veces que el entorno cambia y la única manera de no desaparecer es adaptarse a esos cambios, por lo que conviene transformarse. Dicho de otro modo: si todo cambia, más vale que tú cambies también. Este concepto está muy presente en las teorías actuales de la evolución, es una consecuencia de la selección natural que, de hecho, se conoce como “hipótesis de la Reina Roja”. Parece, por lo tanto, que la mayoría de las afirmaciones de este artículo no son esencialmente nuevas, aunque se presentan con un aroma diferente. Y es que hablan de la estabilidad y la novedad como funciones, un concepto bastante cuestionado en biología. En realidad, los cambios no se producen para sobrevivir, no tienen una función. Es al revés: los sistemas sobreviven porque han experimentado cambios y somos nosotros quienes, en todo caso, dotamos a esos cambios de una función.

¿Quién lo dice?

El matiz es sutil, pero relevante. De hecho, esta investigación está financiada por la Fundación John Templeton, la cual suele pecar de este funcionalismo. Desde la fundación tratan de tender puentes entre la espiritualidad y las ciencias, a veces, de manera cuestionable. Este es el contexto en el que surge el estudio y, aunque esté publicado por una revista de renombre, recordemos que son muchos los casos de malos artículos en revistas de alto impacto. Solo queda desempolvar nuestro espíritu crítico, leer el texto original completo y, posiblemente, esperar a que la academia valore la investigación, ya sea con aplausos, abucheos o un más que probable silencio.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Las leyes naturales no se pierden y las leyes científicas, simplemente no se han formulado todavía. No obstante, aunque la nota de prensa de las instituciones implicadas haya utilizado esa palabra, posiblemente sea para ganar impacto en medios de comunicación y no por una verdadera confusión de los investigadores.

REFERENCIAS (MLA):

  • Michael L. Wong, Carol E. Cleland, Daniel Arends Jr., Stuart Bartlett, H. James Cleaves II, Heather Demarest, Anirudh Prabhu, Jonathan I. Lunine y Robert M. Hazen. “On the roles of function and selection in evolving systems” Proceedings of the National Academy of Sciences.