“Siempre he tenido la suerte de estar en el momento adecuado y con las personas adecuadas». Teniendo en cuenta que Emilio Chuvieco Salinero es, entre otras cosas, Catedrático de Geografía de la Universidad de Alcalá, el único español que forma parte de un grupo de trabajo climático de la Agencia Espacial y Europea y el último Premio Jaime I en la categoría de Protección del Medio Ambiente, sus palabras son, como mínimo, modestas. Chuvieco es madrileño, aunque cuenta con raíces valencianas. Unas arterias al mediterráneo que se han venido haciendo notar a lo largo de su carrera. Experto en Teledetección de incendios forestales, el primer gran fuego que investigó fue precisamente en Buñol en el año 1994, un siniestro que acabó con 40.000 hectáreas y que Chuvieco y su equipo han podido seguir estudiando con el paso de los años. Su vínculo con la región vuelve a resurgir ahora, con la concesión del Premio Jaime I, una de las distinciones más valiosas y respetadas del país.
¿En qué consiste la teledetección aplicada a los incendios forestales?
Nosotros empezamos utilizando la teledetección para analizar los daños que producían los incendios. En aquel momento, se estimaba la superficie quemada por guardas forestales, dibujando sobre un mapa, mientras que las imágenes por satélite te dan una visión global de lo que se ha quemado. Posteriormente empecé a meterme más en prevención de incendios, es decir, estimar las condiciones de la vegetación que, de alguna alguna manera, llevan a la planta a quemarse. Empecé a trabajar con el antiguo ICONA (Instituto de Conservación de la Naturaleza) en temas de riesgo. Empezaron a proponernos trabajos para desarrollar metodologías para estimar mejor el riesgo porque hasta ese momento solo se utilizaban datos meteorológicos. Posteriormente también hemos estudiado el tema de evaluación de daños, nos metimos también en la parte de severidad del fuego, muy importante de cara a la regeneración postincendio.
¿En qué se diferencian los incendios de los años 90 de los actuales?
Los incendios más modernos tienen mucha carga energética, son incendios que, si ocurren en situaciones de olas de calor, de sequías prolongadas..., tienen efectos catastróficos. Los del año 94 no los pude estudiar tanto porque no teníamos las herramientas que tenemos ahora. Lo que sí hemos hecho con aquellos incendios es ver cuál ha sido su historia posterior, porque para que algo se regenere hacen falta 30 o 40 años. Los bosques se van regenerando, a veces se utilizan adjetivos muy catastróficos para los incendios, pero la realidad es que en la zona mediterránea el fuego es un factor natural y las plantas están adaptadas al fuego, lo que es catastrófico es que se quemen en un ciclo corto, en muy poco tiempo.
A veces tenemos la sensación de que todo va a peor en lo que a medio ambiente se refiere, ¿somos muy catastrofistas?
Hay elementos en los que mejoramos y otros en los que no. No sé por qué la gente piensa que en España estamos deforestando, porque es al contrario, estamos reforestando. La Comunidad Valenciana tiene el doble de terreno forestal que hace 30 años, porque se han ido abandonando muchos campos de cultivo, y eso se reforesta naturalmente. Hay más conciencia ambiental en lo que se refiere a contaminación de ríos, de suelos, en la industria química, por ejemplo, hay mucha más sensibilidad. El problema gordo que todavía no hemos atacado es el del cambio climático, ahí si que estamos peor.
¿Llegamos a tiempo?
Si no hacemos nada va a ir a peor. Una vez que pones en marcha la maquinaria climática, no la puedes parar. Las olas de calor, las inundaciones... la frecuencia, las anomalías...Antes había escépticos, pero ahora ya hay muy poca gente que se atreva a negarlo. El tema está ahora en qué cantidad de cambio climático vamos a tener. Lo más gordo es que es un tema tan grande que nos excede, y cuando al ser humano algo le excede lo normal es que lo ponga entre paréntesis. Yo siempre insisto mucho en dar un mensaje de esperanza, pero también de responsabilidad. Todos tendríamos que hacer algo, cada uno lo que pueda. Usar más el transporte público, la bicicleta, comer menos carne, o usar energías renovables... todos podemos hacer algo.
¿Qué valores hay detrás del cuidado al medio ambiente?
Para cuidar el medio ambiente hace falta estar motivado e informado. El perfil de una persona a la que le preocupa el medio ambiente es el de una persona que suele salir al campo desde pequeño, que tiene un contacto directo con la naturaleza, personas generosas, que van más allá de sus propios intereses, y que viven en la ética de la virtud de la que hablaba Aristóteles. Tenemos que cambiar la ética del acuario (el pez grande que se come al pequeño), por la ética del cuidado, el cuidado de las personas, de la naturaleza, de lo que tenemos alrededor. No podemos ir por la vida como un elefante por una chatarrería.
¿Tendríamos que centrarnos más en la educación que damos a los niños?
Claro, yo suelo insistir en que si uno no se compromete personalmente luego cuando llega a un puesto de responsabilidad tampoco hace nada, porque los políticos no vienen de marte viene de la universidad española. ¿Por qué no hacen nada? Pues porque tienen intereses a corto plazo, miran mucho las encuestas...No tiene sentido que se hagan políticas a corto plazo en cuestiones ambientales, o de educación, de la salud... los temas gordos no pueden ser por mayoría minoritaria... hay que escuchar y convencer. En el fondo todos quieren lo mejor para el país lo que pasa es que tienen la sospecha de que el otro quiere lo mejor para él mismo.