Dana

Inquietud entre los empresarios valencianos: "Somos el centro de la batalla política"

La clase empresarial muestra su preocupación por la falta de coordinación entre la Generalitat y el Gobierno y los efectos perniciosos sobre la reconstrucción

L'ELIANA (VALENCIA), 31/10/2024.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), acompañado por la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant (2d), el president de la Generalitat, Carlos Mazón (2i), y la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé (i), visita este jueves el Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI) de la Comunitat Valenciana, desde el que se coordinan las labores de emergencia en las zonas afectadas por la dana. EFE/ Kai Försterling
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su visita al Cecopi pocos días después de la danaKai FörsterlingAgencia EFE

Tres meses son más que suficientes para dar tiempo a que las acciones de recuperación de la dana comiencen, cuanto menos, a mostrar alguna certeza. Sin embargo, cada día que pasa hay más evidencias de que el proceso de reconstrucción no solo va para largo, sino que además se está atascando debido a un enfrentamiento político que no beneficia a los afectados.

Pese a que los datos de la economía valenciana todavía no se resienten, lo cierto es que entre el sector empresarial hay una profunda preocupación por la gestión que se está realizando de la postdana.

La falta de coordinación entre el Gobierno central y la Generalitat valenciana les mantiene en vela. En primer lugar, por la falta eficiencia en resolver cuestiones básicas. Sirve como ejemplo la solución definitiva para los coches que siguen amontonados.

Según ha podido saber LA RAZÓN, ambas administraciones han buscado soluciones sin comunicárselo a la otra. Una pérdida de recursos que sirve como prueba de que no hay coordinación alguna. Se echan de menos liderazgos fuertes que sean capaces de dirigir este proceso.

«La Comunitat Valenciana se ha convertido en el centro de la batalla política, y eso no es positivo». Lejos de tratarse de una competición «sana» en la que cada uno trate de ofrecer el máximo posible, los empresarios contemplan con estupefacción cómo esta pelea, basada en objetivos electorales, está ralentizando el proceso de recuperación.

Además, estas mismas fuentes apuntan a que los partidos están dispuestos a que la Comunitat Valenciana se convierta en un «campo de pruebas de candidatos».

Valencia siempre ha sido un punto clave en cuestiones electorales. El número de votos que se cosechan en la ciudad y en su área metropolitana es determinante para acceder tanto a la Generalitat como a La Moncloa y en este área se respira desafección política.

Las Administraciones fallaron para evitar la catástrofe y ahora lo único que trasciende es que tanto PP como PSOE están en posición de ataque constante.

Si la comunicación entre el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es inexistente, también lo es entre este último y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.

La prueba es que 80 días después de la dana, Sánchez volvió a Valencia sin avisar a Mazón, que se enteró por los medios de comunicación de la agenda del presidente del Gobierno, y que se encontraba en la celebración del día de la Comunidad Valenciana en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) el día de la susodicha visita de Sánchez.

Inversiones empresariales

Otra de las consecuencias de que Valencia se convierta en campo de pruebas para los dos grandes partidos políticos antes de las elecciones de 2027, es que la demora en adoptar acciones inmediatas y reales repela la atracción de nuevas inversiones empresariales. Durante los últimos años la Comunitat Valenciana había logrado posicionarse como uno de los principales polos de atracción empresarial del país, con la «gigafactoría» de Volkswagen en Sagunto como principal caballo de batalla, y otras más recientes como la nueva planta de Edwards Lifesciences en Moncada (Valencia), o el «clúster» de hidrógeno anunciado por BP en Castellón. Los empresarios temen que estos grandes anuncios pasen a ser solo un recuerdo si las consecuencias de la tragedia en la provincia de Valencia no se empiezan a remediar de manera inmediata y solvente.

La confianza, como bien es sabido, es el principal activo que motiva la inversión en cualquier región y, ante los últimos acontecimientos, existe el temor de que esta haya decaído y provoque la falta de inversiones foráneas.

Aunque en teoría no vaya a tener consecuencias en el empleo ni la inversión crediticia en las empresas de la Comunitat, el anuncio realizado por Banco Sabadell sobre su regreso a Cataluña, no anima al optimismo empresarial.

Por el momento, según el último informe de Coyuntura Empresarial realizado por la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), la economía de la Comunitat podría crecer en 2025 en el entorno del 2,3 por ciento, dos décimas por debajo del cierre de 2024.

Sin embargo, este crecimiento no se prevé homogéneo entre los sectores y sus ramas productivas. La recuperación más lenta se dará en el sector agrícola, en el que la plena producción de los árboles arrancados podría retrasarse hasta los cinco años. En el sector industrial, la recuperación será más heterogénea entre sus diversas ramas, y algunas, como la del metal, no prevén recuperar los niveles previos hasta mediados de 2026.