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La "Tortada" de Goerlich renace: así era la Plaza del Ayuntamiento de Valencia antes de la "mascletà"

El Ayuntamiento pone en marcha la recuperación de los elementos que constituían este antiguo enclave

Imagen panorámica de la plaza del Ayuntamiento de Valencia en los años 30
Imagen panorámica de la plaza del Ayuntamiento de Valencia en los años 30La Razón

En los años 60 la fiesta fallera empezó a cobrar importancia en la ciudad de Valencia, y con ella, la mascletà. Lo que hasta entonces había sido más bien una fiesta popular en la que los ciudadanos participaban usando sus propias "tracas", se fue profesionalizando en manos de los maestros pirotécnicos, por lo que se hizo necesario un espacio más diáfano en la Plaza del Ayuntamiento para poder celebrar el evento.

Por ello, el entonces alcalde de la ciudad, Adolfo Rincón de Arellano, decidió eliminar la conocida como "Tortada", la figura central que ocupaba la céntrica plaza de la ciudad desde medianos de los años 30, y que fue diseñada por el arquitecto municipal, Francisco Javier Goerlich, en tiempos de la segunda republica.

Tras su supresión, los diferentes elementos que la componían, fueron distribuidos en diferentes enclaves de Valencia. Por ello, el actual Ayuntamiento ha puesto en marcha un proyecto para localizar, identificar y catalogar cada uno de los restos de la popularmente conocida como ‘Tortada’ de Goerlich con el objetivo de poner en valor el patrimonio histórico municipal. “Se trata de una labor compleja, que permitirá a las nuevas generaciones de valencianos conocer cómo era la actual plaza de l’Ajuntament hace casi un siglo”, ha destacado José Luis Moreno, concejal delegado de Acción Cultural, Patrimonio y Recursos Culturales.

El peculiar diseño del centro de la ciudad tuvo una vida efímera de apenas tres décadas. La plaza proyectada por Goerlich sobre plataforma elevada con un mercado de flores subterráneo se inauguró en 1933 y fue demolida en 1961.

Diseño del mercado de las flores subterráneo que formaba parte del proyecto
Diseño del mercado de las flores subterráneo que formaba parte del proyectoLa Razón

Los restos de la ‘Tortada’ quedaron dispersados en diversos lugares de la ciudad y su área metropolitana, como el almacén municipal de Borbotó, los terrenos de Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) junto a la antigua estación de Sant Isidre y espacios públicos de Paiporta. Incluso se cree que también hay restos en la escalinata del Monasterio de Santa María del Puig.

El Ayuntamiento ha licitado la contratación del inventario, catalogación y conservación preventiva de los restos de la ‘Tortada’ de Goerlich, con vistas a la valoración de una propuesta de recuperación o reubicación de las piezas. En colaboración con el Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico del Ayuntamiento de Valencia, la empresa adjudicataria deberá acometer el trabajo en un plazo máximo de tres meses y medio, incluida una posible prórroga de un mes, a partir de un estudio previo realizado en marzo de 2021 por la Sección de Investigación Arqueológica Municipal (SIAM). El contrato tiene un valor estimado de 133.842,21 euros.

“Se trata de una tarea compleja, ya que intervienen diversas administraciones públicas y técnicos de distintos ámbitos, así como por la dispersión de las piezas, algunas de ellas de difícil acceso”, ha destacado el concejal José Luis Moreno. No se descarta que durante los trabajos aparezcan nuevos hallazgos o se confirmen los detectados en el entorno de las Torres de Serrans y Quart, la Iglesia de San Pascual Baylón y en el monumento a Sorolla de la plaza de la Armada Espanyola.

Las piezas procedentes del desmontaje de la ‘Tortada’ en 1961 fueron enumeradas y retiradas con la intención de una futura reutilización de sus elementos más significativos. De hecho, en la ciudad de Valencia perduran la antigua fuente central en el Pla de la Saïdia, junto al busto de Concha Piquer; un pequeño jardín, una basa y parte de una columna en un enclave de l’Olivereta, así como cinco columnas completas del desaparecido mercado de flores, en el entorno del monumento als Maulets de la avenida del Regne de València.

El arquitecto municipal Francisco Javier Goerlich redactó a partir de 1927 el proyecto de la plaza sobre plataforma elevada y el mercado de flores subterráneo, según consta en la documentación conservada en la caja número 13 del Archivo Histórico Municipal de Valencia. La reforma de la entonces denominada plaza de Emilio Castelar se ejecutó entre 1931 y 1933. La nueva plaza, inaugurada el 28 de enero de 1933, formaba parte del proyecto de renovación urbana previsto para el nuevo espacio generado tras la remodelación de la plaza de Emilio Castelar y la Bajada de San Francisco, coincidiendo con la construcción del edificio de Correos y la ampliación y reforma de la Casa Consistorial, en la que se incorporaron elementos neobarrocos y neorrenacentistas, una tipología de elementos utilizada posteriormente en el nuevo diseño de la plaza.

Imagen de la demolición de la "Tortada" de Goerlich en los años 60
Imagen de la demolición de la "Tortada" de Goerlich en los años 60Luis Vidal

En el año 1961, el entonces alcalde Adolfo Rincón de Arellano decidió demoler la 'Tortada', argumentando su escasa funcionalidad, su inadecuación a las necesidades que demandaba el auge de la fiesta fallera y de la industria automovilística, por lo que se creó un aparcamiento de coches en superficie y se conectaron los trazados de las calles de les Barques y de la Sang. Los puestos de flores subterráneos de la plaza habían quedado ya en desuso en 1944.