Política
Luis Barcala, el alcalde que ha subido las 42 cumbres de Alicante
La pintura al óleo y la lectura son sus otras dos pasiones y admite que nunca desconecta del móvil
La lectura y la pintura son dos de las aficiones conocidas de Luis Barcala para sus momentos de asueto, aunque el alcalde de Alicante tiene otras pasiones que muchos ignoran como el senderismo, que le ha llevado a encumbrar las 42 montañas más altas de la provincia.
El Barcala ‘senderista’ ha recorrido desde joven algunos de los “sorprendentes” rincones naturales de Alicante, que pese al tópico de destino playero es una de las provincias más montañosas de España, y ha subido “todas” las cimas que superan los 1.000 metros de altitud, entre ellas varias veces el Cabeço d’Or (1.209 m.), enclavado muy cerca de Busot y que muchos desconocen que forma parte del término municipal alicantino.
En una entrevista veraniega con Efe, Barcala (San Juan de Alicante, 1962, casado y con dos hijas) ha relatado que este verano solo dispone de unos días de vacaciones en esta segunda mitad de agosto y que no se plantea largos viajes por la incertidumbre de la pandemia sanitaria de la covid-19.
Estos días principalmente lee y hace algo de ejercicio, aunque lo que le gustaría “una barbaridad” es disfrutar del campo y del monte, por ejemplo recorriendo La Serrella, la Vall de la Gallinera, el Puig Campana o el citado Cabeço d’Or, picos que ha subido muchas veces con amigos o con la familia.
”Me encanta el campo”, ha asegurado al recordar la agradable sensación de soledad que ofrece el monte en excursiones donde “se suda la gota gorda para llegar al punto geodésico de cualquier cumbre” y donde “disfrutas con algo tan sencillo como sentarte bajo un pino para tomar un bocadillo”.
Estas escapadas por la naturaleza quedan aparcadas por ahora porque hace unas semanas fue operado de la cadera y aún es pronto para estar a tope. Aficionado de joven a la natación y atletismo (“ahora ya no estoy para eso”), en todo caso echa de menos el deporte y está deseando volver a jugar al tenis.
Al no poder este 2021 “viajar y conocer sitios totalmente distintos”, como segunda opción hará alguna “escapadita” y en el tiempo en casa intentará hacer cosas que no puede habitualmente como sentarse “tranquilamente a leer o a pintar” sin la obligación de tener que mirar el reloj.
”Tengo una barbaridad de libros que me interesan y que no he tenido tiempo de coger”, como la última biografía de Barack Obama, “que han puesto muy bien”, y uno de relatos de Lucía Berlín. Al alcalde le gusta imbuirse en las páginas a primera hora del día, mientras desayuna y durante un buen rato antes de salir a la calle a otras cosas, y también por las tardes, especialmente esas “en que no apetece salir porque hace mal tiempo”.
”Lo que sí es imprescindible es una hora de lectura antes de ir a la cama porque si no, no me duermo”, ha confesado pese a que eso a veces es complicado porque llega tarde de trabajar. Para esos distintos momentos del día, este político y abogado reserva diferentes tipos de libros, lo que hace que siempre esté con dos o tres al mismo tiempo sobre temática “muy diversa”.
A Barcala le “encanta” la novela (uno de los sus últimos libros es ‘Transbordo en Moscú’, de Eduardo Mendoza) aunque “por cuestión de tiempo” también elige relatos y cuentos porque puede empezar y acabar de tirón, así como el ensayo “pero no sobre política”.
El teléfono móvil es una de sus principales herramientas de trabajo y aunque sea en verano, lo lleva siempre encendido, en silencio. “Vibra y luego veo las llamadas”, ha relatado, porque cree que una ciudad como Alicante “no se puede parar nunca” y, por ello, trata de evitar que “el verano sea una excusa para que se detenga el ayuntamiento: los alicantinos necesitan servicios todos los días de la semana”.
El alcalde tampoco olvida nunca las redes sociales, un nuevo canal de comunicación donde recibe peticiones que afectan en primera persona a los vecinos, como poner un banco o arreglar una acera, y por donde aprovecha para tener un acceso directo y “sin filtros”. ”Me ayuda a que los alicantinos oigan directamente cómo el alcalde les informa o les da su opinión de un asunto”, ha indicado.
Otra de sus pasiones es la pintura al óleo, que no practica por falta de tiempo desde que llegó a la alcaldía, en 2018. Tiene entre 80 y 90 cuadros que no ha expuesto nunca salvo alguno en muestras colectivas de la Asociación de Artistas Alicantinos, a la que pertenece desde hace muchos años.
”El óleo me relaja”, ha confesado, “me llama la atención su textura y lo exigente que es. Te obliga a ser paciente y a tener mucha calma, y creo que no se me da mal del todo”. Sus cuadros cuelgan de las paredes de su casa o están “apilados” y la mayoría son de paisajes o escenas cotidianas, un estilo que quizá le inspira inconscientemente uno de sus pintores fetiche, el famoso manchego Antonio López, cuyas obras de la Gran Vía o del extrarradio madrileño le “seducen” e “impactan por la meticulosidad”.
También le atrae la pintura vanguardista y sobre todo que sus amigos, algunos “excelentes pintores y profesores”, se la expliquen ya que aprende de la complejidad de sus corrientes. Mientras vuelve a tener tiempo para el óleo, lo que no puede evitar el alcalde de Alicante es dibujar a lápiz en cualquier momento del día: “Soy de esas personas que está en una reunión o en un pleno y automáticamente hace garabatos o dibujos en el folio que hay delante, a veces sin darme cuenta, y me ayuda a concentrarme”.
Esta afición le ha servido muchas veces, como hace unos años cuando era concejal de Sanidad, Consumo y Medio Ambiente y, por falta de presupuesto, se encargaba él de algunos encargos como el estandarte de la cofradía de San Roque (“ese dibujo es mío”), mascotas para concursos infantiles de cocina o variada cartelería. “El diseño gráfico lo hacía yo todo y me lo pasaba muy bien; fue una época muy buena de trabajo”, recuerda con una sonrisa.
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