Tecnología

El ordenador más icónico cumple 40 años

El Macintosh 128K revolucionó el mundo, posiblemente no fuera por lo que piensas

App Store, Mac App Store, iTunes y otros servicios de Apple sufren caídas
App Store, Mac App Store, iTunes y otros servicios de Apple sufren caídaslarazon

No importa qué tipo de ordenador tengamos, si tenemos que elegir un computador como el más icónico de la historia, posiblemente sea el Macintosh. Y es que el famoso Mac no ha pasado de moda, sino todo lo contrario. Cuenta con verdaderas legiones de adeptos que defenderán sus virtudes hasta el fin de los tiempos, y ese es su verdadero éxito. Un éxito que nació hace exactamente 40 años, el 24 de enero de 1984, cuando el Macintosh 128K vio la luz. Y no, no es casualidad que su nombre fuera 128K, hacía referencia a su memoria que, para aquel entonces, era realmente puntera: un disco duro de 128 KB.

Ahora es frecuente encontrar ordenadores de 1 TB de memoria, que, para hacernos una idea, serían unos 1.000.000.000 KB. O, dicho de otro modo, para almacenar la misma información que cabe en un ordenador moderno normal y corriente, harían falta algo menos de 10 millones de ordenadores Macintosh 128K. Cuarenta años parecen un suspiro, pero en el mundo de la tecnología los suspiros están prohibidos. El tiempo corre a otro ritmo y parece que nos separan siglos de aquellos ladrillos con teclas. Verdaderos armatostes que, en realidad, son menos potentes que cualquier teléfono moderno. Pero es que, si somos justos, veníamos de un mundo todavía más arcaico.

No exactamente

Son tantos los fieles que reúne Apple que, a poco que uno busca en internet, puede encontrar todo tipo de hitos discutibles. Por ejemplo, algunos afirman que el Mac fue el primer ordenador moderno, pero eso no es cierto. El primer ordenador que podemos reconocer como tal sin lugar a fue inventado unos años antes, concretamente 44 años antes. Si lo pensamos con detenimiento, el primer ordenador moderno estaba más lejos del Macintosh 128 que éste último del presente. Cuatro años de diferencia, un margen que para algunos puede parecer poco, pero que según para qué cuestiones puede ser un mundo. Cierto es que aquel ordenador diseñado por Alan Turing era una máquina muy diferente, pero computaba de forma análoga a como lo hacen sus hermanos más actuales.

Hay otros que reclaman para el Macintosh el honor de ser el primer ordenador comercial, pero tampoco es correcto. El primer ordenador pensado para ser vendido como un producto más fue el Kenbak-1, diseñado unos 14 años antes de que el Macintosh 128K saliera a la venta. Cuando el Kenbak-1 empezó a comercializarse en 1971, marcó un estándar en la industria, un modelo extraño, porque por muy comercial que fuera, no tenía una pantalla en la que mostrar información con claridad y hacía lo propio mediante un sistema de interruptores empleando el código máquina.

Finalmente, están quienes hablan del Macintosh 128K como el pionero de los ordenadores personales, pensados no solo para el mercado, sino para los usuarios de a pie, que no tenían formación alguna en informática y que necesitaban para sus hogares una máquina de volúmenes comedidos y peso modesto. Y, por supuesto, esto tampoco es correcto. Podemos encontrar algunos de los primeros modelos de microcomputadores ya en el año 1977, como el LINC y el PDP-8. Así que no, nada de esto fue la clave del éxito de Mac. La semilla a partir de la que ha crecido este frondoso manzano ha de ser otra.

Buen producto y mejor publicidad

El Macintosh 128K era, en cualquier caso, el primer ordenador personal de Apple, y eso fue un hito en sí mismo. Contaba con una pantalla de 9 pulgadas, algo que para aquel momento era muy competitivo, pero no lo suficiente como para destacarlo sobre la competencia. Por otro lado, es cierto que una de las características externas más reconocibles del Macintosh era su ranura superior, que permitía moverlo con facilidad de un lugar a otro. No obstante, sabemos que los ordenadores portátiles han ido por otros derroteros y esto parece más un híbrido extraño con una sobremesa que cualquiera de las dos cosas por separado. Si nos tenemos que quedar con una clave de su éxito sería otra, de hecho, no sería una, serían tres.

En primer lugar, el uso de un ratón para desplazarse por la interfaz del ordenador simplificaba mucho su manipulación. Este avance no está exento de cierta polémica debido a la clara influencia que tuvieron los proyectos de la empresa Xerox en el desarrollo del ratón de Apple. En cualquier caso, la visita de Steve Jobs al Centro de Investigación de Xerox en Palo Alto merecería su propio artículo. El segundo punto clave fue la propia interfaz de usuario, que permitía un uso tremendamente intuitivo comparado con lo que ofrecía el resto de los productos del mercado. Estas dos decisiones sí que marcaron el presente de la informática y de eso no cabe duda.

Pero hubo un tercer aspecto que aseguró el triunfo de Mac, y ese era la publicidad. Fue una empresa informática que empezó a aprovecharse del márquetin en su beneficio. Una publicidad compleja, personalista y a varios niveles que permitió transformar la empresa en una leyenda del sector y a sus directivos en mesías. Esa fe que profesan sus seguidores no tiene nada que ver con la tecnología, pero es, posiblemente, el principal motivo por el que, 40 años después, seguimos hablando sobre el Mac.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Apple es una gran empresa que ha revolucionado varios aspectos clave de la industria informática y, por lo tanto, de nuestras vidas. De eso no hay duda. Sin embargo, la buenísima publicidad que han tenido durante tantas décadas ha contribuido a que algunos de sus dirigentes sean encumbrados por la sociedad como verdaderos santos, confundiendo lo humano con lo divino y lo tecnológico con lo espiritual. Conviene tener ambas cosas bien separadas porque, a fin de cuentas, para mal (y para bien), hablamos de empresas.

REFERENCIAS (MLA):

  • O’Regan, Gerard. A Brief History of Computing. Springer, 2021.
  • Moritz, Michael. The Little Kingdom: The Private Story of Apple Computer. William Morrow & Co, 1984.