Gaming
Una consola retro de bolsillo con miles de juegos clásicos por poco más de 30 euros
Pantalla IPS, 64GB de memoria y más de 10.000 títulos listos para revivir tu infancia sin complicaciones
Hay cosas que no pasan de moda: los bocadillos de nocilla, los veranos con bici... y los videojuegos de antes. Si creciste con una Game Boy, una Mega Drive o una PlayStation clásica, esta consola portátil Retro R36S es como un billete directo a aquella época, solo que en versión moderna y ultraportátil.
Por poco más de 32 euros (con un descuento del 71% en AliExpress), esta mini consola te mete en el bolsillo un universo de juegos sin necesidad de cartuchos, Wi-Fi ni instalaciones raras. Solo enciendes... y juegas. ¿Suena bien, verdad?
Miles de juegos, controles físicos y una batería que aguanta el tirón
La primera sorpresa está en su interior: más de 10.000 títulos preinstalados, listos para explorar desde la primera partida. Clásicos de PS1, SNES, GBA, NES, MAME y otros sistemas que marcaron generaciones. Todo esto cabe en sus 64GB de almacenamiento, con sistema Linux optimizado para emulación retro.
A diferencia de móviles o tablets, aquí tienes botones físicos de verdad, con cruceta, joystick analógico y controles cómodos que te devuelven esa sensación de estar jugando “como se hacía antes”. Nada de táctiles torpes o latencias raras.
La pantalla IPS de 3,5 pulgadas ofrece buena visibilidad, incluso al aire libre, y la batería de 3200 mAh permite jugar entre 5 y 6 horas seguidas, más que suficiente para una tarde de sofá, un viaje largo o una desconexión sin cables ni notificaciones.
Ideal para nostálgicos, escapadas offline o regalar sin gastar un dineral
¿Y lo mejor? No necesita conexión a Internet ni suscripciones. Funciona completamente offline, lo que la convierte en una opción perfecta para niños sin móvil, para adultos que buscan desconectar sin pantallas grandes o incluso como consola “de batalla” para llevar de viaje, a la playa o en el tren.
También puedes guardar partidas, ajustar la imagen o usarla como reproductor de vídeo, todo desde una interfaz sencilla. No necesitas ser un friki del retrogaming para sacarle partido. Basta con tener un poco de memoria emocional... y ganas de jugar.
Por su tamaño, cabe en cualquier bolsillo o mochila, y por su precio, compite con lo que cuesta cenar fuera un día cualquiera. Sin duda, un regalo diferente y con ese punto nostálgico que no pasa de moda.
¿Te imaginas echar una partida rápida al Metal Slug, al Mario Kart o al Tekken mientras esperas el bus?
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