Sociedad
Casa Caridad alerta de un aumento del 62 por ciento de las atenciones entre enero y abril
Reivindica la necesidad de vacunar a los profesionales del tercer sector
La pandemia y la consecuente crisis económica ha dejado a las personas en situación de sin hogar en el foco de la vulnerabilidad. Situaciones de desempleo o de ERTE, imposibilidad de pagar las facturas o el alquiler son las nuevas necesidades que abocan a estas personas a acudir a las puertas de Casa Caridad. La Asociación, por ello, sigue atendiendo cada día a más personas, adaptando sus servicios y estando cerca de este colectivo que una vez más están siendo los grandes olvidados. Muestra de ello es que ni los usuarios de los albergues, ni los trabajadores de la entidad han recibido todavía la vacuna contra el Covid-19, lo que dificulta en gran medida la vuelta a la normalidad progresiva de las asociaciones del tercer sector.
En este escenario, Casa Caridad ha advertido de un aumento en el número de usuarios que cada día acuden a las puertas de la entidad a recoger alimentos y productos de primera necesidad. En lo que va de año la entrega de estos kits ha crecido un 62 por ciento pasando de los 800 que se repartieron en enero a los más de 1.300 que se han entregado en abril de este año. Además, en lo que va de 2021 la Asociación Valenciana de Caridad ha dispensado más de 3.500 kits a personas y familias que cuentan con un recurso habitacional y que antes acudían a los comedores sociales de sus albergues. Esta cifra ya supera ampliamente los niveles del año pasado completo en el que se repartieron 5.900 de estos lotes (entre marzo y diciembre).
Este aumento en la entrega de productos de primera necesidad es reflejo de la cronificación de la pobreza que se está dando como consecuencia de la crisis económica en la que nos encontramos. Con todo ello, Casa Caridad advierte de un cambio en los perfiles entre sus usuarios. “Personas con contratos precarios que los han perdido por la crisis económica derivada de la pandemia y que no lo vuelven a recuperar, familias que cuentan con recursos habitacionales pero que no pueden pagar el alquiler, las facturas o la alimentación son el nuevo perfil que ya está llegando en busca de ayuda. Cuando estos nuevos usuarios llegan a nuestra puerta, el equipo de trabajo social interviene de manera integral y personalizada para conocer su situación y empezar una atención que dé una solución adecuada a cada una de las necesidades”, explica Luis Miralles.
Por ello, Casa Caridad desde el comienzo de la pandemia ha implementado nuevos recursos además del reparto de alimentos semanal a familias y personas, como la entrega de cheques para canjear en supermercados y ayudas económicas para sufragar los gastos de alquiler. “Durante estos meses la actividad ha tenido que cambiar para poder dar solución efectiva a nuestros usuarios y a sus nuevas necesidades, y así lo hemos hecho. Hemos conseguido adaptarnos a las nuevas circunstancias, adaptando los servicios a la realidad que vivimos”, afirma Miralles.
Los grandes olvidados de la vacunación
Además, a pesar del fin del Estado de Alarma, la ONG sigue bajo los protocolos de prevención y normas de seguridad sanitaria que se implantaron al comienzo. “Aunque la situación en la hostelería, en los horarios de toque de queda y el cierre perimetral de las ciudades haya cambiado con respecto a los meses anteriores en Casa Caridad continuamos funcionando con las mismas normas e indicaciones que cuando comenzó la pandemia”, explica Guadalupe Ferrer, gerente de la asociación. Esto es así ya que la entidad cuenta con usuarios en situación de mayor riesgo en sus albergues.
Por otro lado, la Asociación Valenciana de Caridad reivindica que todavía no han recibido aviso del plan de vacunación para los profesionales y usuarios del tercer sector. “La vacunación de los profesionales de entidades como la nuestra necesitan ser vacunados ya que tratan constantemente con personas de riesgo así como con personas en situación de sinhogarismo. Nuestros usuarios del albergue de Benicalap que son personas con enfermedades crónicas también necesitan de una vacunación pronta para que la asociación pueda volver a la normalidad lo antes posible”, concluye Luis Miralles.
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