Amamantando la vida

Cuando la lactancia no va como te imaginas

En muchos casos la solución pasa por aumentar el número de veces que la madre le oferta el pecho

El bebé ya había nacido cuando llegaron los sanitarios. (Imagen de archivo)
El bebé ya había nacido cuando llegaron los sanitarios. (Imagen de archivo)La RazónLa Razón

A veces los primeros días de lactancia no son tan fáciles como nos hemos imaginado, algunos bebés no lactan tan bien o tan a menudo como necesitan y es posible que pierdan más peso del que suelen perder al principio, unido muchas veces a un sentimiento de culpabilidad de los padres.

En este momento es muy importante tener un muy buen apoyo profesional y social, ya que muchas veces se indican suplementos de fórmula artificial cuando realmente el problema está en la escasa frecuencia de tomas al pecho y su poca efectividad. En muchos casos la solución pasa por aumentar el número de veces que la madre le oferta el pecho.

Recordemos que un bebé recién nacido debe realizar entre 8 y 12 tomas al día y recordemos también lo importante que es la seguridad y el apoyo que le brindemos a esa mamá y a su pareja.

Pero entonces, ¿qué podemos hacer para estimular su lactancia?

Te animamos a hacer piel con piel de forma intensiva, esto va a ser de gran ayuda para estimular tus hormonas y para activar los reflejos del bebé. Puedes intentar sacarte unas gotitas de leche para que huela y así le sea más fácil dirigirse hacia el pecho. Y sobre todo, en el caso de los bellos durmientes es importantísimo estar atentos a las señales precoces de hambre.

Los bebés se comunican con nosotros y no sólo a través del llanto, de hecho el llanto es un signo tardío de hambre. Cuando un bebé empieza a tener hambre comienza con ligeros movimientos, poco después empiezan a llevarse las manitas a la boca y si los tenemos en brazos puede que se giren hacia nuestro pecho. Y ya cuando tienen mucha hambre, es cuando comienza el llanto.

En esos bebés que duermen tanto si no estamos atentos a las señales previas del hambre, es posible que vuelven a entrar en un sueño profundo y sea otra vez complicado despertarles. Otros trucos que pueden funcionar es hacer suaves caricias en los costados del bebé o incluso mojar una gasa y acariciar con ella su cara.

Adelantarnos a la aparición de un problema puede ser beneficioso. Los primeros días la madre podría empezar a extraerse de forma manual gotas de calostro y recogerlas en una cucharita o en una jeringa y ofrecérselas al bebé para ayudar a ese enganche al pecho o tras unas tomas poco efectivas o muy cortas como suplementación al final de la misma. Suele animar a la mamá sacar y ofrecerla al bebé esa sustancia tan valiosa como es el calostro.

Durante la toma no podemos perder la oportunidad de estimular al bebé para que no se quede dormido. ¿Cómo podemos hacerlo? Un primer truco consiste en realizar una compresión mamaria cada vez que el bebé para de succionar, con esta maniobra conseguimos que caigan gotitas en la boca del bebé y eso le hará volver a succionar del pecho.

Si nos centramos en el bebé podemos activar el reflejo de succión imitando el efecto que las contracciones uterinas tenían sobre su cabeza, presionando de forma muy suave la zona del hueso occipital hacia su cuello podemos tener un resultado parecido si lo hacemos de forma rítmica. Por último, estimular la palma de la mano puede favorecer la succión a través de la activación del reflejo de Babinski.

Hay veces que a pesar de los esfuerzos es necesaria una ayuda extra en estos casos, bienvenida será una suplementación. En primer lugar, debemos pensar en una suplementación con leche materna.

Por lo que los esfuerzos de la madre irán encaminados a estimular el pecho a lo largo del día de modo que aumente la producción de leche, extraerla y almacenarla, con el fin de ofrecérsela al bebé después de las tomas, intentando dársela con un método de suplementación que interfiera del menor modo posible con lactancia.

Si la suplementación con leche materna no se consigue, se tendría que valorar la suplementación con leche artificial, y ¡Bendita sea en determinados momentos!

Basta del sentimiento de culpa que tenemos las mujeres, la lactancia materna es el alimento ideal para nuestros bebés, pero hay casos en los que un suplemento indicado después de una correcta valoración nos salva una lactancia. Y eso no quiere decir que no sea posible la lactancia materna exclusiva para ese binomio madre-bebé. Una vez superado el problema con una correcta asesoría es posible relactar y continuar con una feliz lactancia hasta que vosotros queráis.

Gracias a las mujeres que cada día alzan su voz, a los grupos de apoyo y a los profesionales que cada día se implican más en la lactancia, podemos observar como una dificultad en los primeros días antes, acababa muy frecuentemente con el abandono de la lactancia. Hoy en día se está consiguiendo salir de manera exitosa de las dificultades que a veces encontramos por el camino.